lunes, 30 de julio de 2018

Visitando Tarazona, capital del Moncayo

Tarazona, capital de la comarca del Moncayo, es un bonito municipio de Zaragoza. Encrucijada de caminos entre las comunidades de Castilla y León, La Rioja y Navarra. Nuestra llegada a Tarazona se enmarca en ruta a nuestro viaje por Navarra, llegamos procedentes de Medinaceli, localidad que habíamos visitado antes y de la que os hablé en otra entrada que podéis encontrar aquí.

Llegamos a Tarazona y aparcamos en un descampado habilitado como aparcamiento gratuito en la Avenida de Navarra, bastante cerca de la Plaza de San Francisco, donde se encuentra la oficina de turismo. En la oficina nos informan de los principales monumentos y horarios y nos dan un plano de la localidad. Nos dirigimos a uno de los puentes sobre el rio Queiles, desde el que contemplamos la bonita vista.



Hemos llegado a la hora de comer y la mayoría de los monumentos están cerrados, nos dirigimos pues a un restaurante cercano a la oficina de turismo. La gastronomía de Tarazona tiene como protagonista indiscutible a las verduras, cultivadas en la vega del Queiles, berenjenas, calabacines, alcachofas, espárragos y su afamada coliflor, también las judías blancas tiernas, denominadas pochas. La carne tiene también su protagonismo, ya que en Tarazona y el Moncayo existe una cabaña ganadera ovina que es la más representativa de la zona y se denomina Rasa Aragonesa. El cordero lechal, el pollo al chilindrón y el pavo trufado también son platos estrella de la zona. 

Después de comer nos encaminamos a la plaza de toros vieja. Esta plaza de forma octogonal, fue construida por iniciativa privada entre 1790 y 1792. La conforman 32 viviendas dispuestas alrededor de un espacio que sirvió como coso taurino hasta 1870. Aunque muy reformada y poco llamativa en mi opinión, sin duda es un espacio peculiar.



Cruzamos el rio y nos dirigimos a la judería, para llegar hasta ella hay que subir un buen tramo de escaleras, accediendo a la Plaza del Palacio. Desde esta plaza se puede disfrutar  una magnífica vista panorámica de la ciudad.








El Palacio Episcopal fue antigua zuda musulmana y residencia de los reyes de Aragón, se convirtió en palacio episcopal a finales del siglo XVI. Lo forman construcciones medievales como el torreón con el salón de obispos y renacentistas, patio,escalera, fachada hacia el rio. Fue ampliado en el siglo XVIII.  En el ascenso hacia la plaza del Palacio es posible  disfrutar de la vista de las casas colgadas de la judería.





Al lado del palacio episcopal se encuentra la iglesia de la Magdalena. Su cabecera de  tres ábsides es tardorománica y las naves datan de comienzos del siglo XV. La torre mudéjar consta de varios pisos medievales rematados por otro de comienzos del siglo XVII. El barrio de la judería es un laberinto de calles en bastante mal estado de conservación, de hecho las mayoría de las casas amenazan ruina. Nos perdemos un poco y acabamos en la calle Marrodán, una calle más ancha y comercial que conduce al Ayuntamiento. 

Rincón de la judería.

Iglesia de la Merced, judería.



Es este un magnífico edificio levantado a mediados del siglo XVI sobre la muralla para servir de lonja, granero público y mirador sobre la plaza. En la fachada destaca, junto a las figuras alegóricas, gigantes y escudos, el friso con la cabalgata triunfal de Carlos V tras su coronación como emperador en Bolonia.



Enfrente el Ayuntamiento se levanta una estatua que hace referencia al Cipotegato, figura bufonesca protagonista en las fiestas de la localidad. Con la salida del Cipotegato, el dia 27 de Agosto a las 12 del mediodia, dan comienzo las fiestas patronales en honor a San Atilano. Los actos se celebran desde el 27 de agosto hasta el 1 de septiembre.  El personaje sale corriendo desde el Ayuntamiento bajo una lluvia de tomates, para realizar un itinerario secreto por la ciudad. En el año 1998 fue declarada Fiesta de interes turístico por el gobierno de Aragón.



