jueves, 20 de octubre de 2022

Ruta por las tierras del Burgo de Osma.



Hemos realizado una escapada de dos días por tierras sorianas, concretamente por las tierras del Burgo de Osma, un lugar lleno de historia, con magníficos monumentos y un entorno natural increíble. En esta zona se encuentran algunas de las principales atracciones turísticas de la provincia de Soria, como el Cañón del Río Lobos o el pueblo de Calatañazor. 

Nuestra ruta empieza con la visita al Cañón del río Lobos, al que accedemos por la localidad de Ucero, la más cercana a la entrada hacia la ermita de San Bartolomé, que era el objeto de nuestra visita. Para acceder a la ermita hay habilitados una serie de aparcamientos, el más cercano se encuentra a unos 800 metros de la ermita, con un agradable paseo al lado del río. La ruta se puede hacer a ambos lados del río, pero es más bonita por el sendero estrecho que por la pista forestal, también se puede hacer circular, yendo por la pista y volviendo por el otro lado del río. El aparcamiento está regulado en temporada alta, por lo que hay que pagar 4 euros por vehículo, el tiquet da acceso también a la visita del centro de interpretación "casa del parque" del Cañón del río Lobos. 

Al llegar nos sobrecoge la hermosa imagen de la ermita a los pies del cañón, con los buitres sobrevolando la zona.  Esta ermita, fechada en siglo XIII, que conserva prácticamente intactas las formas románicas, formó parte de lo que fue un monasterio que la tradición ha atribuido al Temple.  Ocupa lugar preferente en el ágora que el río traza entre los farallones kársticos y las buitreras de leonados. Es una hermosa construcción románica armoniosa, equilibrada y trazada con líneas puras. Cuenta con una elegante puerta de entrada, canecillos ilustrados con originales motivos y  rosetón con ornamentación de fina celosía. En el exterior le acompañan olmos centenarios y el río remansado. La entrada al interior cuesta un euro, y hay que comprobar los horarios, por la tarde abre a las cinco, en época estival. 


Después de la ermita continua una senda, nada más tomarla nos encontramos con una impresionante cueva de paredes calizas en las que hay algunas pinturas rupestres, aunque difíciles de apreciar. Para los amantes del senderismo es posible seguir recorriendo el cañón en sus 24 kilómetros de recorrido, pero al ser una ruta lineal después hay que volver. Nosotros tras ver la ermita y disfrutar un rato del entorno, volvimos al aparcamiento para seguir ruta hacia Burgo de Osma. 

Burgo de Osma es una preciosa localidad, con un casco antiguo fortificado, perfectamente conservado, y una magnífica catedral gótica. Sin duda la Catedral es la joya del Burgo, por lo que os recomiendo la visita a su interior, y a ser posible la visita guiada. Cuando nosotros llegamos ya no había opción de hacer la visita guiada, por lo que cogimos la audioguía.  Burgo de Osma y Ciudad de Osma son ahora la misma localidad, pero en la edad media eran dos núcleos diferentes, siendo el Burgo la parte religiosa y Ciudad de Osma la civil. 




Además de la Catedral, otros edificios interesantes dentro del recinto fortificado del Burgo son; la oficina de turismo, ubicada en el antiguo hospital de San Agustín, el edificio del ayuntamiento, el hotel Castilla Termal, situado en el edificio de la antigua universidad de Santa Catalina, con su magnífico claustro renacentista. Imprescindible deleitarse con el recorrido de la Calle Mayor porticada y fijarse en sus distintas columnas y en la arquitectura popular de sus casas con sus entramados de madera.  Fuera del recinto del Burgo,  se encuentran los restos del castillo y la iglesia de Santa Cristina, entre ambos el puente romano. 






Nosotros elegimos Burgo de Osma para pasar la noche, por lo que pudimos disfrutar esta bella localidad con tranquilidad. Además del paseo por su casco antiguo, saliendo del recinto fortificado  por la puerta cercana a la catedral, cruzamos el puente medieval y pudimos dar un agradable paseo a la orilla del río Ucero. Aquí encontramos  un bonito parque en el que además del agradable frescor proporcionado por las copas de sus plataneros, que se unen para formar un techo vegetal, encontramos algunos restos interesantes como unas columnas, restos de una antigua iglesia, o una estela medieval. 

