Es esta la segunda vez que viajamos a Marruecos. Nuestro anterior viaje fue a la ciudad de Tánger, desde donde aprovechamos para conocer también las bonitas localidades de Asilah, Chauen y Tetuán. Si tenéis curiosidad por leer más sobre ese viaje lo podéis hacer aquí.
En esta ocasión hemos elegido visitar la exótica ciudad de Marrakech. La elección es debida principalmente a nuestro interés por realizar una de las excursiones que parten de ella, concretamente la excursión al desierto de Merzouga. Para realizar esta actividad se requieren tres días, por lo que el viaje total serán cinco, dos noches en Marrakech y otras dos durante la excursión al desierto.
1º día, Madrid-Marrakech
Volamos a Marrakech desde Madrid, y con el cambio horario, en Marruecos es una hora menos que en España, a las 10,30 de la mañana estamos aterrizando en el aeropuerto de la ciudad bereber. Al llegar al aeropuerto hay que pasar un control de pasaporte y un nuevo control de equipaje, aunque en este caso más ligero que el de antes de embarcar en Barajas.
Tras esto ya estamos fuera del aeropuerto, situado a las afueras de la parte nueva de la ciudad, desde aquí tomamos el autobús 19 de Alsa, que en unos veinte minutos nos deja al lado de la Plaza Jemma et Fna, en el corazón de la Medina de Marrakech.
Para nuestra primera noche hemos reservado un Riad cercano a la Plaza, el Riad Bad Chem, al que nos dirigimos para dejar el equipaje y comenzar nuestra primera exploración de esta ciudad. Marrakech nos recibió con lluvia, por lo que la plaza estaba más vacía de lo habitual, con muchos de sus puestos cerrados. Tras una vuelta por los alrededores nos encaminamos a un restaurante, para nuestra primera aproximación a la gastronomía marroquí. Nuestra primera elección es el restaurante Chez Brahim, tenemos suerte y conseguimos una mesa, ya que suele estar bastante concurrido. Aquí tomamos nuestro primer cuscús y tallín.
Después de comer callejeamos por las estrechas calles de la Medina. Nuestro objetivo es llegar a la Madrasa de Ben Youssef. Muy cerca de la madrasa se encuentra la Cúpula Almorávide, un edificio del siglo XII rematado por una cúpula y famoso por ser el último ejemplo de la arquitectura almorávide. También cerca está la mezquita de Ben Youssef, que estaba en obras, y el museo de Marrakech.
Nosotros visitamos el interior de la Madrasa, el coste de la entrada son cinco euros o cincuenta dirhams por persona, solo aceptan pago en metálico, como en todos los monumentos y la mayoría de restaurantes de la ciudad. La madrasa o escuela de Ben Yousef fue fundada en el siglo XIV, aunque reconstruida en el siglo XVI. En ella más de 800 estudiantes memorizaban el Corán. Alberga algunos de los más bellos ejemplos de arte y arquitectura marroquí.
Tras esta visita seguimos callejeando por la Medina, repleta de tiendas en donde encontrás todo tipo de objetos, llegamos hasta el zoco de las especias y de nuevo a Jemma et Fna. Aquí subimos a la terraza del Café de France para tomar un té mientras disfrutamos del atardecer sobre la plaza. Al caer la tarde se nota el aumento de actividad, ya que hemos viajado en el periodo de Ramadán.
Cenamos en un local de la zona, el Café Babouche y tras otra vuelta por la plaza nos retiramos a nuestro Riad, ya que al día siguiente a las 7.30 comienza nuestra excursión de tres días al desierto.
2º día. Marrakech, Ksar ait Ben Haddou. Uarzazate, Valle del Dades.
En nuestro segundo día, y tras un delicioso desayuno en nuestro Riad, nos dirigimos al Café de France, punto de encuentro con Civitatis para nuestra excursión.
El primer día de excursión atravesamos las montañas del Atlas, la cordillera más alta de Marruecos y donde se encuentra la tercera montaña más alta de África. Cuando atravesamos la cordillera podemos ver las cumbres repletas de nieve. La primera parada es un mirador donde podemos apreciar esta cordillera.
Tras atravesar el Atlas el paisaje se vuelve más árido, estepario, vamos dejando atrás poblados bereberes, que es la población mayoritaria en esta zona. Mientras, nuestro conductor y guía Hamidinz, nos habla de las costumbres de sus gentes.
Nuestra siguiente parada es el el Ksar de Ait Ben Haddou. Un Ksar es una ciudad fortificada, y esta es patrimonio de la humanidad por la UNESCO. En este lugar se han rodado muchas películas, como Gladiator, El reino de los cielos, Prince of Persia e incluso escenas de Juego de Tronos. Visitamos la localidad con un guía local, Mohamed, que realiza una interesante visita guiada con información sobre la ciudad, sus costumbres y su papel como escenario cinematográfico.
Proseguimos viaje hasta llegar a nuestro destino, el Valle del Dades, donde nos alojamos en un hotel con unas preciosas vistas al valle y a las montañas. Nuestro guía nos indicó un sendero, próximo al hotel, que entre huertas y árboles frutales, daba acceso a unas pequeñas cascadas situadas en un cañón de este río. Las cascadas, sin ser imponentes, tenían gran encanto por su ubicación en el interior de este pequeño cañón.
