lunes, 30 de julio de 2018

Visitando Tarazona, capital del Moncayo

Tarazona, capital de la comarca del Moncayo, es un bonito municipio de Zaragoza. Encrucijada de caminos entre las comunidades de Castilla y León, La Rioja y Navarra. Nuestra llegada a Tarazona se enmarca en ruta a nuestro viaje por Navarra, llegamos procedentes de Medinaceli, localidad que habíamos visitado antes y de la que os hablé en otra entrada que podéis encontrar aquí.

Llegamos a Tarazona y aparcamos en un descampado habilitado como aparcamiento gratuito en la Avenida de Navarra, bastante cerca de la Plaza de San Francisco, donde se encuentra la oficina de turismo. En la oficina nos informan de los principales monumentos y horarios y nos dan un plano de la localidad. Nos dirigimos a uno de los puentes sobre el rio Queiles, desde el que contemplamos la bonita vista.



Hemos llegado a la hora de comer y la mayoría de los monumentos están cerrados, nos dirigimos pues a un restaurante cercano a la oficina de turismo. La gastronomía de Tarazona tiene como protagonista indiscutible a las verduras, cultivadas en la vega del Queiles, berenjenas, calabacines, alcachofas, espárragos y su afamada coliflor, también las judías blancas tiernas, denominadas pochas. La carne tiene también su protagonismo, ya que en Tarazona y el Moncayo existe una cabaña ganadera ovina que es la más representativa de la zona y se denomina Rasa Aragonesa. El cordero lechal, el pollo al chilindrón y el pavo trufado también son platos estrella de la zona. 

Después de comer nos encaminamos a la plaza de toros vieja. Esta plaza de forma octogonal, fue construida por iniciativa privada entre 1790 y 1792. La conforman 32 viviendas dispuestas alrededor de un espacio que sirvió como coso taurino hasta 1870. Aunque muy reformada y poco llamativa en mi opinión, sin duda es un espacio peculiar.



Cruzamos el rio y nos dirigimos a la judería, para llegar hasta ella hay que subir un buen tramo de escaleras, accediendo a la Plaza del Palacio. Desde esta plaza se puede disfrutar  una magnífica vista panorámica de la ciudad.








El Palacio Episcopal fue antigua zuda musulmana y residencia de los reyes de Aragón, se convirtió en palacio episcopal a finales del siglo XVI. Lo forman construcciones medievales como el torreón con el salón de obispos y renacentistas, patio,escalera, fachada hacia el rio. Fue ampliado en el siglo XVIII.  En el ascenso hacia la plaza del Palacio es posible  disfrutar de la vista de las casas colgadas de la judería.





Al lado del palacio episcopal se encuentra la iglesia de la Magdalena. Su cabecera de  tres ábsides es tardorománica y las naves datan de comienzos del siglo XV. La torre mudéjar consta de varios pisos medievales rematados por otro de comienzos del siglo XVII. El barrio de la judería es un laberinto de calles en bastante mal estado de conservación, de hecho las mayoría de las casas amenazan ruina. Nos perdemos un poco y acabamos en la calle Marrodán, una calle más ancha y comercial que conduce al Ayuntamiento. 

Rincón de la judería.

Iglesia de la Merced, judería.



Es este un magnífico edificio levantado a mediados del siglo XVI sobre la muralla para servir de lonja, granero público y mirador sobre la plaza. En la fachada destaca, junto a las figuras alegóricas, gigantes y escudos, el friso con la cabalgata triunfal de Carlos V tras su coronación como emperador en Bolonia.



Enfrente el Ayuntamiento se levanta una estatua que hace referencia al Cipotegato, figura bufonesca protagonista en las fiestas de la localidad. Con la salida del Cipotegato, el dia 27 de Agosto a las 12 del mediodia, dan comienzo las fiestas patronales en honor a San Atilano. Los actos se celebran desde el 27 de agosto hasta el 1 de septiembre.  El personaje sale corriendo desde el Ayuntamiento bajo una lluvia de tomates, para realizar un itinerario secreto por la ciudad. En el año 1998 fue declarada Fiesta de interes turístico por el gobierno de Aragón.



Bajamos de nuevo hasta el rio para cruzar en dirección a la Catedral de Santa María de la Huerta. Originariamente en esta ubicación se construyó una primera catedral románica tras la reconquista de la ciudad en 1119. Se erigió extramuros, en la huerta de la población. Esta ubicación tan peculiar se debe a la búsqueda de un lugar relacionado con los orígenes del cristianismo en la ciudad, ya que en esta localización se han hallado restos de una necrópolis tardoromana  y un baptisterio visigodo.



La actual fue construida en estilo gótico por maestros franceses, se consagró el 20 de abril de 1235. Destacan de esta época las pinturas descubiertas en la girola y el altar mayor. La incorporación de elementos mudéjares indican la larga pervivencia islámica en esta zona. A mediados del siglo XVI el interior del templo se renovó según la estética renacentista de la mano del maestro Alonso Gonzalez. Las principales aportaciones barrocas son el pórtico mayor de acceso al templo y el trascoro. Destaca la belleza del retablo del siglo XVI, del anterior solo se conserva la figura de la Virgen de la Huerta.





Después de la visita al interior de la catedral ponemos rumbo a nuestro coche, pasamos por delante de la iglesia y convento de San Francisco. El conjunto de la iglesia y el claustro fue construido en el siglo XV con capillas renacentistas y barrocas. Las dependencias son sede de la escuela oficial de idiomas. Pasamos también por delante del Teatro de Bellas Artes, construido en 1921 según el estilo de teatro italiano. Tras esta visita ponemos rumbo a nuestro siguiente destino, Tudela. 


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