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sábado, 23 de septiembre de 2023

Qué ver en Florencia.



Dentro de nuestra ruta de 10 días por el norte de Italia, una de las ciudades que visitamos fue Florencia. Ya os hemos hablado en una anterior entrada de los consejos e itinerario de este viaje, para leer más de ese tema podéis hacerlo aquí.
 
Florencia fue la tercera ciudad de nuestra ruta, después de Venecia y Bolonia. Estuvimos tres noches en la localidad. La llegada a la ciudad la realizamos por tren desde Bolonia. La estación Santa María Novella está bastante céntrica y te permite llegar hasta la Plaza del Duomo en apenas 15 minutos andando. Muy cerca de la estación se encuentra la oficina de turismo de Florencia, justo al lado de la Iglesia Santa María Novella, uno de los imprescindibles a visitar en la ciudad. 
 
Para nuestra estancia elegimos un apartamento muy céntrico, situado a dos minutos andando de la Plaza del Duomo y a otro par de minutos de la Galería de la Academia, museo en el que se encuentra la famosa escultura del David de Miguel Ángel.  El  tener un alojamiento céntrico os permitirá aprovechar mejor el tiempo para conocer la ciudad si solo disponéis de tres días, como era nuestro caso. Además permitirá que vayáis a visitar los lugares más destacados de Florencia andando, para así disfrutar mejor su bonito centro histórico. 

En nuestra estancia aprovechamos para hacer también un tour en autobús por algunos pueblos de la Toscana, algo que os contaré más adelante. 
 
En cuanto a los imprescindibles para visitar en Florencia, el primero y más destacado es el Duomo de Florencia, su catedral. Es un edificio impresionante, en sus dimensiones, belleza y particularidades, como es el diseño y construcción de su cúpula. 



 
Como hemos visto en otras ciudades italianas, el conjunto de la catedral cuenta con tres edificios, la catedral en sí, el campanile o torre, que está situada al lado, pero no anexa, y el baptisterio. Cada uno de los edificios se ha de visitar aparte, con diferentes entradas. El acceso a la catedral es gratuito, aunque no exento de larga cola. Para subir a su cúpula o al campanile tendréis que comprar las entradas con antelación, nosotros  no lo hicimos y a pesar de viajar en septiembre, no fue posible adquirirlas allí, ya que estaban agotadas. También se puede visitar el baptisterio, en cuyo exterior destaca su magnífica puerta de orfebrería dorada, pero en este caso no hay dificultad para comprar las entradas sobre la marcha. 

El segundo imprescindible en una visita a Florencia es el Puente Vecchio, o puente viejo, símbolo de la ciudad y el único que sobrevivió a la voladura de puentes realizada por los nazis al abandonar Florencia. Es un puente medieval de gran belleza, con casetas de joyerías a ambos lados, que en su origen eran carnicerías pero fueron cambiadas por el fuerte olor que desprendían y que molestaba al Duque. Sobre un lateral del puente, y por encima de las casetas de los joyeros, se extiende una galería que comunica el Palacio Vecchio con el Palacio Pitti, para que el Duque pudiera ir de uno a otro sin mezclarse con la plebe. 





En tercer y cuarto lugar estarían sus palacios y sus museos. En cuanto a sus museos, hay muchos, creo que un guía nos dijo que alrededor de 100, pero sin duda los más destacados son la Galería de la Academia y la Galería Uffizi. 

El primero, como ya os he indicado antes, es en el que está la escultura original del David de Miguel Ángel, así como otras obras inacabadas del mismo autor (que impresionan porque parece que intentan escapar de la piedra que las atrapa). Hay también una interesante colección pictórica y escultórica. Si queréis evitar colas hay que comprar la entrada con antelación, pero suelen estar agotadas, si no se prevé con tiempo. Nosotros no lo hicimos, pero pudimos entrar tras una media hora de cola.



 
Respecto  a la Galería Uffizi, hay que reservar bastante tiempo para la visita, porque la colección es impresionante, fue donde acabaron todas las obras de arte atesoradas por los Medici, durante su larga dominación sobre Florencia, cuando la dinastía se extinguió. Nosotros no las visitamos, por falta de tiempo, tuvimos que elegir entre la galería de la Academia y esta, y los niños tenían mucho interés en ver el David, no en vano es la escultura más famosa del mundo. 