Nuestra siguiente jornada nos acerca a la preciosa localidad de Calatañazor, con uno de los mejores ejemplos de arquitectura popular castellana que se conservan en la provincia. Para aparcar hay habilitadas algunas plazas al lado de la carretera de ascenso al casco histórico, hay también un pequeño descampado un poco más adelante, al lado de los restos de una antigua ermita románica. 




Destaca en Calatañazor todo su conjunto urbano, por su gran belleza y vistosidad. Es un pueblo medieval en el que parece que el tiempo se ha detenido. Presenta un entramado de calles empedradas con casas de arquitectura popular con la parte inferior de piedra y planta superior de encestado de barro y madera de sabina. El pueblo se haya coronado por un castillo y rodeado por una muralla de los siglos XII y XIII.




Hay una ermita románica justo a la entrada del pueblo, que se encontraba cerrada cuando la visitamos y una bonita iglesia, la Iglesia de Nuestra Sra. del Castillo. Elevada sobre la base de un templo del siglo XII, el cuerpo principal del templo fue renovada por completo en época gótica. Del periodo románico permanece la portada, con tres arquivoltas, de las cuales, la del medio lleva un extraño festón. Los capiteles exhiben animales. Por encima veremos tres ventanillas ciegas, de las cuales el arco de la central es lobulado. En su interior, un retablo policromado manierista del siglo XVIII preside el ábside, rematado con una bóveda gótica.  



La iglesia alberga un pequeño museo parroquial que reúne pintura, orfebrería, escultura y fondos del archivo histórico de la villa. Se encontraba también cerrada en nuestra visita, y tampoco vimos ningún cartel  que indicara horarios. 

Seguimos ascendiendo por la Calle Real hasta llegar a la Plaza Mayor, muy trasformada desde la Edad Media, aunque conserva la picota medieval. Hay también una curiosa roca con un fósil vegetal muy interesante. Desde esta plaza accedemos a los restos del castillo, de los que se conserva la torre del homenaje, a la que se puede subir y desde la que hay una preciosa vista del paisaje circundante y de los tejados del pueblo con sus características chimeneas cónicas. 




Desde Calatañazor dos excursiones imprescindibles son la visita al Sabinar y a la Fuentona de Muriel. Ambos se encuentran en la misma dirección y a poca distancia del pueblo, por lo que los amantes del senderismo pueden visitarlos haciendo una ruta. 

A unos 3 km de Calatañazor se encuentra la reserva natural del Sabinar, la importancia de este enclave la da la reducida presencia de este tipo de árbol en el mundo. Solo se encuentran en la Península Ibérica, sur de Francia y Norte de África. Las sabinas son árboles prehistóricos, auténticos fósiles vivientes que dominaron en el Terciario y aún viven entre nosotros. 




Después de un pequeño paseo por el sabinar, seguimos camino para llegar a nuestro siguiente objetivo, la Fuentona de Muriel. Apenas unos 4 km separan el Sabinar del pueblo de Muriel de la Fuente, desde donde se inicia la ruta hacia la Fuentona. Antes de entrar al pueblo hay una pequeña carretera que nos conduce hasta la casa del Parque, un centro de interpretación de la Fuentona, la entrada cuesta un euro y puede ser bastante interesante para conocer la fauna y flora de la zona. Desde aquí tenemos varias opciones para llegar a la Fuentona. La primera es aparcar aquí e ir andando, son apenas dos km por un bonito recorrido al lado del río. La señalización para este recorrido está justo enfrente de la carretera de acceso a la casa del parque, vamos por la margen derecha del río en dirección a la Fuentona. Otra opción, también dejando el coche en la casa del parque, es cruzar unas pasarelas de madera que salen justo enfrente de esta y llegan a Muriel de la Fuente, desde aquí coger la pista forestal que va a la Fuentona por la margen izquierda del río. La distancia es la misma, nosotros fuimos por la pista y volvimos por la otra orilla. 