Bajamos de nuevo hasta el rio para cruzar en dirección a la Catedral de Santa María de la Huerta. Originariamente en esta ubicación se construyó una primera catedral románica tras la reconquista de la ciudad en 1119. Se erigió extramuros, en la huerta de la población. Esta ubicación tan peculiar se debe a la búsqueda de un lugar relacionado con los orígenes del cristianismo en la ciudad, ya que en esta localización se han hallado restos de una necrópolis tardoromana  y un baptisterio visigodo.



La actual fue construida en estilo gótico por maestros franceses, se consagró el 20 de abril de 1235. Destacan de esta época las pinturas descubiertas en la girola y el altar mayor. La incorporación de elementos mudéjares indican la larga pervivencia islámica en esta zona. A mediados del siglo XVI el interior del templo se renovó según la estética renacentista de la mano del maestro Alonso Gonzalez. Las principales aportaciones barrocas son el pórtico mayor de acceso al templo y el trascoro. Destaca la belleza del retablo del siglo XVI, del anterior solo se conserva la figura de la Virgen de la Huerta.





Después de la visita al interior de la catedral ponemos rumbo a nuestro coche, pasamos por delante de la iglesia y convento de San Francisco. El conjunto de la iglesia y el claustro fue construido en el siglo XV con capillas renacentistas y barrocas. Las dependencias son sede de la escuela oficial de idiomas. Pasamos también por delante del Teatro de Bellas Artes, construido en 1921 según el estilo de teatro italiano. Tras esta visita ponemos rumbo a nuestro siguiente destino, Tudela. 


martes, 24 de julio de 2018

Qué ver en Medinaceli, Soria.




Medinaceli es un bello pueblo situado al sur de la provincia de Soria, conocido entre otras cosas por ser el lugar donde murió el famoso caudillo del ejercito musulmán Almanzor. El muy temido caudillo que no perdía ninguna de sus batallas era el azote de los cristianos, pero  nadie vive eternamente, ni siquiera Almanzor. Un caluroso 10 de Agosto de 1002, tras incendiar el monasterio de San Millán, enfermo desde hacía años y tras semanas de agonía vino a morir a Medinaceli. Se rumorea que su tumba está hacia poniente en el cuarto cerrillo, con él se fue el secreto de múltiples tesoros. 

Medinaceli es nuestra primera etapa de un recorrido en coche por Navarra en el que tambíén tocaremos algunos puntos en Soria, Zaragoza, Pais Vasco y Francia. Salimos para este viaje desde Alcalá de Henares, que es nuestra estación de salida siempre que nos dirigimos hacia el norte. Tomando la A-2 en dirección Zaragoza, en poco más de hora llegamos a esta bella localidad. Nos dirigimos al centro histórico que está encaramado a una colina, desde la carretera de acceso tenemos la primera visión del bello entorno y la riqueza patrimonial que nos aguarda. 



En la curva de acceso al pueblo hay una pequeña ermita con aspecto de semiabandono pero gran encanto, es la Ermita del Humilladero. Esta toma su nombre del término "humilladero", lugar situado extramuros, en un cruce de caminos de entrada y salida de la población. El objetivo de esta era facilitar la práctica religiosa a los transeuntes.



Seguimos subiendo la serpenteante carretera y llegamos al pueblo, donde nos da la bienvenida el impresionante arco del triunfo romano. Aparcamos en una explanada habilitada para esto cerca del arco y nos dirigimos a la cercana oficina de turismo para que nos den un plano de la localidad. 

El arco romano es del siglo I d.c, único de triple arcada en la península, el arco central era para los carros y los laterales para los peatones. Su función era dar acceso al recinto amurallado desde la calzada que unia Soria con Zaragoza y dejar constancia del poderío del imperio romano. Desde aquí hay una bella panorámica del valle del Jalón y es posible ver también la escultura del Cristo de Medinaceli en un mirador. 



Nos entusiasmamos paseando por las bonitas y empedradas calles de Medinaceli y nos olvidamos del mapa, de pronto nos topamos con la Plaza de San Pedro en la que bajo el suelo y cubierto por una vitrina se puede ver un mosaico romano del siglo II en el que aún se aprecia la policromía. 