 
En cuanto a Palacios, los más destacados son el Palacio Vecchio y el Palacio Pitti. Los visitamos ambos y son impresionantes, cada uno en su estilo. El Palacio Vecchio es más medieval.  En su interior el lugar más impresionante es la sala del Cinquecento, por su belleza y dimensiones. Para los amantes de los libros de Dan Brown, parte de la trama de Inferno se desarrolla en este palacio y en él encontraréis la máscara mortuoria de Dante Alighieri, que protagoniza parte de la trama de la novela. También se puede subir a su torre, pero con una entrada adicional.


Sala del Cinquecento




En la entrada del palacio hay una copia, a  tamaño real, de la escultura del David de Miguel Ángel. Y en esta misma plaza, llamada Plaza de la Señoría,  en un soportal grande, llamado corredor de los Lanzi,  hay un conjunto escultórico impresionante.  La mayoría son copias, ya que los originales, de gran valor, están repartidos entre los palacios y museos de Florencia. El conjunto deslumbra  por su belleza.




 
Esta plaza, que es la más importante y antigua de Florencia y mantiene su aspecto medieval, tiene también una bonita fuente dedicada a Neptuno, de Bartolomeo Ammannti, del siglo XVI. Al final, en una posición central a la izquierda del Palacio Viejo, está también la gran Estatua ecuestre de Cosme I, en restauración en el momento de nuestra visita. 

El Palacio Pitti es más renacentista, sus salas y techos son impresionantes, por sus frescos y la cantidad de obras de arte que atesora. También son visitables sus jardines, pero con una entrada adicional. La visita, solamente del palacio, os llevará unas dos horas.






En cuanto a las iglesias, hay muchas y muy bellas, algunas de pago y otras de entrada libre. En la mayoría piden código de vestimenta, es decir, hombros tapados, escote no muy pronunciado y pantalón por debajo de la rodilla. Esto también es así al visitar el Duomo, por lo que conviene ir preparados con un par de fulares, para adaptar el ropaje veraniego. 

De todas las iglesias, sin contar con el Duomo, del que ya hemos hablado antes, yo destacaría:

La capilla de los Medici, edificio con un interior de gran belleza, y en el que además hay más esculturas de Miguel Ángel. Está situada a la espalda de la Basílica de San Lorenzo, que también se puede visitar, previo pago. Nosotros solo visitamos la capilla. 




La iglesia de Santa María Novella. Situada cerca de  la estación de tren. Nosotros no la visitamos, pero viene descrita como una de las iglesias más bonitas de Florencia. También hay que pagar para visitarla. 

La iglesia de Santa María Anunciata, preciosa iglesia situada en la plaza del mismo nombre. La visitamos por recomendación del guía de un free tour, y nos impresionó su belleza. Es de entrada libre y no hay colas para visitarla. Es una de esas joyas no muy conocidas por el turismo de masas que aún se puede disfrutar casi en soledad. 




Otro imprescindible para disfrutar y entender la belleza de Florencia sería hacer una visita guiada. Nosotros somos muy aficionados a los free-tour. Una modalidad de visita guiada en la que al final es el cliente el que decide cuanto valora la visita y en consecuencia la paga. Suelen ser bastante amenas y completas, porque los guías saben que clientes satisfechos dejan más dinero. En nuestro caso elegimos el tour "El lado oscuro de Florencia, misterios y leyendas". Nos pareció más interesante para los niños que un free tour normal, y la verdad es que nos gustó bastante. 

Otra visita destacada sería disfrutar un atarceder con una vista panorámica sobre Florencia. En este caso hay una opción muy conocida, gratuita, pero bastante masificada a la hora del atardecer que es la Plaza Michelangelo. Otra opción, menos masificada, porque es de pago, son los Jardines de la Villa Bóboli. Habíamos leido recomendaciones sobre su belleza y que era un sitio precioso para ver el atardecer sobre Florencia. Pero cuando llegamos nos dijeron que los cerraban a las 7´30, y no nos daba tiempo a disfrutarlos, así que nos fuimos al mirador de Michelangelo, y creedme, lo que sobre el mapa parece cerca, es una caminata de 15 minutos con una gran cuesta, que verdaderamente cuesta, aunque compense la vista. 
 



Tampoco te puedes ir de Florencia sin visitar la Fontana del Porcellino, una fuente  con una escultura en bronce de un jabalí,  al que  según la tradición hay que frotar su hocico e introducir una moneda en su boca, que si cae y pasa a través de la reja de la fuente garantiza volver a Florencia.