Otra opción para los que no tienen ganas de andar es seguir en coche por la pista forestal y aparcar en uno de los dos aparcamientos habilitados, el primero a 1,2 km y el segundo a 800 metros, el acceso en temporada alta cuesta 4 euros, en otras épocas es libre. Desde el último aparcamiento comienza una pasarela de madera que junto a senderos al lado del río nos acerca a este precioso paraje. A lo largo del camino hay algunos rincones con mucho encanto en los que parar y disfrutar del entorno. 

La Fuentona  es uno de los enclaves más importantes de Soria, y es conocida por  ‘Ojo de Mar’, debido a que este precioso capricho de la naturaleza, donde nace el río Abión, tiene forma de ojo de color turquesa. La parte visible es solo la punta del iceberg, ya que en realidad es la salida de una gruta subterránea sumergida que solo ha sido explorada parcialmente. 




Nosotros tras estas excursiones volvimos a comer a Calatañazor, concretamente al restaurante "La casa del Cura", ya que en esta localidad hay varias casas rurales y restaurantes en los que comer. 

Tras la comida pusimos rumbo a Soria. Es esta una capital no especialmente atractiva turísticamente, ya que no tiene un centro histórico bien conservado, hay algunas perlas perdidas entre edificios sin ningún interés, que hay que buscar, son algunos palacios como el palacio de los Río y Salcedo, del siglo XVI o el impresionante palacio de los Condes de Gómara. 

También merece una visita su Plaza Mayor, donde destacan los edificios del Ayuntamiento, el Palacio de la Audiencia, la fuente de los leones y  la Iglesia Mayor, donde se casaron Antonio Machado y Leonor y donde cinco años después se celebró el funeral de la novia.  

Hay dos edificios que por sí solos pueden justificar la visita a Soria para los amantes del románico, la Iglesia de Santo Domingo, con su impresionante portada principal, llamada la "Biblia de piedra" por representar en su arquivoltas parte de la historia sagrada, y la Concatedral de San Pedro. 

Fachada de la Catedral de Soria. 

Iglesia de Santo Domingo.

La iglesia de Santo Domingo nos encantó, y afortunadamente estaba abierta en el momento de nuestra visita, no así la  Concatedral que fue una decepción, ya que su mayor atractivo el el claustro románico, único elemento que perdura de la primitiva catedral, ya que tanto la fachada como el resto de la iglesia son resultado de remodelaciones posteriores y no tienen gran atractivo. El ver el claustro es bastante complicado, dado su reducido horario de visitas. En el momento de nuestro viaje, principios de septiembre de 2022, solo era visitable entre semana de 18 a 19 horas, los sábados de 11 a 13,30 y de 18 a 19 y horas y domingos y festivos de ll a l3,30. A nosotros nos decepcionó ya que era uno de los motivos de ir a Soria, la ubicación de la Concatedral también  nos pareció extraña, como a las afueras del núcleo urbano y un poco abandonada en su exterior. 

Después de la corta visita a la capital, proseguimos viaje, ya en retorno a nuestra localidad de origen, Alcalá de Henares, no sin antes hacer una última parada en el pueblo de Almazán, que cuenta también con un pequeño, pero interesante casco histórico. De este destacan los edificios de su Plaza Mayor, la Puerta de la Villa, la iglesia de San Miguel y el Palacio de los Hurtado de Mendoza. Hay también una bonito recorrido en pasarelas de madera sobre el río Duero. 

Con esta visita nos despedimos de la provincia de Soria, pero amenazamos con volver, para visitar localidades que se nos han quedado fuera de programa por falta de tiempo, como Berlanga de Duero, San Esteban de Gormaz, Vinuesa y por supuesto el impresionante paraje de la Laguna Negra. 

domingo, 4 de septiembre de 2022

Ruta por el norte de Portugal y Galicia.



Este verano  hemos recorrido el norte de Portugal y parte de la provincia gallega de Pontevedra. Ha sido un precioso itinerario, lleno de rincones encantadores que quedarán almacenados en nuestra memoria. En esta ocasión ha sido un recorrido en coche durante 10 días, en los que hemos pasado 7 noches en Oporto y dos en Nigrán, una localidad cercana a Baiona. 