Desde aquí decidimos salir hasta la muralla y dirigirnos hacia el castillo. Este edificio erigido en torno al siglo XIV por los Condes de Medinaceli, aprovechó la ubicación y estructura de una alcazaba árabe. Tiene planta rectangular con tres torreones circulares y un cuarto cuadrangular como torre del homenaje. Aunque merece la pena acercarse a verlo, solo es visitable en su exterior.



Alzamos la vista y vemos la torre de la colegiata de Nuestra Sra de la Asunción, vamos orientándonos por la torre para llegar a la Plaza donde se ubica. La colegiata se construyó en el siglo XVI cuando el Duque de Medinaceli solicitó al Vaticano la unión de todas las parroquias en la de Santa María. Se demolieron pues todas las pequeñas iglesias, más de doce en estilo románico, que estaban en ruinas tras la reconquista de la ciudad. Visitamos el interior, donde no se permite tomar fotos. Tras la reja del altar mayor se expone una bella talla del Cristo de Medinaceli del siglo XVI en madera policromada.



Salimos de la iglesia tras estar un rato charlando con su anciano párroco que se queja de que las nevadas de ahora ya no son como las de antes, aunque me imagino yo la rasca que tiene que hacer en este cerro en invierno. Deben de estar preparando alguna actuación para la noche pues habían instalado un piano de cola delante del altar mayor y estaban afinándolo. Y es que Medinaceli tiene en verano una intensa vida cultural, con conciertos de coral en la colegiata los fines de semana de junio. En julio el festival internacional de música Villa de Medinaceli y en agosto conciertos de órgano gratuitos. En el Palacio Ducal hay conciertos en junio y julio, preludio del festival de ópera que se realiza en agosto. 

Salimos de la colegiata hacia la Plaza Mayor, impresionante lugar que no parece cuadrar en un pueblo tan pequeño pero que nos da una idea de la importancia que la localidad tuvo en épocas pasadas. Esta amplia plaza de forma casi pentagonal está porticada en alguno de sus lados, escoltada en otros por edificios notables: la Casa del Concejo-Alhóndiga y el Palacio Ducal. En esta plaza se celebra el sábado más próximo al 13 de noviembre la fiesta del Toro Jubilo. Un rito de fuego y toro que simbolizan purificación y fuerza, se trata de un rito pagano que se cristianizó en la fiesta de los patronos locales, Probo, Pascasio, Paulilo, Eutiquiano y Arcadio, representados en cinco hogueras en el recinto donde se celebra  la fiesta.



La Alhóndiga es una de las construcciones más singulares de la villa, en la planta alta se reunía el concejo y la baja se destinaba a alhóndiga o lo que es lo mismo almacén y centro de transacciones comerciales de grano y otros productos comestibles. Es una construcción del siglo XVI con dos plantas de arqueria en su fachada exterior, ambas de cuatro arcos.



El Palacio Ducal ocupa el lado norte de la plaza, se trata de un edificio de estética renacentista construido entre los siglos XVI y XVII por Juan Gómez de Mora. En la actualidad alberga el centro de arte contemporáneo DEARTE.



Tomamos rumbo hacia la puerta árabe, que a pesar de su nombre no es árabe. Sus cimientos son romanos y en lugar del arco apuntado que hoy vemos pudo existir en su origen uno de medio punto o de herradura. También llamada puerta del mercado ya que era uno de los accesos a la villa en dias feriados y aquí se instalaban los comerciantes que no accedían al recinto amurallado. Cerca de la puerta está la ermita del Beato Julián de San Agustín, construida en el siglo XIX por los vecinos de la localidad sobre la casa natal del beato. Lope de Vega escribió pensando en él la comedia "el saber por no saber y la vida de San Julián de Alcalá de Henares".



Volvemos sobre nuestros pasos cruzando de nuevo la magnífica Plaza Mayor de la que nos cuesta despedirnos y nos dirigimos hacia las ruinas de la antigua sinagoga, también llamada beaterio de San Román. Algunos historiadores ubican una mezquita en este edificio, hoy de aspecto ruinoso y solo visitable en su exterior, otros creían que era una sinagoga. Posteriormente acogió una comunidad de monjas adineradas con flexibles normas de vida en comunidad y finalmente fueron jerónimas hasta la segunda mitad del siglo XX. 



Seguimos caminando y pasamos por el cercano nevero ubicado en la zona norte de la localidad. Posiblemente de época árabe, se dedicaba al almacenamiento y conservación de la nieve en invierno para su uso durante la estación cálida.