Y por último, y si tenéis tiempo yo os recomendaría un tour  en autobus por la Toscana. Nosotros hicimos uno, con visita a Monteriggioni, Siena y San Gimignano, y degustación en una bodega de vino Chianti y productos de la zona. Nos salió por 55 euros por persona, y nos encantó, sobre todo Siena, que es espectacular. 

Siena



Para finalizar con los imprescindibles decir que hay una tarjeta que por 85 euros permite entrar una vez a cada uno de los principales museos, palacios e iglesias de Florencia. En nuestro caso optamos por pagar las entradas individuales de los sitios que queríamos y podíamos visitar, por las limitaciones de tiempo y el cansancio de estar todo el día visitando museos. También deciros que todas las entradas son gratuitas para los menores de 18 años acompañados de un adulto, lo cual se agradece cuando viajas con dos adolescentes. 


Con todo lo dicho os paso a relatar nuestro itinerario de viaje, por si os sirve de inspiración. 


1º día. Llegada en tren desde Bolonia por la mañana y tras dejar las maletas en el apartamento,  nos desplazamos a la plaza del Duomo, primer contacto con la belleza de este edificio,  también conocido como Basílica de Santa María del Fiore o Catedral de Florencia.
 
Después fuimos a la Plaza de la Señoría, y ya que casi era hora de comer, decidimos posponer la visita al Palacio Vecchio. 
 
Después de comer nos fuimos a ver la Galería de la Academia, previa cola de media hora, y salimos con tiempo para nuestro free tour mitos y leyendas de Florencia. Por la noche, como nuestro apartamento estaba tan céntrico, nos dedicamos a visitar el casco medieval de Florencia, hasta llegar al Puente Vecchio. 

2º día. Dejamos a los niños durmiendo y nos levantamos a las seis de la mañana para disponer del privilegio de pasear por una Florencia prácticamente vacía.  Y creedme si os digo que el madrugón merece la pena. Es un placer y un lujo disfrutar de la belleza de la Catedral, del Puente Vecchio y plazas prácticamente en soledad. 






Tuvimos también la suerte de que al volver había una puerta de la catedral abierta, y pudimos asomarnos a verla sin esperar las largas colas que se forman después. Era domingo y ese día estaba cerrada al público, solo abierta a actos  religiosos. 

Volvimos al apartamento y, tras recoger a los niños iniciamos una ruta que nos llevó a visitar, primero la Capilla de los Medici, después a la Iglesia de Santa María Anunciada, luego el Palacio Vecchio

La capilla se puede visitar entre media hora o  40 minutos, el palacio os llevará como poco una hora y media. Salimos del palacio con hora de comer y después cruzamos el Puente Vecchio para visitar el Palacio Pitti. Aquí estuvimos unas dos horas. Os recuerdo que prácticamente todos los museos y palacios de Florencia cierran alrededor de las seis  o seis y media. Nosotros apuramos nuestra visita hasta esta hora, ya que hay mucho que ver en su interior. 



Después nos fuimos hasta la Villa Bóboli, pero tras decirnos que cerraba tan pronto decidimos hacer la caminata hasta la Plaza Michelangelo para ver el atardecer. 




3º día. Este día lo dedicamos a la visita guiada por Monteriggioni, Siena y San Gimignano. Salimos a las 8´45 de Florencia  y tras algo más de una hora de viaje llegamos a Monteriggioni, un pequeño pueblo fortificado de gran belleza. El pueblo es muy pequeño así que esta visita fue rápida, apenas 40 minutos. 




Desde aquí fuimos a Siena, donde estuvimos unas tres horas, recorriendo su espectacular casco antiguo medieval. A destacar la Plaza del Campo y la Catedral. Como sabíamos que tendríamos poco tiempo, no quisimos pararnos mucho a comer, compramos unos bocadillos en un puesto en la Plaza del Campo que tenían una pinta espectacular, y aprovechamos todo el tiempo para recorrer las preciosas calles de Siena. 








Después llegamos a San Gimignano, donde estuvimos una hora y media, es un pueblo precioso, con bastante afluencia de gente, es lo que tiene ser tan turístico. 




Tras la visita al pueblo y disfrutar de las vistas de los paisajes Toscanos, fuimos a una bodega, donde nos hicieron una cata vertical, de más suave a más intenso, de vinos de la zona, aceites y vinagre, con embutidos y queso toscano. 




A mí me pareció una buena excursión, realmente la disfrutamos y es una excelente forma de contactar con la preciosa zona de la Toscana, si como era nuestro caso, no disponéis de coche en vuestro viaje. 