Tras esta pequeña excursión y una cena en el hotel, incluida en la excursión. Nos vamos a descansar porque nuestro siguiente día hemos de proseguir nuestra aventura hacia el desierto.
3º día. Valle del Dades, Gargantas del Todra, Palmeral de Jorf, Merzouga, desierto Erg Chebbi.
En esta jornada llegaremos a la localidad de Merzouga, puerta de entrada al espectacular desierto de Erg Chebbi. Antes de llegar atravesamos dos bellos lugares, las Gargantas del Todra y el Palmeral de Jorf.
Las Gargantas del Todra son unas espectaculares paredes rocosas de 200 metros, excavadas por el río Todra. Aquí caminaremos por una sinuosa carretera que las atraviesa, disfrutando de la majestuosidad de estas paredes rocosas.
Tras esta visita continuamos viaje, con una parada en un mirador para disfrutar de unas espectaculares vistas del Palmeral de Jorf. Este palmeral no es solo un espectáculo para la vista, es el corazón de la cultura y la economía local. Los dátiles cosechados en él son famosos por su dulzura y calidad. Tuvimos el privilegio de probarlos en un restaurante local.
Nuestra comida en esta ocasión la realizamos en un bonito restaurante marroquí, el café restaurant Sud-Est, un establecimiento familiar con un precioso patio donde nos sirvieron una de la mejores comidas de todo nuestro viaje a Marruecos. Está situado en la localidad de Errachidia.
Tras la comida proseguimos viaje hasta Merzouga, atravesando una zona de canteras de fósiles, donde no paramos por falta de tiempo, y viendo desde el autobús los antiguos pozos de agua situados al lado de la carretera, algunos de ellos con siglos de antigüedad.
Al llegar a Merzouga nos dirigimos en dromedario a nuestro campamento en el desierto. En el camino paramos para ver el atardecer sobre las dunas.
Cuando llegamos al campamento, nos reciben con un té de bienvenida, y tras un pequeño descanso para dejar el equipaje en las haimas y descansar, nos sirven la cena, tras la cual nos ofrecen un espectáculo con tambores alrededor de una hoguera.
Pasamos nuestra noche en el desierto en el interior de nuestra espectacular haima, que tiene todas las comodidades para disfrutar del exotismo de la zona sin sacrificar el confort del viajero.
4º día. Desierto de Erg Chebbi, Marrakech.
En nuestro día de despedida del desierto, nos levantamos a las cinco y media para disfrutar la experiencia del amanecer en el desierto, tras lo cual y disfrutar de un desayuno regresamos a la localidad de Merzouga.
Para el regreso hemos elegido alquilar un quad, con el que vamos atravesando dunas siguiendo a nuestro guía, que, por la velocidad que lleva, está bastante más familiarizado en subir y bajar dunas que nosotros. La experiencia es bastante grata cuando le coges el truco al vehículo, por lo que, aun no siendo una actividad barata, 50 euros por quad, 70 para dos personas, creo que merece la pena la experiencia.
Esta jornada es prácticamente todo el día de regreso a Marrakech, con paradas solo para descansar, ir al baño o comer, pero sin visitar ningún sitio reseñable. Así, sobre las seis y media de la tarde estamos de regreso a Marrakech, concretamente de nuevo en la Plaza Jemma et Fna.
Para esta última noche en la localidad hemos elegido el Riad Andalla, muy cerca del Café de France y de la plaza. Tras dejar las cosas en el Riad y descansar un rato decidimos cenar en el Café de France, estamos un poco saturados de comida marroquí y elegimos unas ligeras pizzas para cenar. El Café de France es un edificio con una elegancia decadente en la que se nota un pasado más glorioso. Se inauguró a principios del siglo XIX, con mucha influencia del Protectorado Francés. En él aún remanece un poco de su pasado esplendor. Merece la pena disfrutar de su terraza, ya sea para cenar o simplemente para tomar un té, ya que sus precios son bastante similares a cualquier otro restaurante de la zona.
5º día. Marrakech, regreso a Madrid.
Pasaremos al lado del Palacio El Badí, que está en ruinas, y proseguiremos hasta el Palacio de la Bahía. Un precioso palacio construido a finales del siglo XIX por el gran Visir Bahmed, para residencia de sus esposas y concubinas.
El palacio cuenta con unos bellos mosaicos, grandiosos techos de madera policromada y unos bonitos jardines, lo visitamos con nuestro guía. Tras la visita nos despedimos, sin que nos dé tiempo a visitar las Tumbas Sadíes, ya que debemos recoger el equipaje en nuestro Riad y tomar el autobús de vuelta al aeropuerto.
De camino al aeropuerto el autobús atraviesa la parte nueva de Marrakech, nada que ver con la arquitectura tradicional de la Medina. En esta zona se observa el lujo de una ciudad que no tiene nada que envidiar en cuanto a edificios espectaculares a cualquier ciudad europea. Nos llamó la atención al pasar la espectacular puerta de la estación de ferrocarril y el edificio del Teatro Real.
Con este contraste entre el caos de la Medina y la modernidad de la ciudad nueva, nos despedimos de Marrakech.
En una anterior entrada he compartido toda la información de utilidad para organizar una escapada por vuestra cuenta a esta bella localidad bereber, para verla podéis pinchar aquí.