Bundoran es una localidad costera del oeste de Irlanda, está situada en el condado de Donegal, en el límite con el condado de Sligo. Es un destino vacacional muy popular en Irlanda, sobretodo para los amantes del surf. Esta localidad fue la elegida para nuestro primer alojamiento en nuestro recorrido por la Wild Atlantic Way, la famosa ruta costera irlandesa.
Es este un pequeño pueblo costero cuya actividad gira en torno a su calle principal, Main Street, en la que se encuentran la mayoría de los locales de ocio, restaurantes, cafeterías, pubs, hoteles y las numerosas salas de recreativos, tanto para niños como para adultos que hay en ella. La mayoría de los pubs irlandeses tienen música en directo por las noches, en uno de ellos "The Chasing Bull" tuve el primer contacto con la Guinness, la famosa cerveza negra irlandesa, mientras escuchábamos un grupo que lo hacía bastante bien.
Su paseo marítimo es también muy bonito, partiendo de la oficina de turismo hay un agradable paseo costero que pasa por delante de dos pequeñas playas urbanas que hay en la localidad, una de ellas bastante resguardada del frecuente viento de la zona y con una piscina natural.
Partiendo de la segunda playa, que es algo más grande se inicia un sendero costero que asciende por detrás del campo de Golf de Bundoran y llega hasta Tullan Strand, una fantástica playa muy frecuentada por los surferos.
Al ser un destino muy frecuentado tanto por surferos, como por familias y por grupos de niños de campamentos de verano, hay muchas atracciones para ellos, entre ellos un parque acuático cubierto y una pequeña feria colindante al paseo marítimo.
Nuestra estancia en Bundoran fue de una semana, para ello alquilamos un apartamento en el complejo conocido como Marine Court, situado justo enfrente del paseo marítimo. El motivo de elegir esta localidad fue que allí se encuentra la academia ID Languages, que organiza campamentos de verano y a la que mis hijos asistieron durante una semana.
El campamento era de 9,30 a 6 de la tarde por los que durante ese intervalo tuve tiempo de explorar muchos rincones de esta localidad, la vecina Donegal y toda la parte situada entre esta y Sligo. Esta costa está plagada de playas vírgenes increibles, en una de ellas Rossnowlagh, incluso tuvimos ocasión de avistar una pareja de delfines.
El paseo que surge desde la playa de Bundoran hasta Tullan Strand, además de ser de gran belleza por las vistas de la costa, pasa por una zona conocida como los Fairy bridges. Estos son una especie de puentes de piedra creados por la erosión de las olas, bajo los cuales el agua entra y golpea, creando un sonido que los locales en sus leyendas asociaban al sonido de cañones o pistolas disparadas por hadas, de ahí el nombre de estas formaciones.
Cerca de estas formaciones se encuentra la conocida como "Wishing Chair", o silla de los deseos, un asiento de rocas con una magnífica ubicación para deleitarse con la belleza del paraje.
La tradición dice que hay que aproximarse de forma calmada para no perturbar los poderes del lugar, sentarse en ella lentamente, apoyar ambos brazos en sus lados y después permanecer al menos quince segundos en calma mientas se observa el increible paisaje que os rodea, la bahía de Donegal a la izquierda, Tullan Strand en el centro y los montes Dartry a la derecha, después pedir el deseo y mantener este en secreto para que se cumpla. Al levantarse hay que golpear dos veces la silla para acentuar el compromiso con el cumplimiento del deseo.
Yo lo hice, varias veces la verdad, tenía muchas cosas que pedir y el magnífico marco invitaba a repetir la experiencia. Tengo que decir que al menos uno de ellos se cumplió, ya que a pesar de nuestro tortuoso inicio de viaje, que ya os contaré en otra entrada, el resto de nuestra expedición fue sobre ruedas.
La tradición dice que hay que aproximarse de forma calmada para no perturbar los poderes del lugar, sentarse en ella lentamente, apoyar ambos brazos en sus lados y después permanecer al menos quince segundos en calma mientas se observa el increible paisaje que os rodea, la bahía de Donegal a la izquierda, Tullan Strand en el centro y los montes Dartry a la derecha, después pedir el deseo y mantener este en secreto para que se cumpla. Al levantarse hay que golpear dos veces la silla para acentuar el compromiso con el cumplimiento del deseo.
Yo lo hice, varias veces la verdad, tenía muchas cosas que pedir y el magnífico marco invitaba a repetir la experiencia. Tengo que decir que al menos uno de ellos se cumplió, ya que a pesar de nuestro tortuoso inicio de viaje, que ya os contaré en otra entrada, el resto de nuestra expedición fue sobre ruedas.
Sin duda Bundoran es un lugar a tener en cuenta en una ruta por la costa oeste irlandesa, y os animo a probar una clase de surf, si nunca lo habéis hecho, a mis hijos les encantó.
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