domingo, 4 de septiembre de 2022

Ruta por el norte de Portugal y Galicia.



Este verano  hemos recorrido el norte de Portugal y parte de la provincia gallega de Pontevedra. Ha sido un precioso itinerario, lleno de rincones encantadores que quedarán almacenados en nuestra memoria. En esta ocasión ha sido un recorrido en coche durante 10 días, en los que hemos pasado 7 noches en Oporto y dos en Nigrán, una localidad cercana a Baiona. 

En este artículo voy a relatar las etapas principales del viaje, algunos ya los he descrito en artículos anteriores, los podéis ver pinchando en las localidades resaltadas en naranja, el resto los iré desarrollando en próximos artículos, ya que es una zona con mucho que visitar y relatar. 

Iniciamos el viaje en la localidad de Alcalá de Henares, y ponemos rumbo a Oporto en dirección Zamora. Nuestra primera parada es en la localidad lusa de Braganza, muy cerca de la frontera con Zamora. Es esta una bella ciudad portuguesa, con un casco antiguo muy pequeño, llamado "la ciudadela", pero de gran belleza. Visitamos este, junto a su castillo, aprovechamos también para una primera aproximación a la gastronomía portuguesa. Desde Bragança ponemos rumbo a Oporto. Previamente hemos asociado nuestra tarjeta con la página de peajes portuguesa, ya que en este tramo hay peajes de lectura electrónica. En Portugal prácticamente todas las autovías son de peaje, habiendo varios tipos de estos. Os contaré más sobre cómo pagarlos en un próximo artículo.

Castillo de Braganza.

 

Para la estancia en Portugal reservamos un apartamento en un pueblo pesquero muy cercano a Oporto, justo al otro lado del Duero. Es el pueblo de San Pedro de Afurada o simplemente Afurada. Un precioso pueblo de pescadores que, a pesar de contar con muchos restaurantes en los que degustar un magnífico y fresquísimo pescado, la mayoría a las puertas de las propias casas de los vecinos, mantiene una autenticidad que aún logra escapar del turismo de masas. Paseando por sus calles encontraréis a sus vecinos tomando el fresco, degustando una cena en la puerta de sus casas, celebrando cualquier evento en la plaza del pueblo, los niños jugando al balón....



El pueblo de Afurada se sitúa muy cerca de la desembocadura del Duero, por lo que en un agradable paseo nos dirigimos a esta, al final de la cual hay una bonita playa en la que disfrutamos un precioso atardecer.

Nuestra segunda jornada va a estar dedicada íntegramente a Oporto, habíamos reservado un free tour por el centro de este, partiendo de la Plaza del Ayuntamiento y terminando en la Ribeira. Nuestra guía es muy amena, y nos va paseando por algunos de los lugares más bonitos de la ciudad, a la vez que nos relata la historia de Portugal. De esta manera conocemos que es Oporto la que da nombre al país, ya que el antiguo asentamiento romano de Cale pasa a llamarse posteriormente Portus Cale, nombre que con el tiempo deriva en Portugal, cuando este pasa a ser independiente. 




Finalizamos nuestro tour a la hora de comer, y siguiendo las indicaciones de nuestra guía, cruzamos el puente de Luis I desde la Ribeira de Oporto hasta la orilla opuesta, Vila Nova de Gaia, una localidad pegada a Oporto donde se encuentran las famosas bodegas del vino de Oporto y numerosos restaurantes. Es difícil de diferenciar entre esta localidad y Oporto, ya que están tan unidas que parecen uno, y es también difícil de decidir si es más bonita la vista de Oporto desde Gaia o la de Gaia desde la Ribeira de Oporto.




En Gaia probamos la Francesiña y el plato más típico de Oporto, las tripas, una especie de callos mezclados con albóndigas y alubias, muy buenos pero muy densos. Después de la comida subimos hasta el monasterio de La Sierra del Pilar, desde el que hay una impresionante vista de las dos orillas del Duero, para después volver a cruzar el impresionante puente de Luis I, pero en esta ocasión por su parte superior. Llegamos hasta la Catedral de Oporto, que visitamos y desde ahí vamos a la bonita estación de Sao Bento, con sus magníficos azulejos en los que se relata la historia de Portugal. 





Desde aquí seguimos recorriendo la ciudad para acabar de nuevo en la Ribeira, donde cenamos. Cruzamos de nuevo a Gaia donde hay una intensa vida nocturna, con conciertos callejeros incluidos, acabando así esta intensa jornada.




Nuestra tercera jornada de viaje la dedicamos a visitar el bosque de Busaço, en el que destaca su impresionante Palacio, para después ir a la localidad de Aveiro, famosa por su gastronomía, sus canales y sus fachadas modernistas. Terminamos la jornada en las magníficas playas de Costa Nova, localidad conocida también por sus pintorescas casas de pescadores.


Palacio de Busaço


Aveiro



Costa Nova


En nuestra siguiente jornada vamos a visitar las localidades de Guimaraes y Braga, ambas de gran belleza y con unos centros históricos espectaculares. En Guimaraes, conocida por ser el lugar de nacimiento del primer rey de Portugal, destaca su castillo y el palacio de los duques de Bragança. En Braga el espectacular santuario de Bon Jesus do Monte, con su monumental escalinata y su casco histórico, en el que encontramos la catedral más antigua de Portugal. 