En este artículo voy a relatar las etapas principales del viaje, algunos ya los he descrito en artículos anteriores, los podéis ver pinchando en las localidades resaltadas en naranja, el resto los iré desarrollando en próximos artículos, ya que es una zona con mucho que visitar y relatar. 

Iniciamos el viaje en la localidad de Alcalá de Henares, y ponemos rumbo a Oporto en dirección Zamora. Nuestra primera parada es en la localidad lusa de Braganza, muy cerca de la frontera con Zamora. Es esta una bella ciudad portuguesa, con un casco antiguo muy pequeño, llamado "la ciudadela", pero de gran belleza. Visitamos este, junto a su castillo, aprovechamos también para una primera aproximación a la gastronomía portuguesa. Desde Bragança ponemos rumbo a Oporto. Previamente hemos asociado nuestra tarjeta con la página de peajes portuguesa, ya que en este tramo hay peajes de lectura electrónica. En Portugal prácticamente todas las autovías son de peaje, habiendo varios tipos de estos. Os contaré más sobre cómo pagarlos en un próximo artículo.

Castillo de Braganza.

 

Para la estancia en Portugal reservamos un apartamento en un pueblo pesquero muy cercano a Oporto, justo al otro lado del Duero. Es el pueblo de San Pedro de Afurada o simplemente Afurada. Un precioso pueblo de pescadores que, a pesar de contar con muchos restaurantes en los que degustar un magnífico y fresquísimo pescado, la mayoría a las puertas de las propias casas de los vecinos, mantiene una autenticidad que aún logra escapar del turismo de masas. Paseando por sus calles encontraréis a sus vecinos tomando el fresco, degustando una cena en la puerta de sus casas, celebrando cualquier evento en la plaza del pueblo, los niños jugando al balón....



El pueblo de Afurada se sitúa muy cerca de la desembocadura del Duero, por lo que en un agradable paseo nos dirigimos a esta, al final de la cual hay una bonita playa en la que disfrutamos un precioso atardecer.

Nuestra segunda jornada va a estar dedicada íntegramente a Oporto, habíamos reservado un free tour por el centro de este, partiendo de la Plaza del Ayuntamiento y terminando en la Ribeira. Nuestra guía es muy amena, y nos va paseando por algunos de los lugares más bonitos de la ciudad, a la vez que nos relata la historia de Portugal. De esta manera conocemos que es Oporto la que da nombre al país, ya que el antiguo asentamiento romano de Cale pasa a llamarse posteriormente Portus Cale, nombre que con el tiempo deriva en Portugal, cuando este pasa a ser independiente. 




Finalizamos nuestro tour a la hora de comer, y siguiendo las indicaciones de nuestra guía, cruzamos el puente de Luis I desde la Ribeira de Oporto hasta la orilla opuesta, Vila Nova de Gaia, una localidad pegada a Oporto donde se encuentran las famosas bodegas del vino de Oporto y numerosos restaurantes. Es difícil de diferenciar entre esta localidad y Oporto, ya que están tan unidas que parecen uno, y es también difícil de decidir si es más bonita la vista de Oporto desde Gaia o la de Gaia desde la Ribeira de Oporto.




En Gaia probamos la Francesiña y el plato más típico de Oporto, las tripas, una especie de callos mezclados con albóndigas y alubias, muy buenos pero muy densos. Después de la comida subimos hasta el monasterio de La Sierra del Pilar, desde el que hay una impresionante vista de las dos orillas del Duero, para después volver a cruzar el impresionante puente de Luis I, pero en esta ocasión por su parte superior. Llegamos hasta la Catedral de Oporto, que visitamos y desde ahí vamos a la bonita estación de Sao Bento, con sus magníficos azulejos en los que se relata la historia de Portugal. 





Desde aquí seguimos recorriendo la ciudad para acabar de nuevo en la Ribeira, donde cenamos. Cruzamos de nuevo a Gaia donde hay una intensa vida nocturna, con conciertos callejeros incluidos, acabando así esta intensa jornada.




Nuestra tercera jornada de viaje la dedicamos a visitar el bosque de Busaço, en el que destaca su impresionante Palacio, para después ir a la localidad de Aveiro, famosa por su gastronomía, sus canales y sus fachadas modernistas. Terminamos la jornada en las magníficas playas de Costa Nova, localidad conocida también por sus pintorescas casas de pescadores.