Proseguimos camino hasta el convento de Santa Isabel, cercano ya al campo de San Nicolás habilitado como parquing. El convento fue fundado por la duquesa de Medinaceli en 1528, adosado a la iglesia de San Martín. 

En los alrededores del parquing y la oficina de turismo hay algunos restaurantes en los que poder degustar la gastronomía de la zona. Aquí, como en el resto de la provincia de Soria, destacan los productos para los amantes de la carne, como los derivados de la matanza del cerdo, entre ellos el lomo embutido de Medinaceli.  Recomiendan no irse sin probar un mil hojas, un pastel de etéreo hojaldre con  mantequilla dulce de Soria. En Semana Santa tras ver procesionar a Jesús de Medinaceli es recomendable probar los rosquillos locales y la limonada, bebida en la que el limón es solo atrezo.

Nos despedimos de esta bella localidad para seguir nuestra ruta con la mirada puesta ya en nuestro siguiente destino, Tarazona. 



martes, 17 de julio de 2018

Ruta por la Costa Cantábrica, desde Castro Urdiales a Gijón.

Castro Urdiales. 


Cantabria y Asturias son dos comunidades que nos gusta mucho visitar, lo hemos hecho en varias ocasiones, con y sin niños, aunque en cada caso el ritmo del viaje es diferente. En esta ocasión eran nuestras vacaciones de verano y elegimos zonas cercanas a la costa, para que los niños pudieran disfrutar también un poco el mar. Había dos actividades que queríamos realizar con ellos, la visita al parque natural de Cabárceno y el descenso del Sella. El resto iba surgiendo sobre la marcha, aunque los que me conocen ya saben que me gusta informarme bien de todo lo que puede dar de si una zona, aunque luego la climatología o simplemente las ganas de disfrutar un lugar más que otro hagan cambiar los planes previos. 

Este es un viaje que realizamos en el verano de 2016, la ruta la hicimos con nuestro coche y el punto de partida fue la ciudad de Alcalá de Henares. Con el fin de no tener que volver a un punto de partida fijo todos los dias, elegimos tres alojamientos diferentes que se ajustaban a la ruta que queríamos hacer, de este modo estuvimos parando en Lloreda, localidad cántabra cercana a Cabárceno,  en Tereñés, localidad asturiana cercana a Ribadesella y en una pedanía del  puerto de Tazones. 

En nuestro primer dia de viaje salimos de Alcalá de Henares temprano en la mañana y llegamos a la localidad palentina de Aguilar de Campoo, allí hicimos una parada para comer y de camino visitamos esta bonita localidad que es conjunto histórico-artístico y conserva un casco antiguo muy bonito. si queréis ampliar información sobre nuestra visita a esta localidad podéis hacerlo aquí.



Proseguimos camino e hicimos una corta parada en Fontibre, situado ya en tierras cántabras. Este punto se ha considerado durante mucho tiempo el nacimiento del rio Ebro. El entorno se repobló hace décadas con especies arbóreas autóctonas, sobretodo de fresnos y chopos mezclados con robles y sauces de ribera que configuran un placentero paraje.

Después de esta parada llegamos a Lloreda, una pequeña localidad de casas dispersas que no tiene mucho interés monumental pero está rodeada de un bonito paisaje. Como teníamos aún varias horas de luz solar por delante nos fuimos a la cercana localidad de Liérganes. 



Su conjunto urbano concentra una valiosa arquitectura clasicista de los siglos XVII y XVIII, fruto del auge económico que la fábrica de artillería propició en este periodo. La parte vieja de Liérganes es llamada el Mercadillo y es un conjunto histórico-artístico con casonas populares y numerosos palacios. 

En nuestro segundo dia nos dirigimos al parque natural de Cabárceno. Este parque se situa sobre una antigua mina de extracción de hierro. En este bello paraje, donde se mezcla el verde de su frondoso paisaje con el rojo de sus rocas y colinas, viven animales salvajes en régimen de semilibertad. Además de ver tigres, gorilas, jirafas... en sus recintos también es posible disfrutar una exhibición de aves rapaces y un espectáculo con leones marinos, además del reptario. En el parque hay también restaurantes y zonas para comer tipo picnic si llevas tu comida. 



