sábado, 4 de mayo de 2019

Ruta a la Cimbarra. Uno de los tesoros paisajísticos de Jaén.





El paraje conocido como cascada de la Cimbarra se encuentra enclavado dentro del Parque Natural de Despeñaperros, en el término municipal de Aldeaquemada. Esta localidad fue fundada durante el proceso repoblador emprendido por Carlos III a finales del S. XVIII, aunque ya había asentamientos en la zona desde la prehistoria hasta la época romana. Así lo atestiguan los numerosos restos de pinturas rupestres que podemos encontrar en cuevas de la zona. 


Ponemos rumbo  hacia Aldeaquemada para visitar el  bonito paraje conocido como salto de la Cimbarra, declarado paraje natural,  pero antes de llegar hacemos una pequeña parada en el pueblo. Esta población tiene una pequeña pero curiosa plaza donde destacamos dos edificios significativos, la iglesia parroquial y el ayuntamiento.





Proseguimos camino por una pista de tierra que en dos kilómetros nos conduce hasta una explanada habilitada como aparcamiento. Desde allí se inicia un sendero que en unos cinco minutos nos conducirá a la zona conocida como Plaza de Armas. Una plataforma de piedra situada enfrente de la Cimbarra, desde donde tenemos la mejor perspectiva de este espectacular salto de agua. Esta impresionante cascada  se forma al precipitarse el río Guarizas por una falla transversal  con una caída de 40 metros.



Un poco antes de llegar a la plaza de armas sale un sendero desde el que se puede llegar a la base de la Cimbarra. En este lugar accedemos a la laguna donde termina la cascada, es una laguna de gran profundidad y donde a pesar de no estar prohibido el baño, este puede ser bastante peligroso. 

Desde la plaza de armas  tenemos opción de iniciar un sendero circular que con un recorrido de diez kilómetros nos llevará al Charco del Negrillo, al lugar conocido como las juntas, donde se junta el río Guarizas y el arroyo de Martín Perez, al Cimbarrillo y de vuelta a la Plaza de Armas. Este sendero tiene algunos trayectos dificultosos.  Para llegar al Cimbarrillo hay una opción más sencilla, que es descender hasta el área recreativa del arroyo de Martín Perez, camino bastante simple que se puede hacer andando o en coche, y desde allí seguir el curso del arroyo.




Desde allí en poco más de 15 minutos andando y siguiendo el curso del arroyo de Martín Perez,  llegamos hasta el conocido como Cimbarrillo. En nuestra última visita, debido a las lluvias, el río estaba un poco más crecido de lo habitual y hubo que descalzarse para cruzarlo para llegar al Cimbarrillo, también tuvimos que hacerlo para acceder al paraje donde se encuentra esta pequeña cascada, que aunque más pequeña que la Cimbarra, tiene mucho encanto.







Además de por sus cascadas, esta zona constituye un agradable paseo por la belleza del paraje natural, con vegetación muy diversa. Abundan los bosquejes de encinas y alcornocales y un espeso matorral mediterráneo en el que predominan las jaras. El curso del río se acompaña con un interesante bosque de ribera. 


Desde el Cimbarrillo podemos continuar el camino hasta llegar al conocido como Charco del Negrillo. En esta ocasión optamos por no continuar la ruta, ya que vista la dificultad de acceso al Cimbarrillo por el agua, pensamos que iba a ser muy complicado acceder al Negrillo por este motivo.  

Tras la visita y una suculenta comida en la bonita zona que rodea a este enclave, pusimos rumbo de nuevo a Aldeaquemada y tomamos la carretera de vuelta a Santa Elena. En mitad de la bajada paramos en un centro de interpretación, que estaba cerrado. Desde aquí hay una indicación  a la cueva de los muñecos,  lugar en el que se pueden ver unas interesantes pinturas prehistóricas. Al igual que ocurre con el resto de las pinturas rupestres de la zona, son de difícil localización a no ser que se vaya con un guía. Tal fue nuestro caso, ya que no conseguimos localizar la cueva.