sábado, 28 de agosto de 2021

Qué hacer y ver en Finisterre. Costa da Morte.





Desde el principio de los tiempos, Finisterre, Fisterra en gallego,  evoca un misterio insondable en el alma de los hombres.  Los antiguos creían que el mundo terrenal daba paso, con la llegada de la muerte, a otra existencia en una isla situada al oeste, donde se ponía el Sol. En las leyendas celtas es frecuente encontrar imágenes de héroes que hacen su último viaje a este paraíso en una barca de piedra. Esta unión de piedra, mar y espiritualidad pervive en distintas formas a lo largo de la Costa da Morte.

Cuando los romanos llegaron a este lugar, presenciaron por primera vez el espectáculo sobrecogedor del sol hundiéndose en las aguas. Encontraron un altar dedicado al astro rey, el Ara Solis, erigido por las tribus celtas de la zona. Diversas fuentes ven un paralelismo directo entre la imagen del sol hundiéndose en el mar, y la hostia y el cáliz del escudo de Galicia. Hoy, una plaza en el pueblo recibe el nombre de Ara Solis.

Finisterre fue considerada durante mucho tiempo como el fin de la tierra conocida, de ahí su nombre, Finis Terrea,  dado por los romanos, que la consideraban el fin del Mundo. Hoy en día está claro que no es así, pero cuando te asomas a la inmensidad del océano desde su faro, comprendes totalmente la sensación que debía envolver a las gentes antiguas para pensar que no podía haber nada más allá. 

Esta magia antigua aún se mantiene en esta zona, y hace que muchos peregrinos realicen un epílogo del Camino de Santiago para llegar hasta su faro, y terminar su camino con las vistas de este mar inmenso. Pero esta localidad ofrece muchas más cosas, y son las que os vamos a relatar en esta entrada y que han hecho que volvamos a visitarla por segunda vez, aún transcurriendo muchos años entre ambas visitas. Los imprescindibles en Finisterre son:


* Visita al Faro de Finisterre, a ser posible al atardecer.




Disfrutar una puesta de Sol en el faro es algo que no te puedes perder si estás por esta zona. La puesta de Sol es el momento en el que más gente se concentra. Aún así, no hay mucho problema para aparcar, ya que la zona es amplia, y tampoco para elegir sitio. El más solicitado suelen ser las rocas que se encuentran por debajo del faro, pero en todo el camino desde el aparcamiento hasta el faro hay lugares en los que te puedes sentar en las rocas sin peligro para ver esta puesta de Sol, por lo que no hay problemas para estar alejado de otros grupos de gente. 

El Faro de Fisterra fue construido en 1853 para señalizar este punto geográfico clave en la navegación. La torre octogonal de cantería mide 17 metros y su linterna, situada a 138 metros sobre el nivel del mar, alcanza más de 30 millas náuticas. Originalmente funcionaba con lámparas de aceite, cambiándose posteriormente a lámparas de incandescencia, que emiten un destello cada 5 segundos.

Delante del faro de Finisterre hay un edificio que es un pequeño hotel, con cuatro habitaciones, y hay también un bar. 



* Disfrutar las playas de la zona. 




Son varias las playas que se pueden encontrar en Finisterre, siendo la más popular la Playa de Langosteira, y donde más alojamientos y servicios se pueden encontrar, es una playa bastante larga, por lo que es difícil que la ocupación sea alta, incluso en verano. En esta playa el baño no es peligroso, más allá de aguantar la fría temperatura del agua. En ella se pueden recoger también unas conchas muy bonitas, actividad que suele gustar a los niños. 

Hay además otras calas más pequeñas, como Corbeiro y Arnela, muy protegidas del viento, pero sin servicios. Y otras más salvajes y poco aptas para el baño, dada su peligrosidad, como la playa Do Rostro o Mar de Fora.  



*Recorrer el casco urbano de Fisterra.





Fisterra es una típica villa marinera de estrechas callejuelas que descienden hacia el mar. Sus casas y calles estrechas están llenas de originalidad. Como primera parada, tienes que ver en Fisterra la Plaza de Ara solis (en el centro) y la Capilla del Buen Suceso. Es de estilo barroco y data del siglo XVIII. Está formada por una sola nave. Destaca en su fachada rectangular el frontón y el atrio cerrado con un crucero en el centro. En su interior destaca la capilla mayor, de planta cuadrada, con un retablo barroco con la imagen de la Virgen del Socorro.

En las afueras, de camino al faro, encontramos el monumento más interesante de la villa, la Iglesia de Santa María das Areas. Se construyó a finales del s. XII aunque sufrió modificaciones durante varios siglos. Así, su estilo es ecléctico: románico, gótico y barroco. El interior posee un ingente patrimonio. Destacan una estatua sepulcral yacente del siglo XV y los retablos de Nuestra Señora de Fisterra, de Francisco de Antas, maestro de obras de la Catedral de Santiago en el siglo XVI. Pero lo que más llama la atención es la imagen del Santo Cristo de Fisterra (O Cristo da Barba Dourada, s. XIV). Es de estilo similar al Santo Cristo de Burgos y de Orense, y a la que llegan miles de peregrinos para finalizar el Camino de Santiago después de haber visitado la tumba del Apóstol en la ciudad compostelana. Allí, según la tradición, los peregrinos debían quemar sus ropas, bañarse en el mar, coger la concha de vieira y retornar a sus lugares de origen como “hombres nuevos”. 