Palacio de Busaço


Aveiro



Costa Nova


En nuestra siguiente jornada vamos a visitar las localidades de Guimaraes y Braga, ambas de gran belleza y con unos centros históricos espectaculares. En Guimaraes, conocida por ser el lugar de nacimiento del primer rey de Portugal, destaca su castillo y el palacio de los duques de Bragança. En Braga el espectacular santuario de Bon Jesus do Monte, con su monumental escalinata y su casco histórico, en el que encontramos la catedral más antigua de Portugal. 

 

Bon Jesus do Monte.

Nuestra quinta jornada es bastante más relajada, por la mañana hacemos una visita guiada con degustación de vino de Oporto a las bodegas Calem, una de las más bonitas que se encuentran en Gaia, y por la tarde vamos a relajarnos en una de las playas cercanas a Oporto. Elegimos la playa del Señor de Piedra, no es tan buena como las de Costa Nova, pero está muy cerca de Oporto y permite ver también la bonita ermita situada en ella.






En nuestra siguiente jornada vamos a visitar la bonita localidad de Amarante, en la que destaca el monasterio de Santo Domingo y su puente medieval. Esta bella ciudad de pequeño tamaño nos deja un magnífico sabor de boca, la pena es no poder disfrutarla con más tiempo, ya que queremos recorrer la región vinícola del valle del Duero, desde Paso de Regua hasta Pinhao. Esta zona, de gran belleza, guarda un gran parecido con la Ribera Sacra, que visitamos el año pasado. A mí personalmente me gusta más la Ribera Sacra, donde la frondosidad de las vides y lo escarpado del terreno es mayor.




Llegamos hasta Pinhao, donde vamos a realizar un crucero por el Duero. Esta pequeña localidad es un magnífico punto de partida para ello, teniendo opción de realizar un crucero de una o dos horas. Hay muchos horarios y no es necesario reservar, nosotros viajamos en la segunda quincena de Julio y no tuvimos problemas. Además de por el paisaje y los cruceros fluviales, destaca en Pinhao su bonita estación. 





En nuestra séptima jornada nos dedicamos de nuevo a pasear por Oporto, para ver todos aquellos monumentos que no pudimos disfrutar en las anteriores jornadas en la ciudad. Para ello iniciamos nuestro recorrido en la Capilla de las Almas, con su impresionante fachada de azulejos azules. 



Desde aquí tomamos la comercial calle de Santa Catarina, pasando por delante del magnífico Café Majestic, hasta llegar a la también impresionante iglesia de San Ildefonso. Desde allí nos dirigimos hacia el museo de la fotografía, erigido en un edificio que había sido antes cárcel. Allí estamos bastante tiempo viendo las exposiciones fotográficas y de cámaras antiguas. Después de comer en una café de la zona, que nos recomendó la guía del free tour, café Aviz, nos vamos hacia el Palacio de la Bolsa. Allí compramos las entradas, para una hora después, ya que son visitas guiadas y no habíamos reservado para la anterior, por lo que estaba llena. La visita nos gustó bastante. Cenamos por la zona de la Ribeira y después cruzamos del puente de Luis I, donde unos chicos amenizan con percusión a los viandantes, para llegar a la zona de Gaia, con gran ambientación nocturna, grupo de rock callejero incluido. 


Salón oriental del Palacio de la Bolsa.


Al día siguiente nos despedimos de Portugal para poner rumbo a Galicia.  Optamos por cruzar a Galicia por la localidad de Vilanova de Cerveira, el motivo es que en el camino queremos visitar la bella ciudad de Viana do Castelo, en la que encontramos un precioso centro histórico de estilo barroco y en sus afueras el santuario del Sagrado Corazón de Jesús, inspirado en el Sacre Cour parisino y que nos recuerda a este. 


Viana do Castelo.


Después de Viana do Castelo paramos en Vilanova de Cerveira, una bonita, aunque pequeña villa amurallada en la que destaca por sus espectaculares vistas el Mirador do Cervo. Este mirador ya merecía la pena de por sí, pero es que además han situado en el un columpio gigante que no podemos dejar de visitar. 





