En esta entrada os relataré nuestro viaje desde la zona de Connemara hasta el condado de Kerry. Habíamos pasado tres estupendos días en Connemara, visitando entre otras cosas la famosa Abadía de Kylemore, como ya os relaté en un anterior post que podéis leer aquí. Llegaba pues el momento de seguir nuestro viaje recorriendo la Wild Atlantic Way, la famosa ruta costera irlandesa.
Nuestro destino es la localidad de Tralee, capital del condado de Kerry, y lugar que hemos escogido para conocer esta zona. En Tralee alquilamos un apartamento con airbnb, era muy bonito y la dueña fue muy atenta y amable con nosotros. Si tenéis pensado reservar con airbnb, podéis usar este enlace y obtendréis un descuento.
En nuestra estancia en Finny, condado de Mayo, recorrimos esta parte de la costa irlandesa, conociendo entre otras cosas, la Abadía de Kylemore, Clifden y Roundstone. También habíamos visitado la localidad de Galway. Seleccionamos pues en nuestro camino hasta Tralee, dos puntos que no queríamos dejar de conocer, el Castillo de Dunguaire en la localidad de Kinvara y los acantilados de Moher.
La ruta a pesar de ser solo unos 300 km, nos llevaría casi cinco horas, sin contar el tiempo dedicado a cada una de las dos paradas. Dejamos pues nuestro apartamento en el condado de Mayo temprano en la mañana y pusimos rumbo a nuestro primer destino, el Castillo de Dunguaire, en Kinvara.
El Castillo de Dunguaire está situado a los pies de la playa sudeste de la bahía de Galway, en las afueras del pintoresco pueblo de Kinvara. Su construcción se remonta al siglo XVI y es atribuida al clan de los Hynes. Lo que más destaca del castillo, además de su ubicación, es su torre. Una construcción de casi 23 metros de altura. El castillo está abierto al público durante los meses de verano.
Este castillo ha sido escenario de algunas películas, como "Guns in the Heather", película de Disney de 1969, o en "North Sea Hijack" de 1979, en el que representaba el castillo escocés del personaje principal. Es sin duda un lugar muy fotogénico, siendo el mejor momento fotográfico cuando la marea está alta y su figura se refleja en el agua. En el momento de nuestro viaje había marea baja, pero aún así la estampa es muy bonita.
Tras la visita al castillo paramos a conocer la localidad de Kinvara, pero solo un vistazo rápido a la zona del puerto y a su calle principal, ya que el viaje era largo y había que reservar bastante tiempo para la visita estrella del día, los acantilados de Moher.
Seguimos pues ruta, con las indicaciones de Google Maps, hacia los acantilados de Moher. No paramos en la localidad de Doolin, ya que no pensamos hacer ninguna ruta en barco a las islas Aran, principal atractivo de esta localidad. Llegamos a los acantilados de Moher y nos damos cuenta de que es una de las atracciones más visitadas de Irlanda. Para acceder a los acantilados hay que dejar el coche en un parking, allí pasas una taquilla donde te cobrarán 8 euros por adulto, los niños no pagan. Después puedes dejar el coche en este estacionamiento, que es de gran capacidad, y tras un corto paseo se llega al centro de visitantes.
El centro de visitantes es interesante para los niños, ya que tiene zonas interactivas y de juegos. Tiene también dos cafeterías, servicios... Como el día amenazaba tormenta decidimos hacer primero el recorrido por los acantilados y dejar el centro de visitantes para el final de la visita. Desde el centro de visitantes hay dos opciones, unas escaleras que parten desde su segunda planta y llegan hasta una torre, desde la que hay una magnífica vista de los acantilados, o una ruta recorriendo estos desde su cima.
Debido al peligro de erosión se ha hecho un camino para los visitantes algo más alejado del filo de los acantilados. El problema es que se ha limitado el camino con grandes losas de piedra que son tan altas que dificultan la vista en algunos puntos, por lo que muchos visitantes optan por saltarse ese camino y pasar entre este y el filo de los acantilados, algo que en algunos puntos desaconsejo por peligroso pero que en otros hicimos también nosotros, ya que la distancia al borde era muy grande y no había peligro.
Realizamos pues este recorrido que puede demorarse entre hora y media y dos horas entre ida y vuelta. Después pasamos un tiempo en el centro de visitantes y aprovechamos para comer. Tras un ratito en el que los niños se entretuvieron viendo los audivisuales sobre los acantilados y jugando en la zona interactiva, proseguimos camino.
Nos queda un buen trecho de viaje, y a veces Google Maps se empeña en meternos por unas carreteras que yo calificaría como un camino de cabras, pero vamos siguiendo la ruta prevista. Para ir desde los acantilados de Moher a Tralee, en el condado de Kerry, teníamos dos opciones. La primera opción aparentemente más directa sobre el mapa implicaba cruzar en ferry hasta la localidad de Tarbert y desde ahí seguir hasta Tralee, esto en realidad nos supondría más tiempo, por la demora de esperar el ferry, cruzar y desembarcar el coche. Optamos por la segunda opción que es un viaje todo por carretera, pasando por la localidad de Limerick, en la que no vamos a parar. Esta ruta pasa cerca del Castillo de Bunratty que es una visita interesante, no solo por el castillo sino por la recreación de las casas y el ambiente irlandés de hace más de un siglo que se puede visitar en el Folk Park que hay junto al castillo.
Como nos habíamos relajado tanto en la visita a los acantilados y dedicado a esta más de tres horas, no paramos a visitar el castillo, ya que es una parada que necesita tambíen bastante tiempo, si se visita el parque. Proseguimos ruta y pasamos Limerick, tras lo cual hicimos una parada en la bonita localidad de Adare.
Adare es sin duda uno de los pueblos más bonitos de Irlanda, lo más característico son sus cottage con techos de paja y rodeados de flores, que te llamarán la atención al atravesar la localidad, lo cual provoca no pocos atascos a su paso. Además de estos destaca su iglesia, el castillo, semi en ruinas que se encuentra a las afueras y una abadía. Dedicamos a esta localidad una corta visita, ya que habíamos de atravesarla de nuevo en nuestro viaje de vuelta a Dublín, en el que le dedicaríamos algo más de tiempo. Fue por tanto una parada en el camino para descansar del viaje y de paso admirar las bonitas casitas que hay recorriendo su calle principal.
Después de esta parada llegamos por fin a Tralee, en donde vamos a pasar los próximos tres días y que será nuestro punto de partida para conocer la península de Dingle y el famoso Anillo de Kerry.
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