El elegir la excursión nos privó de poder entrar al Duomo y conformarnos con la vista que habíamos tenido desde la puerta, ya que al día siguiente partimos por la mañana hacia Pisa. Pero puestos a elegir a mí me compensó, la excursión me encantó. 

Y con este buen sabor de boca nos despedimos de Florencia, de la Toscana no me despido porque amenazo con volver con una ruta en coche.




 

domingo, 17 de septiembre de 2023

Ruta de 10 días por el norte de Italia. Consejos e itinerario. ( I parte Venecia)





Recién llegados de nuestra ruta de 10 días visitando Venecia, Bolonia, Florencia y Pisa. Nos ha encantado y estamos deseando compartir con vosotros nuestro viaje y nuestros consejos. Os serán de utilidad si tenéis pensado visitar esta preciosa zona de Italia. 

Para no hacer excesivamente largo este artículo me centraré en los consejos generales del viaje y específicos de la estancia en Venecia e iré desarrollando los otros destinos en sucesivas entradas.

Para nuestra ruta volamos a Venecia y regresamos desde Pisa. Ambos aeropuertos suelen tener buenos precios, así que os animo a explorar tarifas y jugar un poco con las fechas y seguro que encontráis ese billete baratito que os anima a viajar. En nuestro caso el vuelo fue de unos 50 euros cada trayecto, con prioridad y dos bolsas de equipaje de mano incluido. Para los desplazamientos entre ciudades utilizamos el tren, funciona muy bien en Italia y los precios son bastante asequibles, hay bastante oferta y fueron muy puntuales. 

Como somos una familia de cuatro miembros elegimos alojarnos en apartamentos, para así ahorrar un poco, en hoteles ya nos consideran cuatro adultos. Los alojamientos los buscamos con bastante antelación, con cancelación gratuita, para poder elegir buenas ubicaciones. La experiencia de alojarte en el centro de los cascos históricos, tanto en Venecia como en Florencia es importante. Las estaciones de tren son céntricas, lo que hace que no te tengas que desplazar mucho con el equipaje y aprovechar mejor tu tiempo para disfrutar las ciudades. 

Estuvimos cuatro noches en Venecia, una en Bolonia, tres en Florencia y una en Pisa. En Venecia nos alojamos en la misma isla, en la zona de Cannaregio, uno de los seis sestiere (barrios) en los que se divide la isla. En mi opinión uno de los más auténticos, ya que aunque también hay negocios de ocio, como hoteles y restaurantes, imposible no haberlos en un sitio tan turístico como Venecia, aún se nota un cierto aire de vida normal. Al ser un barrio tranquilo, sin las aglomeraciones de otras zonas, es una zona elegida por los vecinos de Venecia para vivir. Es una zona muy bien comunicada por vaporetto con el aeropuerto,  y también con la Plaza San Marcos, a diez minutos andando de la estación de tren y a unos 25 minutos andando de la Plaza San Marcos. 

Cannaregio


Nosotros compramos el bono de tres días de vaporetto, teníamos pensado visitar las islas de Murano y Burano y tambíén desplazarnos bastante en este medio, por lo que nos salía rentable. Los menores de 5 años viajan gratis, entre los 6 y los 29 años tienen un descuento, la tarjeta rolling pass, con la cual el coste de los tres días de vaporetto pasa de 45 a 33 euros. Lo  compramos en las taquillas  que hay justo enfrente de la estación de Santa Lucía, es necesario mostrar los documentos de identidad de los jóvenes para obtener el descuento. Las taquillas están abiertas desde las 7 de la mañana a las 7 de la tarde. El bono empieza a contabilizar el tiempo desde el primer viaje realizado, no desde el momento de la compra. 

Para nuestras comidas en  Venecia señalamos en google maps una serie de recomendaciones de distintas páginas de internet. Los dos dias que estuvimos por el centro comimos en un lugar llamado Puppa Bar, con un menú entre 15 y 18 euros que incluye un plato, bebida y café. Las pastas que tienen son de bastante buena calidad, a destacar los espagueti con almejas, que estaban buenísimos. El día de nuestra visita a Murano y Burano comimos en Murano. Os recomiendo visitar primero Murano y comer allí, hay más oferta que en Burano y con mejor precio. Nosotros comimos en una ostería llamada Ostería Duomo, muy cerca del Duomo de Murano, tiene un precioso patio y una carta de mucha calidad y buen precio. 