Esta localidad se encuentra justo en la frontera con la provincia de Pontevedra, en la que terminamos la jornada. Para nuestra estancia de dos días en Pontevedra hemos elegido la localidad de Nigrán, muy cercana a Baiona. El principal motivo de nuestro viaje a estas tierras es la visita a las islas Cíes, visita que hay que planificar con bastante antelación, ya que la entrada a las islas está limitada en número y se necesita un permiso de la Xunta de Galicia, sin el cual no es posible comprar el billete del barco.

El día de nuestra llegada fuimos a ver Playa América, disfrutamos de una magnífica cena en el restaurante La Molinera, lugar que recomiendo, porque además de un gran lugar para comer, tiene unas preciosas vistas a la ría de Baiona. Terminamos la jornada con una visita nocturna a Baiona.

La siguiente jornada la vamos a dedicar íntegramente a la visita a las Cies, el barco lo tomamos desde Baiona.  La jornada es tan espectacular como el paisaje de este paraíso natural.




Y tras esta termina nuestro viaje con el regreso a la localidad de Alcalá de Henares, sin duda un magnífico recorrido que seguiríamos visitando si dispusiéramos de más tiempo. Habrá que extender en un futuro la parte gallega del viaje para conocer un poco más este magnífico litoral  que son las Rías Baixas.




lunes, 15 de agosto de 2022

Ruta por el norte de Portugal, día 3. Bosque de Bussaco, Aveiro y Costa Nova.

Es la tercera jornada de nuestra ruta por el norte de Portugal y hoy vamos a pasar el día entre el entorno natural, el modernismo y la playa. Esta combinación es posible en un corto recorrido, ya que no es mucha la distancia que separa los tres lugares que vamos a visitar.

Nuestro punto de partida es Oporto, ciudad que hemos elegido para una estancia de siete días dedicada a conocer el bonito norte de Portugal. Hoy vamos a desplazarnos hasta el Bosque de Bussaco. Este bosque, creado por el hombre, tiene su origen en el siglo XVII, cuando una comunidad de carmelitas descalzos se ubicaron aquí para vivir como eremitas. El obispo de Coímbra les regaló 100 hectáreas de un terreno baldío en el que ellos se dedicaron a plantar distintas especies de árboles, convirtiéndolo en el vergel que luce hoy en día. 

Cuando las órdenes religiosas fueron expulsadas de Portugal, se edificó el palacio real, levantado en 1888,  es un  palacio romántico de estilo neomanuelino. Hoy se conserva el convento de Santa Cruz y el palacio, convertido en hotel de lujo. 




El bosque está perimetrado por un muro de piedra con varias entradas, la entrada a pie o en bicicleta es libre, pero para acceder con el coche hay que pagar seis euros, lo que te permite aparcar dentro del recinto todo el día. Dentro se pueden realizar varias rutas, siendo las más conocidas la ruta del agua y la Vía Sacra. 

Nosotros realizamos la ruta del agua, que entre otros puntos pasa por la Fonte Fría, una espectacular cascada de estilo modernista, después fuimos hacia el lago Grande. Desde este punto hay un desvío que te permite ir al pueblo de Luso, conocido por sus aguas termales y por dar nombre al gentilicio de Portugal. Nosotros optamos por seguir dentro del bosque e ir hacia el valle de los helechos, una zona con helechos de gran altitud. 






Nuestra intención al terminar la ruta es seguir camino hasta Aveiro, situada a unos 50 km de este lugar. Aveiro es una bonita ciudad, conocida por sus canales y sus bellísimas fachadas modernistas. Es un magnífico lugar para comer, ya que tiene una gran cantidad de restaurantes donde disfrutar una gastronomía compuesta claramente por frutos del mar: bacalao, almejas, pescados… 

Es muy típico en la ciudad también dar una vuelta por sus canales en sus coloridos barcos llamados moliceiros. Los moliceiros son una especie de góndolas típicas que surcan los hermosos canales de Aveiro, con los que los antiguos agricultores traían el “moliço”, una especie de alga. 

