Desde el principio de los tiempos, Finisterre, Fisterra en gallego, evoca
un misterio insondable en el alma de los hombres. Los antiguos creían que el mundo terrenal daba paso, con la
llegada de la muerte, a otra existencia en una isla situada al oeste,
donde se ponía el Sol. En las leyendas celtas es frecuente encontrar
imágenes de héroes que hacen su último viaje a este paraíso en una
barca de piedra. Esta unión de piedra, mar y espiritualidad pervive en
distintas formas a lo largo de la Costa da Morte.
Cuando los romanos llegaron a este lugar, presenciaron por primera vez el espectáculo sobrecogedor del sol hundiéndose en las aguas. Encontraron un altar dedicado al astro rey, el Ara Solis, erigido por las tribus celtas de la zona. Diversas fuentes ven un paralelismo directo entre la imagen del sol hundiéndose en el mar, y la hostia y el cáliz del escudo de Galicia. Hoy, una plaza en el pueblo recibe el nombre de Ara Solis.
Finisterre fue considerada durante mucho tiempo como el fin de la tierra conocida, de ahí su nombre, Finis Terrea, dado por los romanos, que la consideraban el fin del Mundo. Hoy en día está claro que no es así, pero cuando te asomas a la inmensidad del océano desde su faro, comprendes totalmente la sensación que debía envolver a las gentes antiguas para pensar que no podía haber nada más allá.
Esta magia antigua aún se mantiene en esta zona, y hace que muchos peregrinos realicen un epílogo del Camino de Santiago para llegar hasta su faro, y terminar su camino con las vistas de este mar inmenso. Pero esta localidad ofrece muchas más cosas, y son las que os vamos a relatar en esta entrada y que han hecho que volvamos a visitarla por segunda vez, aún transcurriendo muchos años entre ambas visitas. Los imprescindibles en Finisterre son:
* Visita al Faro de Finisterre, a ser posible al atardecer.
Disfrutar una puesta de Sol en el faro es algo que no te puedes perder si estás por esta zona. La puesta de Sol es el momento en el que más gente se concentra. Aún así, no hay mucho problema para aparcar, ya que la zona es amplia, y tampoco para elegir sitio. El más solicitado suelen ser las rocas que se encuentran por debajo del faro, pero en todo el camino desde el aparcamiento hasta el faro hay lugares en los que te puedes sentar en las rocas sin peligro para ver esta puesta de Sol, por lo que no hay problemas para estar alejado de otros grupos de gente.
El Faro de Fisterra fue
construido en 1853 para señalizar este punto geográfico clave en la
navegación. La torre octogonal de cantería mide 17 metros y su linterna,
situada a 138 metros sobre el nivel del mar, alcanza más de 30 millas
náuticas. Originalmente funcionaba con lámparas de aceite, cambiándose
posteriormente a lámparas de incandescencia, que emiten un destello cada
5 segundos.
Delante del faro de Finisterre hay un edificio que es un pequeño hotel, con cuatro habitaciones, y hay también un bar.
* Disfrutar las playas de la zona.
Son varias las playas que se pueden encontrar en Finisterre, siendo la más popular la Playa de Langosteira, y donde más alojamientos y servicios se pueden encontrar, es una playa bastante larga, por lo que es difícil que la ocupación sea alta, incluso en verano. En esta playa el baño no es peligroso, más allá de aguantar la fría temperatura del agua. En ella se pueden recoger también unas conchas muy bonitas, actividad que suele gustar a los niños.
Hay además otras calas más pequeñas, como Corbeiro y Arnela, muy protegidas del viento, pero sin servicios. Y otras más salvajes y poco aptas para el baño, dada su peligrosidad, como la playa Do Rostro o Mar de Fora.
*Recorrer el casco urbano de Fisterra.
* Visita guiada sobre las artes de pesca en el castillo de San Carlos.
*Disfrutar la gastronomía local.
* Recorrer la Costa da Morte, tanto hacia el norte, como hacia el Sur.
Corcubión. |
– Malpica de Bergantiños: Uno de los pueblos más típicos de
la Costa da Morte, con un pintoresco puerto pesquero tradicional (pesca del
día) y una bonita playa en el centro del mismo, rodeada de un paseo marítimo
con terracitas.
– Corme: El pueblo de Corme, y el faro O Roncudo, forman una
de las zonas más vírgenes de la Costa da Morte. En el faro de O Roncudo se
cogen los percebes más ricos (y, normalmente más caros) de toda la costa
gallega. Al ver toda la zona de la costa que rodea el Faro de O Roncudo, uno se
da cuenta de porque los percebes tienen ese precio. En el verano existe la
“Festa do Percebe”, con exaltación de este marisco a precios razonables, y con
un gran ambiente.
– Laxe: Bonito pueblo marinero con una playa de 2 Km de
extensión en el centro del pueblo, y un paseo marítimo que cubre una buena parte
de la misma. A parte de la playa del centro del pueblo, a 8 Km del centro de
Laxe, está la playa de Traba de Laxe, un arenal inmenso y virgen, con gran
encanto.
– Camariñas: Capital del Encaje de Bolillos, y el origen de
la Costa da Morte, donde muchos barcos “famosos” se hundieron, con muchas
historias y leyendas de las que se hablan en diferentes libros y publicaciones
sobre la Costa da Morte. Además del puerto pesquero, situado en el centro del
pueblo, no se puede dejar de visitar Cabo Vilán, en donde todavía a día de hoy
habita su farera, la cual posiblemente os encontréis en vuestra visita.
– Muxía: Conocida, recientemente, por ser el Km 0 de la
catástrofe del Prestige ocurrida a principio de este siglo, Muxía es una villa
de gran encanto y con mucha historia (real o leyenda, dependiendo los oídos que
la escuchen). El santuario de la Virgen de la Barca, donde las historias
cuentan que la virgen apareció montada en una barca, tiene una especial belleza
paisajística, y muchas de las características que definen la Costa da Morte
(mar, bravura, paisaje, viento, naturaleza, …). La famosa “pedra dos cadrís” y
la “pedra de abalar”, con sus especiales formas, llaman la atención de los visitantes.
– Ría de Lires: Un remanso de paz, y una de las puestas de
sol más bonitas de la zona.
– Corcubión: La “perla” de la Costa da Morte, declarado
conjunto histórico-artístico desde el año 1984, es una de las villas más
típicas de la Costa da Morte. Partiendo de la antigua cárcel, hoy oficina de turismo, se inicia un itinerario para recorrer los principales monumentos de sus casco histórico, como la iglesia de San Marcos, casa Teixeira, el pazo dos condes de Traba, la capilla del Pilar...
Hacia el Sur de Corcubión y saliendo ya de la Costa de la Morte en dirección Rias Baixas hay también un bonito recorrido que ya os contamos en una anterior entrada y que podéis leer aquí.
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