 

Bon Jesus do Monte.

Nuestra quinta jornada es bastante más relajada, por la mañana hacemos una visita guiada con degustación de vino de Oporto a las bodegas Calem, una de las más bonitas que se encuentran en Gaia, y por la tarde vamos a relajarnos en una de las playas cercanas a Oporto. Elegimos la playa del Señor de Piedra, no es tan buena como las de Costa Nova, pero está muy cerca de Oporto y permite ver también la bonita ermita situada en ella.






En nuestra siguiente jornada vamos a visitar la bonita localidad de Amarante, en la que destaca el monasterio de Santo Domingo y su puente medieval. Esta bella ciudad de pequeño tamaño nos deja un magnífico sabor de boca, la pena es no poder disfrutarla con más tiempo, ya que queremos recorrer la región vinícola del valle del Duero, desde Paso de Regua hasta Pinhao. Esta zona, de gran belleza, guarda un gran parecido con la Ribera Sacra, que visitamos el año pasado. A mí personalmente me gusta más la Ribera Sacra, donde la frondosidad de las vides y lo escarpado del terreno es mayor.




Llegamos hasta Pinhao, donde vamos a realizar un crucero por el Duero. Esta pequeña localidad es un magnífico punto de partida para ello, teniendo opción de realizar un crucero de una o dos horas. Hay muchos horarios y no es necesario reservar, nosotros viajamos en la segunda quincena de Julio y no tuvimos problemas. Además de por el paisaje y los cruceros fluviales, destaca en Pinhao su bonita estación. 





En nuestra séptima jornada nos dedicamos de nuevo a pasear por Oporto, para ver todos aquellos monumentos que no pudimos disfrutar en las anteriores jornadas en la ciudad. Para ello iniciamos nuestro recorrido en la Capilla de las Almas, con su impresionante fachada de azulejos azules. 



Desde aquí tomamos la comercial calle de Santa Catarina, pasando por delante del magnífico Café Majestic, hasta llegar a la también impresionante iglesia de San Ildefonso. Desde allí nos dirigimos hacia el museo de la fotografía, erigido en un edificio que había sido antes cárcel. Allí estamos bastante tiempo viendo las exposiciones fotográficas y de cámaras antiguas. Después de comer en una café de la zona, que nos recomendó la guía del free tour, café Aviz, nos vamos hacia el Palacio de la Bolsa. Allí compramos las entradas, para una hora después, ya que son visitas guiadas y no habíamos reservado para la anterior, por lo que estaba llena. La visita nos gustó bastante. Cenamos por la zona de la Ribeira y después cruzamos del puente de Luis I, donde unos chicos amenizan con percusión a los viandantes, para llegar a la zona de Gaia, con gran ambientación nocturna, grupo de rock callejero incluido. 


Salón oriental del Palacio de la Bolsa.


Al día siguiente nos despedimos de Portugal para poner rumbo a Galicia.  Optamos por cruzar a Galicia por la localidad de Vilanova de Cerveira, el motivo es que en el camino queremos visitar la bella ciudad de Viana do Castelo, en la que encontramos un precioso centro histórico de estilo barroco y en sus afueras el santuario del Sagrado Corazón de Jesús, inspirado en el Sacre Cour parisino y que nos recuerda a este. 


Viana do Castelo.


Después de Viana do Castelo paramos en Vilanova de Cerveira, una bonita, aunque pequeña villa amurallada en la que destaca por sus espectaculares vistas el Mirador do Cervo. Este mirador ya merecía la pena de por sí, pero es que además han situado en el un columpio gigante que no podemos dejar de visitar. 





Esta localidad se encuentra justo en la frontera con la provincia de Pontevedra, en la que terminamos la jornada. Para nuestra estancia de dos días en Pontevedra hemos elegido la localidad de Nigrán, muy cercana a Baiona. El principal motivo de nuestro viaje a estas tierras es la visita a las islas Cíes, visita que hay que planificar con bastante antelación, ya que la entrada a las islas está limitada en número y se necesita un permiso de la Xunta de Galicia, sin el cual no es posible comprar el billete del barco.

El día de nuestra llegada fuimos a ver Playa América, disfrutamos de una magnífica cena en el restaurante La Molinera, lugar que recomiendo, porque además de un gran lugar para comer, tiene unas preciosas vistas a la ría de Baiona. Terminamos la jornada con una visita nocturna a Baiona.

La siguiente jornada la vamos a dedicar íntegramente a la visita a las Cies, el barco lo tomamos desde Baiona.  La jornada es tan espectacular como el paisaje de este paraíso natural.




Y tras esta termina nuestro viaje con el regreso a la localidad de Alcalá de Henares, sin duda un magnífico recorrido que seguiríamos visitando si dispusiéramos de más tiempo. Habrá que extender en un futuro la parte gallega del viaje para conocer un poco más este magnífico litoral  que son las Rías Baixas.