Aparcar gratis cerca del centro histórico es muy sencillo, ya que hay un aparcamiento gratuito cerca del canal de San Roque, en realidad es un gran espacio debajo justo de la autovía, por lo que además la sombra está garantizada, lo que se agradece en verano. Desde aquí en unos pocos pasos hay una preciosa vista del canal 




En Aveiro, además de un paseo en moliceiro, se puede disfrutar de su bonito centro histórico, con sus fachadas modernistas, la catedral, sus museos y el bello barrio marinero de Beira Mar, en nuestra visita estaba un poco deslucido al estar en obras muchas de sus calles. 







Desde Aveiro nos vamos a la cercana zona de Costa Nova, una zona de playa con un litoral impresionante, donde disfrutar una jornada de playa sin aglomeraciones ya que, aun en temporada alta, la playa es tan grande y ancha que podrás estar allí cómodamente. Es junto a su vecina playa de Barra, en la que está es faro más alto de Portugal,  una de las mejores playas de la zona. 

Al atractivo de su costa se une la peculiaridad de que en Costa Nova hay también un bonito barrio con unas pintorescas casitas. Estas bonitas casas, llamadas palheiros, destacan por estar pintadas a rayas verticales con colores llamativos. Originalmente usadas por los pescadores de la zona para guardar sus materiales de pesca. Con los años estos fueron adaptando el habitáculo interior para destinarlo al alquiler vacacional. A día de hoy la mayoría ya se ha convertido en casas de verano, restaurantes y comercios. 





Tras esta interesante jornada volvemos a Oporto para continuar nuestro siguiente día en la ruta por el norte de Portugal con la visita a las bellas ciudades de Braga y Guimaraes. 

domingo, 7 de agosto de 2022

Braga, la joya del barroco portugués.

Braga, situada al norte de Portugal, es la tercera ciudad más grande del país. Es una excursión indispensable para realizar desde Oporto, ya que no está muy lejos, y eso fue lo que nosotros hicimos.  Braga se caracteriza por contar con bonitas y relajadas plazas, numerosas callejuelas antiguas cerradas al tráfico rodado, y una gran variedad de monumentales iglesias barrocas que recuerdan constantemente las arraigadas costumbres religiosas de sus gentes.

Es una ciudad histórica, los romanos ya la conocían como Bracara Augusta, y durante el siglo XII ya era sede del episcopado portugués. Su larga historia se puede percibir en sus numerosos monumentos e iglesias, la más destacada es la Catedral (O la Sé), ya que muestra varios estilos arquitectónicos, que van desde el románico hasta el barroco. Braga ofrece mucho más que iglesias barrocas y festividades religiosas, ya que cuenta con un impresionante casco antiguo repleto de animados cafés y plazas con un ambiente entrañable, casas históricas del siglo XVIII, y bellos jardines. 

Pero si hay un edificio religioso que destaque sobre los demás por su importancia y belleza, es el Santuario  Bom Jesus do Monte. Este magnífico edificio barroco al que se accede subiendo una no menos espectacular y monumental escalinata, se encuentra en lo alto de un monte, a unos 10 km de Braga. El monumento está situado de forma que se coloca en línea recta desde la Plaza de la República  de Braga. 




Nosotros accedimos en coche hasta un aparcamiento que hay al mismo nivel que el santuario, el estacionamiento cuesta un euro, pero no tiene limitación de tiempo. El entorno del santuario es muy hermoso, ya que hay una zona de bosque con cascadas artificiales y fuentes que lo hacen muy bonito para pasear. Hay también un hotel de cuatro estrellas y una agradable terraza para tomar algo cerca del santuario. 




El santuario es barroco, pero fue modificado con elementos neoclásicos posteriormente. El edificio es bonito, pero lo más espectacular sin duda es su escalinata. Tanto que nosotros, a pesar de haber aparcado arriba, la descendimos totalmente para admirarla y volverla a subir, aunque ese día apretaba el calor. Las escaleras que conducen hasta la iglesia, situada en la parte superior del conjunto, no son solo un medio para alcanzar el santuario, tienen su propio simbolismo, de modo que evocan el Vía Crucis con capillas que representan, mediante esculturas, distintas escenas de la Pasión de Cristo. En cada uno  de los tramos de las escaleras encontrarás una fuente, cinco en total, cada una de ellas representa uno de los cinco sentidos, y no es casual. Los cinco sentidos simbolizan lo terrenal, y la idea era que los devotos que ascendiesen hasta la iglesia fueran dejando atrás ese plano material hasta alcanzar el templo, es decir, el plano espiritual. 