Estuvimos la mayor parte del dia en el parque y sobre las seis de la tarde nos fuimos a la localidad de Castro Urdiales. El conjunto urbano de esta tiene origen medieval y logró en 1978 el reconocimiento como conjunto histórico. Su patrimonio monumental está formado por la iglesia de Santa María, el castillo-faro que se ubica junto a ella, el bello puente medieval y la ermita de Santa Ana. Junto a Laredo y Santoña constituye el triángulo de la anchoa, por las famosas conservas de este pescado que aquí se fabrican. Si queréis tener más información sobre nuestra ruta en este dia podéis verlo aquí.






En nuestro tercer día salimos de Lloreda y vamos recorriendo una serie de bellas localidades hasta llegar al pueblo de Tereñés, cercano a Ribadesella, donde pasaremos nuestros cuatro próximos dias. En el camino visitamos, Santillana del Mar, Comillas, Bárcena Mayor y Carmona. Ya os hablé de este bello recorrido en una entrada anterior, si os interesa verla la tenéis disponible en este enlace ruta por Cantabria y Asturias.

Carmona.


Aún tuvimos tiempo tras llegar a Ribadesella de disfrutar de un precioso atardecer en la cercana playa de Vega. 

Nuestro cuarto día está dedicado a las cuevas, y la primera que vamos a visitar es la Cueva de Tito Bustillo, en la localidad de Ribadesella. Es una cueva con unas importantes pinturas rupestres que fue descubierta en 1968. El acceso es con visita guiada y en grupos limitados, para preservar las condiciones de conservación de las pinturas, por lo que es necesario reserva previa, si tenéis interés en verla os recomiendo hacer la reserva, la cueva es bastante bonita. Al lado hay un centro de interpretación en el que se recogen las entradas y que es bastante entretenido si vais con niños. La visita se puede complementar con el acceso a la cuevona de Ardiles, situada a un nivel superior y que también visitamos. Terminamos la mañana visitando la Cuevona de Cuevas, atravesada por una carretera y único acceso a pueblo de Cuevas. La Cuevona de Cuevas del Agua conserva unas excelentes formaciones calcáreas.

Cuevona de Ardiles.

Cuevona de Cuevas del Agua. 


Tras nuestra intensa mañana de cuevas nos vamos a comer a Ribadesella, para reponer fuerzas y seguir con una tarde dedicada a las playas. Recorremos después la carretera comarcal que une Ribadesella y Llanes y vamos a visitar algunas de las playas de este litoral en la zona más cercana a Ribadesella. La elegida para pasar gran parte de la tarde es la playa de San Antolín, es una zona de fácil acceso, con aparcamiento y no suele estar muy concurrida, incluso en temporada alta. Además de esta visitamos las playas de Cuevas del Mar, nos decepcionó un poco porque estaba abarrotada, Gulpiyuri, la playa de Guadamia, y la playa de la Huelga. Para tener más información sobre estas playas podéis ver nuestra entrada dedicada a las playas asturianas misplanesdeviaje./playas-asturianas.

Playa de la Huelga.


Al anochecer volvimos a Ribadesella para dar un paseo por el bonito paseo marítimo de la Playa de Santa Marina con sus casas indianas. Cenamos en uno de los restaurantes de la localidad de Tereñés, cerca del apartamento, porque  nos apetecía inflarnos de sidra asturiana sin tener que conducir y la verdad es que fue una magnífica elección, la comida deliciosa y a muy buen precio. 

En nuestro quinto día de aventura, nos dirigimos a la localidad de Arriondas, para hacer el descenso del Sella. Es una actividad muy divertida para los niños y os la recomiendo. Hay muchas empresas que realizan esta actividad y los precios y recorridos son muy similares, nosotros escogimos multiaventuranorte, porque leimos buenas críticas y el precio para los niños era algo inferior a otras. Tienen la sede a las afueras de Arriondas, y en este punto es donde se deja el vehículo, te dan los salvavidas y te llevan al punto de salida. Con el precio se incluye un picnic, aunque nosotros llevamos nuestra propia comida, ya que los bocadillos suelen ser algo secos. La opción es hacer un tramo de 8 km o los dos tramos y bajar 16 km. Nuestra primera intención era hacer los dos tramos, pero los niños reman poco y además paramos a disfrutar las playitas que vamos encontrando a lo largo del recorrido, para comer, merendar, darnos un bañito que el sol aprieta, con lo cual nos damos cuenta de que no vamos bien de hora para el recorrido largo, por lo que salimos a los ocho kilómetros.