Dentro del conjunto histórico de la villa destaca también el Castillo de San Carlos. Es una fortificación defensiva mandada construir en época del rey Carlos III, en el siglo XVIII para defender la villa de los corsarios ingleses y franceses. 



 * Visita guiada sobre las artes de pesca en el castillo de San Carlos.






Mención aparte merece la visita al Castillo de San Carlos, no solo por la fortaleza en sí, si no por la visita guiada sobre las artes de pesca que se oferta con la entrada y que nos pareció muy interesante. En esta, la guía nos explicó de forma muy amena la utilidad de los distintos elementos de pesca tradicional que se guardan en este castillo, reconvertido en museo de la pesca.   Aquí encontraremos artes de pesca como las nasas, rañas, poteiras, agujas de atar, gadaña o gancho...También otros instrumentos antiguos de navegación de los que los marineros se servían para explorar los fondos marinos cuando no existían los sónares ni otros elementos más modernos. Nos explicó también en qué consiste el Xeito, o pesca tradicional de las sardinas. 





*Disfrutar la gastronomía local.





La base de la gastronomía de este pueblo marinero está, como no podía ser de otro modo, en el mar, siendo esta principalmente el pescado y el marisco. 

Entre sus mariscos son conocidos el buey, la langosta, el centollo, la nécora, el lubrigante, los percebes, la vieira, sin olvidar al longueirón, pariente de la navaja,  producto típico del pueblo, de excelente calidad, con un sabor más fuerte e intenso que la navaja y que se diferencia de esta en que su concha es más blanquecina y no tiene curvatura.

También podréis degustar zamburiñas,  pulpo y sardinas, destacando entre estas las conocidas como sardinas de Xeito. Este tipo de captura tradicional ofrece una sardina de mayor calidad. Entre los pescados  destaca la lubina a la brasa.  Uno de los restaurantes más afamados de Finisterre, sobre todo por su lubina a la brasa, es Tira do Cordel, en la Playa de Langosteira. 



* Recorrer la Costa da Morte, tanto hacia el norte, como hacia el Sur. 


Corcubión.



A continuación, y de norte a sur, pasamos a enumerar las poblaciones que deberían de ser “visita obligatoria” en la Costa da Morte.

– Malpica de Bergantiños: Uno de los pueblos más típicos de la Costa da Morte, con un pintoresco puerto pesquero tradicional (pesca del día) y una bonita playa en el centro del mismo, rodeada de un paseo marítimo con terracitas.

– Corme: El pueblo de Corme, y el faro O Roncudo, forman una de las zonas más vírgenes de la Costa da Morte. En el faro de O Roncudo se cogen los percebes más ricos (y, normalmente más caros) de toda la costa gallega. Al ver toda la zona de la costa que rodea el Faro de O Roncudo, uno se da cuenta de porque los percebes tienen ese precio. En el verano existe la “Festa do Percebe”, con exaltación de este marisco a precios razonables, y con un gran ambiente.

– Laxe: Bonito pueblo marinero con una playa de 2 Km de extensión en el centro del pueblo, y un paseo marítimo que cubre una buena parte de la misma. A parte de la playa del centro del pueblo, a 8 Km del centro de Laxe, está la playa de Traba de Laxe, un arenal inmenso y virgen, con gran encanto.

– Camariñas: Capital del Encaje de Bolillos, y el origen de la Costa da Morte, donde muchos barcos “famosos” se hundieron, con muchas historias y leyendas de las que se hablan en diferentes libros y publicaciones sobre la Costa da Morte. Además del puerto pesquero, situado en el centro del pueblo, no se puede dejar de visitar Cabo Vilán, en donde todavía a día de hoy habita su farera, la cual posiblemente os encontréis en vuestra visita.

– Muxía: Conocida, recientemente, por ser el Km 0 de la catástrofe del Prestige ocurrida a principio de este siglo, Muxía es una villa de gran encanto y con mucha historia (real o leyenda, dependiendo los oídos que la escuchen). El santuario de la Virgen de la Barca, donde las historias cuentan que la virgen apareció montada en una barca, tiene una especial belleza paisajística, y muchas de las características que definen la Costa da Morte (mar, bravura, paisaje, viento, naturaleza, …). La famosa “pedra dos cadrís” y la “pedra de abalar”, con sus especiales formas, llaman la atención de los visitantes.

– Ría de Lires: Un remanso de paz, y una de las puestas de sol más bonitas de la zona.

– Corcubión: La “perla” de la Costa da Morte, declarado conjunto histórico-artístico desde el año 1984, es una de las villas más típicas de la Costa da Morte. Partiendo de la antigua cárcel, hoy oficina de turismo, se inicia un itinerario para recorrer los principales monumentos de sus casco histórico, como la iglesia de San Marcos, casa Teixeira, el pazo dos condes de Traba, la capilla del Pilar...

Hacia el Sur de Corcubión y saliendo ya de la Costa de la Morte en dirección Rias Baixas hay también un bonito recorrido que ya os contamos en una anterior entrada y que podéis leer aquí.


* Acudir a una subasta de pescado en su lonja. 

Aunque desafortunadamente en estos momentos no es posible, por las medidas sanitarias contra el Covid, esperamos que pronto pueda serlo.



Por todo ello la visita a Fisterra puede convertirse en un viaje inolvidable, principio o fin de una aventura por las mágicas tierras gallegas.

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