El último tramo de escaleras está consagrado a la Caridad, la Fe y la Esperanza, representadas también por una fuente (las fuentes están relacionadas con la purificación antes de llegar al Templo de Dios, es decir, a la iglesia).

Si no dispones de coche,  puedes utilizar el ascensor que hay disponible si estás en la parte de abajo, conocido como Elevador do Bom Jesus, que conecta la ciudad de Braga con Bom Jesus do Monte desde nada menos que el siglo XIX.

El elevador do Bom Jesus do Monte supuso toda una revolución en el campo de la ingeniería de la época, pues funcionaba mediante un sistema hidráulico y fue el primer elevador de este tipo de la Península Ibérica.

Una vez visto y disfrutado el entorno del santuario, nos dirigimos en coche hasta Braga, y llegamos a la Plaza de la República. Nosotros encontramos aparcamiento en esta zona, es de estacionamiento controlado, pero al ser sábado tarde era gratis. En esta misma plaza hay un parking. La plaza es una zona ajardinada muy bonita que constituye la antesala del impresionante centro histórico de Braga. 

Nada más aparcar nos topamos con una de las espectaculares iglesias de Braga, la Basílica de los Congregados.  En esta misma plaza podemos ver al fondo en la montaña el Santuario de Bon Jesus. Al fondo de la plaza hay también algunos edificios interesantes y el conocido como Chafariz de Braga. Esta es una fuente con unos bonitos chorros de agua, aunque en el momento de nuestra visita estaba apagada y no llamaba nada la atención, sí lo hacían los monumentales edificios que tiene detrás. 

Desde este punto callejeamos hasta llegar a otra bonita plaza, donde encontramos varios edificios interesantes, además de las letras de Braga. Estas letras son muy populares en las ciudades portuguesas, y como ya habíamos fotografiado las de Oporto y Guimaraes, no nos pudimos resistir a estas. Es un tópico para turistas, pero es que nosotros somos turistas y quedan chulas en el álbum de viaje 😄.




Los edificios que más nos llamaron la atención de esta plaza fueron la iglesia de la Santa Cruz y el Hotel Vila Galé, situado en el antiguo hospital de San Marcos, un edificio de interés público de 1508 y construido en el sitio de una capilla dedicada a São Marcos, un albergue y un convento templario. Es el edificio que hay detrás de las letras en la foto anterior, aunque entiendo que no os hayáis fijado eclipsados por nuestra presencia. 


Iglesia Santa Cruz.


Desde aquí vamos buscando la Sé o catedral de Braga. Por el camino encontramos otros edificios interesantes como la capilla de los Coimbras.




Llegamos a la Catedral, la más antigua de Portugal, con un estilo que va desde su primitivo románico hasta los elementos barrocos de su fachada principal. El interior es sobrio pero bello, como corresponde a una catedral románica. Destacan sus dos magníficos órganos, que parecen fundirse uno con el otro. 

En la catedral destacan también las tumbas  de Enrique de Borgoña y su esposa Teresa de León, los padres del rey Afonso Henriques, primer rey de Portugal y artífice de su independencia del reino de León. 

Nuestra visita a la Catedral coincidió con el horario de misa, por lo que solo pudimos echar un vistazo rápido al interior. 




Cuando salimos de la Catedral seguimos callejeando en dirección de vuelta a la Plaza de la República, por la calle Largo de Paço, una calle con muchas tiendas y restaurantes, pero también con bonitas fachadas. En nuestro camino encontramos una torre que es el único resto que queda del Castillo de Braga. Es la torre del homenaje. No era posible visitarla. 

Tras parar a tomar algo en una de las agradables heladerías de esta calle, volvemos hacia Oporto, donde hemos ubicado nuestra sede para conocer el bello e interesante  Norte de Portugal.