Como terminamos antes de lo planeado nos vamos a Tereñés para visitar las huellas de dinosaurio que hay en sus acantilados. El paseo es bastante bonito pero las huellas son bastante difíciles de apreciar si no vais con guía, en nuestro caso como la marea estaba alta no pudimos acceder a ellas. 


Iniciamos nuestra sexta jornada de viaje visitando los acantilados de la playa de Ribadesella, para ver las huellas de dinosaurio que se encuentran en ellos, a estas alturas supongo que ya habréis imaginado que nuestros hijos son fans de los dinosaurios. Tras la visita ponemos rumbo a Llanes, por la carretera de la costa, visitando las playas de Celorio y Poo. 

Llegamos a Llanes y nuestra primera parada fue el Palacio de Partariu, esta bonita pero escalofriante casa indiana fue el escenario de la película "El orfanato", aparcamos en esta zona y fuimos andando y visitando las bonitas casas indianas que hay en Llanes hasta el puerto.




Recorrimos el casco histórico en el que había un mercadillo medieval. Desde allí fuimos a ver la playa del Sablón y el paseo de San Pedro con sus preciosas vistas. Tras volver al puerto para comer en uno de sus restaurantes, nos fuimos a ver la playa de Torimbia, pero fue imposible aparcar por la gran cantidad de gente que había allí. Emprendimos camino de regreso a Ribadesella un poco decepcionados, pero al pasar por la carretera vimos una tranquila playa, como un entrante de mar, a la altura de los pueblos de Barro y Niembru. El entorno era precioso, con unas vistas desde la playa de una ermita y las montañas. En la playa con marea alta no se accedía a la orilla del mar, al ser un entrante de mar, pero al bajar la marea el acceso al mar se hace posible y la playa es preciosa.




Tras esta gran tarde de playa decidimos cenar en Tereñés y fuimos al bar el Prau, donde  cenamos divinamente, a destacar el chorizo que estaba de infarto.

En nuestro séptimo dia vamos a recorrer la llamada costa de los dinosaurios, desde Ribadesella hasta la localidad de Tazones, donde estaremos los dos próximos dias. Salimos de Tereñés en dirección a Colunga, localidad donde se encuentra el Museo del Jurásico de Asturias. Antes de llegar a Colunga  paramos en el mirador de Fitu, desde donde tenemos unas magníficas vistas de los Picos de Europa.



Tras la parada en el mirador seguimos ruta hacia Colunga, donde no paramos. El museo se encuentra en la carretera que une Colunga y Lastres. Nosotros fuimos un domingo del mes de Julio, en este mes (como en Agosto) el museo está abierto ininterrumpidamente desde las 10,30 hasta las ocho de la tarde. En el resto de meses mejor consultar horarios www.museojurasicoasturias.com/horarios. Este museo está bien indicado en la carretera, tiene un gran parking gratuito y una zona exterior muy atractiva para los niños con figuras de dinosaurios.



Es un edificio que tiene la forma de una huella de dinosaurio. Los miércoles el museo es de acceso gratuito, por lo que suele haber más gente, sobretodo en verano. Aún siendo gratuita yo os recomiendo que paguéis el pequeño suplemento  (1,73 euros) de la visita guiada, merece la pena. Nosotros fuimos un día distinto, pero nos hicieron un descuento por haber visitado la cueva de Tito Bustillo en Ribadesella, (no tiréis los tickets si vais a los dos sitios).

En el museo nos indicaron como llegar a las huellas de dinosaurio que hay en la Playa de la Griega, al ser un domingo la playa estaba abarrotada de gente, por lo que decidimos acercarnos a la cercana Lastres a comer en la zona del puerto y ver las huellas a la vuelta. 

