domingo, 7 de agosto de 2022

Braga, la joya del barroco portugués.

Braga, situada al norte de Portugal, es la tercera ciudad más grande del país. Es una excursión indispensable para realizar desde Oporto, ya que no está muy lejos, y eso fue lo que nosotros hicimos.  Braga se caracteriza por contar con bonitas y relajadas plazas, numerosas callejuelas antiguas cerradas al tráfico rodado, y una gran variedad de monumentales iglesias barrocas que recuerdan constantemente las arraigadas costumbres religiosas de sus gentes.

Es una ciudad histórica, los romanos ya la conocían como Bracara Augusta, y durante el siglo XII ya era sede del episcopado portugués. Su larga historia se puede percibir en sus numerosos monumentos e iglesias, la más destacada es la Catedral (O la Sé), ya que muestra varios estilos arquitectónicos, que van desde el románico hasta el barroco. Braga ofrece mucho más que iglesias barrocas y festividades religiosas, ya que cuenta con un impresionante casco antiguo repleto de animados cafés y plazas con un ambiente entrañable, casas históricas del siglo XVIII, y bellos jardines. 

Pero si hay un edificio religioso que destaque sobre los demás por su importancia y belleza, es el Santuario  Bom Jesus do Monte. Este magnífico edificio barroco al que se accede subiendo una no menos espectacular y monumental escalinata, se encuentra en lo alto de un monte, a unos 10 km de Braga. El monumento está situado de forma que se coloca en línea recta desde la Plaza de la República  de Braga. 




Nosotros accedimos en coche hasta un aparcamiento que hay al mismo nivel que el santuario, el estacionamiento cuesta un euro, pero no tiene limitación de tiempo. El entorno del santuario es muy hermoso, ya que hay una zona de bosque con cascadas artificiales y fuentes que lo hacen muy bonito para pasear. Hay también un hotel de cuatro estrellas y una agradable terraza para tomar algo cerca del santuario. 




El santuario es barroco, pero fue modificado con elementos neoclásicos posteriormente. El edificio es bonito, pero lo más espectacular sin duda es su escalinata. Tanto que nosotros, a pesar de haber aparcado arriba, la descendimos totalmente para admirarla y volverla a subir, aunque ese día apretaba el calor. Las escaleras que conducen hasta la iglesia, situada en la parte superior del conjunto, no son solo un medio para alcanzar el santuario, tienen su propio simbolismo, de modo que evocan el Vía Crucis con capillas que representan, mediante esculturas, distintas escenas de la Pasión de Cristo. En cada uno  de los tramos de las escaleras encontrarás una fuente, cinco en total, cada una de ellas representa uno de los cinco sentidos, y no es casual. Los cinco sentidos simbolizan lo terrenal, y la idea era que los devotos que ascendiesen hasta la iglesia fueran dejando atrás ese plano material hasta alcanzar el templo, es decir, el plano espiritual. 

El último tramo de escaleras está consagrado a la Caridad, la Fe y la Esperanza, representadas también por una fuente (las fuentes están relacionadas con la purificación antes de llegar al Templo de Dios, es decir, a la iglesia).

Si no dispones de coche,  puedes utilizar el ascensor que hay disponible si estás en la parte de abajo, conocido como Elevador do Bom Jesus, que conecta la ciudad de Braga con Bom Jesus do Monte desde nada menos que el siglo XIX.

El elevador do Bom Jesus do Monte supuso toda una revolución en el campo de la ingeniería de la época, pues funcionaba mediante un sistema hidráulico y fue el primer elevador de este tipo de la Península Ibérica.

Una vez visto y disfrutado el entorno del santuario, nos dirigimos en coche hasta Braga, y llegamos a la Plaza de la República. Nosotros encontramos aparcamiento en esta zona, es de estacionamiento controlado, pero al ser sábado tarde era gratis. En esta misma plaza hay un parking. La plaza es una zona ajardinada muy bonita que constituye la antesala del impresionante centro histórico de Braga. 

Nada más aparcar nos topamos con una de las espectaculares iglesias de Braga, la Basílica de los Congregados.  En esta misma plaza podemos ver al fondo en la montaña el Santuario de Bon Jesus. Al fondo de la plaza hay también algunos edificios interesantes y el conocido como Chafariz de Braga. Esta es una fuente con unos bonitos chorros de agua, aunque en el momento de nuestra visita estaba apagada y no llamaba nada la atención, sí lo hacían los monumentales edificios que tiene detrás. 

Desde este punto callejeamos hasta llegar a otra bonita plaza, donde encontramos varios edificios interesantes, además de las letras de Braga. Estas letras son muy populares en las ciudades portuguesas, y como ya habíamos fotografiado las de Oporto y Guimaraes, no nos pudimos resistir a estas. Es un tópico para turistas, pero es que nosotros somos turistas y quedan chulas en el álbum de viaje 😄.




Los edificios que más nos llamaron la atención de esta plaza fueron la iglesia de la Santa Cruz y el Hotel Vila Galé, situado en el antiguo hospital de San Marcos, un edificio de interés público de 1508 y construido en el sitio de una capilla dedicada a São Marcos, un albergue y un convento templario. Es el edificio que hay detrás de las letras en la foto anterior, aunque entiendo que no os hayáis fijado eclipsados por nuestra presencia. 


Iglesia Santa Cruz.


Desde aquí vamos buscando la Sé o catedral de Braga. Por el camino encontramos otros edificios interesantes como la capilla de los Coimbras.




Llegamos a la Catedral, la más antigua de Portugal, con un estilo que va desde su primitivo románico hasta los elementos barrocos de su fachada principal. El interior es sobrio pero bello, como corresponde a una catedral románica. Destacan sus dos magníficos órganos, que parecen fundirse uno con el otro. 

En la catedral destacan también las tumbas  de Enrique de Borgoña y su esposa Teresa de León, los padres del rey Afonso Henriques, primer rey de Portugal y artífice de su independencia del reino de León. 

Nuestra visita a la Catedral coincidió con el horario de misa, por lo que solo pudimos echar un vistazo rápido al interior. 




Cuando salimos de la Catedral seguimos callejeando en dirección de vuelta a la Plaza de la República, por la calle Largo de Paço, una calle con muchas tiendas y restaurantes, pero también con bonitas fachadas. En nuestro camino encontramos una torre que es el único resto que queda del Castillo de Braga. Es la torre del homenaje. No era posible visitarla. 

Tras parar a tomar algo en una de las agradables heladerías de esta calle, volvemos hacia Oporto, donde hemos ubicado nuestra sede para conocer el bello e interesante  Norte de Portugal. 


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