En Venecia dedicamos nuestro tiempo a disfrutar la ciudad, que es preciosa. Algo importante que tenéis que tener en cuenta si viajáis  en primavera o en verano es que Venecia está en una laguna, lo que implica mosquitos. Hay que ir preparado porque os estarán esperando con cuchillo y tenedor, es muy tentador sentarse a la orilla de un canal a observar pasar las góndolas, pero hacedlo protegidos con repelente si no queréis tener las piernas llenas de picaduras.

En cuanto a los imprescindibles para disfrutar Venecia, es la propia Venecia. Yo os recomiendo contratar un free tour para tener un primer contacto con la isla, suelen ser bastante amenos. Por supuesto no debéis dejar de visitar la Basílica de San Marcos, que es impresionante.



La entrada cuesta tres euros si la compras allí mismo, pero suele tener bastante cola. Otra opción si no quieres hacer cola es comprarla por internet, en este caso el precio son seis euros. Se puede comprar en la página oficial de la Basílica de San Marcos, la forma más fácil de localizarla es buscar Basílica de San Marcos en google y en la entrada donde sale teléfono, horario y sitio web, pinchar en la web, en otro caso os saldrán otros sitios de agencias que lo que os venden son tours guiados, a un precio bastante más elevado. Aunque las entradas están siempre agotadas, van poniendo a la venta paquetes de entradas como tres o cuatro días antes de la fecha, así que si no la habéis comprado con mucha antelación la opción es esperar a uno o dos días antes y habrá. 

La otra visita que muchos consideran imprescindible en Venecia es el Palacio Ducal. Nosotros lo visitamos, la entrada cuesta 30 euros para los adultos y 16 para los jóvenes. Es un precio bastante elevado, incluye también el museo Correr y el Arqueológico, que están en la misma plaza San Marcos. Visto en retrospectiva y después de los palacios tan fascinantes que hemos visitado en Florencia, por menos dinero, lo considero caro. Cierto es que puede resultar interesante visitar las mazmorras o pasar por dentro del Puente de los Suspiros, pero sigue estando sobrevalorado. El Puente de los Suspiros es bastante más bonito por fuera que por dentro, por dentro es como un pasillo que casi no te das cuenta lo que estás atravesando y el palacio está vacio de muebles, solo tiene salas musealizadas que a mí me decepcionaron, teniendo en cuenta el precio tan elevado de la entrada. 


Puente de los Suspiros.

Otro imprescindible puede ser subir al Campanile, para ver las vistas de Venecia. Nosotros optamos por cruzar en vaporetto a la isla de San Giorgio Maggiore, situada justo enfrente de la Plaza San Marcos. Allí subimos al campanile de la Basílica de San Giorgio Maggiore, el precio es similar al de San Marcos, 8 euros, frente a los 10 de San Marcos, pero la ventaja es que no hay colas para subir, disfrutas arriba con menos gente y las vistas son igualmente fantásticas. 



Otro imprescindible son los puentes que atraviesan el Gran Canal, son preciosos y las vistas desde ellos magníficas. El más conocido, y por tanto más masificado, es el puente Rialto, es verdaderamente precioso, pero puede resultar agobiante por la cantidad de gente haciéndose fotos. Nosotros viajamos en septiembre, entre semana y esta zona estaba muy concurrida, fue quizá el único lugar en el que nos agobiamos por la masificación, porque la Plaza San Marcos, al ser un lugar tan amplio, no da sensación de abarrotamiento.

Puente de Rialto


Si quereis una impactante foto del Gran Canal en un precioso puente os recomiendo el Puente de la Academia, las vistas son magníficas, para mí mejores incluso que desde Rialto, ya que se ve el final del Gran Canal con la Cúpula de la Basílica de Santa María de la Salud al fondo, y con bastante menos gente que en Rialto. 




Después de estos consejos os resumo nuestro plan de viaje de cuatro noches en Venecia. 

1º día. Llegamos a las 20.30 al aeropuerto Marco Polo y cogemos el vaporetto hasta Guglie, que es la parada que nos deja más cerca de nuestro apartamento en el barrio de Cannaregio. Nos hospedamos en una bonita casita con patio muy cerca del puente de los tres arcos. Esa noche salimos a cenar por el barrio y exploramos un poco este. 

2º día. Compramos las tarjetas de vaporetto enfrente de la estación de Santa Lucía y cogimos uno que nos dejó cerca de la Galería de la Academia, punto de inicio de nuestra visita guiada por Venecia. La visita duró unas dos horas y finalizó en la Plaza de San Marcos.