Lastres es una bella villa marinera situada en la comarca de la Sidra. Esta localidad se hizo famosa por ser la localización de la serie "Dr Mateo". El pueblo se deja caer hacia el mar desde la ladera de una montaña ofreciéndonos una bella visión tanto del pueblo, con sus casas escalonadas, calles estrechas, angostas, empedradas,  como del puerto. En el puerto hay varios restaurantes donde se come muy bien, nosotros elegimos el restaurante la Rula y la elección fue muy acertada. 



Tras comer en Lastres nos dirigimos a la Playa de la Griega para ver las huellas de diplodocus que se conservan a poca distancia de esta. Tras esto nos dirigimos a nuestro apartamento situado a poca distancia de Tazones, en la casa rural la Cirigüeña. Tras hacer el check-in nos fuimos a ver el faro de Tazones, pero la niebla nos impidió ver el paisaje desde los acantilados. 

Nos dirigimos pues al puerto de Tazones, para pasar el resto de la tarde y cenar en uno de sus restaurantes, conocidos por la calidad del marisco que sirven. 

En nuestro octavo dia vamos a visitar la localidad de Villaviciosa, famosa por su ria y por su sidra. Villaviciosa es la capital del concejo asturiano del mismo nombre y es principalmente conocida por la producción de sidra. Esta actividad se realiza gracias a la abundancia de pumaraes, nombre con el que se  conoce en Asturias a las arboledas de manzanos. Además de sus muchas e interesantes fábricas de sidra, Villaviciosa tiene la mayor ria de Asturias, el concejo tiene un importante puerto pesquero en Tazones y su cercana playa de Rodiles es aclamada por su calidad y belleza. La localidad tiene un gran atractivo para el visitante, con un casco histórico muy agradable en el que encontramos iglesias, palacios y casas centenarias.



Dedicamos la mañana a visitar los monumentos más importantes de la localidad y aprovechamos nuestra estancia en el casco histórico para comer en uno de sus restaurantes. Por la tarde recorremos su ria visitando el centro de interpretación de la sidra y acabamos la jornada de nuevo en el puerto de Tazones disfrutando de sus magníficos restaurantes. 

En nuestro noveno dia de viaje vamos a visitar el interior de la comarca de la sidra, visitando las bonitas localidades de Torazu y Sietes. Después pasamos la tarde en la preciosa playa de Rodiles. 


Torazu.


En nuestra décima y última jornada de viaje vamos a aprovechar el viaje de vuelta a Alcalá de Henares para visitar la ciudad de Gijón. Esta es considerada la capital de la Costa Verde, situada en la zona central-septentrional de Asturias, por ella discurre el Camino de Santiago en su ruta costera. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  Desde su fundación en el siglo V a.C, ha sido una población eminentemente industrial, lo que favoreció su desarrollo a lo largo del siglo XX. En los últimos años y debido a la crisis de la siderurgia, la ciudad ha tenido que reinventarse, pasando a transformarse en un centro turístico, universitario y comercial. Ya os hemos hablado de esta visita en una entrada anterior, para verla con más detalle podéis pinchar aquí.



Es Gijón una ciudad preciosa que  merece disfrutarse con tranquilidad, pero a veces nuestros planes de viaje no nos permiten dedicar más de una jornada a un lugar y este fue nuestro caso. Fue el fin de fiesta de un viaje maravilloso.


Nos despedimos de Asturias con el buen sabor de boca que te deja un buen viaje en el que hemos disfrutado esta maravillosa zona que cada vez nos atrae más. 







lunes, 9 de julio de 2018

Que ver en Gijón en un día.






Gijón es considerada la capital de la Costa Verde, situada en la zona central-septentrional de Asturias, por ella discurre el Camino de Santiago en su ruta costera. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Desde su fundación en el siglo V a.C, ha sido una población eminentemente industrial, lo que favoreció su desarrollo a lo largo del siglo XX. En los últimos años y debido a la crisis de la siderurgia, la ciudad ha tenido que reinventarse, pasando a transformarse en un centro turístico, universitario y comercial.

Es Gijón una ciudad preciosa que  merece disfrutarse con tranquilidad, pero a veces nuestros planes de viaje no nos permiten dedicar más de una jornada a un lugar y este fue el caso en Gijón. Fue digamos el fin de fiesta de un viaje maravilloso. Dedicamos nuestra última jornada de una ruta por Cantabria y Asturias oriental a visitar esta bonita localidad. 

Llegamos muy temprano en la mañana y nos dirigimos a la universidad laboral de Gijón, un impresionante edificio que merece la pena visitar por sí solo. Se encuentra situada a unos tres kilómetros del centro urbano. Fue construida entre 1949 y 1956, es la obra arquitectónica más importante realizada en el siglo XX en Asturias y el edificio más grande de España. Fue declarada bien de interés cultural con la categoria de monumento en 2016. La universidad tiene visitas guiadas y la opción de verla por libre, con subida a la torre. Esto último fue lo que hicimos ya que la visita guiada era más tarde y perderíamos mucho tiempo. La visita a la Torre nos permitió ver unas bonitas vistas, pero no pudimos entrar a la iglesia ni al teatro, ya que estaban preparando un evento en el patio y ambos edificios estaban cerrados, esto sin duda deslució un poco esta visita y nos decepcionó. 






Tras la visita nos dirigimos hacia el centro de Gijón y aparcamos en las inmediaciones del estadio del Molinón. Desde allí cruzamos el bonito parque  de Isabel la Católica y tomamos dirección a la playa de San Lorenzo. El paseo marítimo es muy bonito y se presta a un agradable paseo. Disfrutamos también con una exposición fotográfica al aire libre que había en una plaza cercana al paseo. 





Comimos en uno de los restaurantes del paseo marítimo y como no, una comida espectacular y a muy buen precio, como viene siendo la tónica en Asturias. 

Dejamos el paseo marítimo para visitar Cimadevilla, antiguo barrio de pescadores y casco histórico de Gijón. Aquí nos detenemos en la Plaza Mayor, donde hay un gran ambiente de sidrerias y visitamos el puerto deportivo, además de pasar por delante del  ayuntamiento y del bello edificio del Palacio de Revillagigedo y la contigua colegiata de San Juan Bautista. 







El Palacio de Revillagigedo es una notable muestra de arquitectura palaciega asturiana del siglo XVIII.  Su construcción se inició en 1704, aprovechando un torre medieval de estilo gótico del siglo XV. El edificio es de estilo barroco, compuesto por dos torres almenadas y un cuerpo central. Contrasta la austeridad de las torres con la abundancia decorativa del centro. La capilla contigua, con categoría de colegiata, se concluyó quince años más tarde que el palacio. 






Proseguimos en dirección a la cercana iglesia de San Pedro. Pasamos por encima de las termas romanas, la entrada es subterránea,  que a estas horas estaban cerrados y tomamos la calle que asciende hacia el cerro de Santa Catalina. Las termas romanas comenzaron a edificarse en el siglo I  y fueron reformadas en el siglo II. Se descubrieron accidentalmente tras unas obras de alcantarillado realizadas en 1903. Tras el fin de la Guerra Civil, en la que se destruyó la antigua iglesia de San Pedro, edificada sobre estas, se discutió si volver a levantar el templo en su emplazamiento original. Esto se llevó a cabo, ocultando una parte del yacimiento para siempre. Las excavaciones para exponer parte de las ruinas al público comenzaron en 1990 y finalizaron en 1995 con la inauguración del actual museo.


Iglesia de San Pedro.


Es el cerro de Santa Catalina un lugar de esparcimiento para los gijoneses, donde además de unas preciosas vistas podemos ver unos refugios de la guerra civil y la obra Elogio del Horizonte. 






Elogio del Horizonte es el nombre de una escultura de hormigón, obra del escultor Eduardo Chillida. Se trata de una pieza de grandes proporciones erigida en el año 1990. Desde su construcción se ha convertido en el símbolo de la ciudad. 



Después de un rato de esparcimiento y disfrute visual en este espacio, descendemos de nuevo hacia la iglesia de San Pedro, dudamos si visitar las termas romanas, ya abiertas a esta hora, pero tenemos un viaje de regreso a Madrid y no queremos terminar muy tarde, por lo que decidimos tomar un autobús urbano de regreso al estadio del Molinón y comenzar nuestro viaje de regreso. 


Despedimos este recorrido con una imagen en blanco y negro que da el punto de contraste a este colorido y maravilloso viaje, lleno de luz y de sabor, en el que hemos disfrutado de preciosas playas, pueblos marineros, buena sidra y mejor comida. Hasta pronto Asturias......