Nos desplazamos fuera de esa zona para comer en el Puppa bar, después volvimos para visitar la Basílica de San Marcos, con la entrada sin colas previamente comprada. Para entrar a la basílica es recomendable llevar un par de fulares, si vais con tirantes o pantalones por encima de la rodilla, en caso contrario os obligarán a comprar uno para poder entrar. 

Después de una pausada visita a la Basílica, que es espectacular, con su mosaicos dorados y ese aire bizantino que la asemeja a Santa Sofía en Estambul, paseamos por los alrededores de San Marcos. Vimos el Puente de los Suspiros y tomamos el vaporetto para cruzar a la isla de San Giorgio Maggiore, visitamos su basílica y subimos al campanile.




Visitamos también una bonita exposición de cristal de Murano que había en una sala de exposiciones en la parte de atrás de la Basílica.  Después volvimos a  Venecia en vaporetto y paramos en Zattere (parada de vaporetto) para desde allí ir andando al campo de San Trovaso,  (las plazas en Venecia se llaman campos, excepto la Plaza de San Marcos que  es la única considerada plaza), donde hay un rincón muy pintoresco con su canal y un astillero de góndolas. Cerca también hay heladerías, otro imprescindible para disfrutar Venecia. 





Con nuestro heladito nos fuimos paseando hasta el Puente de Rialto, desde el que vimos el atardecer. Después cogimos un vaporetto para llegar a nuestro tranquilo barrio. Podríamos haber ido andando, pero ya que tenemos el pase, habrá que explotarlo. 


Vista desde Rialto. 

3º día. Hoy visitamos Murano y Burano. Empezamos visitando Murano, allí vimos una demostración de soplado de vidrio y después recorrimos la isla. 




Comimos en la Ostería al Duomo y después tomamos el vaporetto hacia Burano. En Burano nos dedicamos a recorrer sus pintorescas calles, con sus casitas de colores.





Tras la visita volvimos a Venecia y nos dedicamos a pasear, pasamos por rincones como la librería Aqua Alta, campos e iglesias cuyo nombre no recuerdo pero que se atesoran en mi memoria, hasta terminar de nuevo en la zona de Zattere para ver el atardecer. 





Librería Aqua Alta. 



4º día, es nuestro último día en Venecia, ya que al día siguiente tomamos un tren por la mañana para viajar hasta Bolonia. Comenzamos nuestro día tomando un vaporetto hasta la Plaza San Marcos, ya que tenemos la visita del Palacio Ducal. 




La visita es de unas dos horas, después nos vamos a comer de nuevo al  Puppa Bar, y por la tarde volvemos hasta la Plaza San Marcos para complementar la visita  con el Palacio Correr y el museo Arqueológico. 




Si tenéis el antojo de tomaros un café en la Plaza  San Marcos, una opción mucho más económica que los cafés a pie de plaza, donde el café cuesta 15 euros, es tomarlo en la cafetería del museo Correr, incluso si no lo vais a visitar, pues está antes de la entrada al palacio, aquí te costará unos 3 euros y tiene unas bonitas vistas sobre la plaza. 

Tras la visita al palacio estuvimos callejeando en dirección al Puente de la Academia, donde llegamos con hora de ver el atardecer para despedirnos de Venecia con la que para nosotros es la vista más bonita sobre el Gran Canal.




Después de Venecia continuamos nuestra ruta visitando Bolonia, Florencia y Pisa. Os contamos todo sobre Florencia en esta entrada misplanesdeviaje.que-ver-en-florencia

domingo, 26 de enero de 2020

Qué ver en Milán. Italia.

Milán es conocida por ser la capital de la moda y también por su magnífica catedral, conocida como el Duomo de Milán y situada en el corazón de esta ciudad, rodeada de lujosísimas tiendas no aptas para todos los bolsillos. Hay quién dice que no es la ciudad más bonita de Italia, y  llevan razón, ya que en Italia hay ciudades realmente deslumbrantes, pero Milán se merece una visita y es una ciudad que no decepciona si le dedicas el tiempo justo. Nosotros pasamos dos noches en Milán, en nuestra visita por la Lombardía italiana, donde también visitamos las ciudades de Bérgamo, Como, su espectacular lago y la ciudad suiza de Lugano. 

Fue una escapada de tres amigas para la que reservamos una habitación triple en el hotel 43Station Hotel, situado cerca de la espectacular Estación Central de Milán. El primer edificio que vimos nada más llegar y que nos sorprendió por su tamaño y por su magnífica arquitectura. Llegamos a la ciudad de noche, en un tren desde la localidad de Como. El día había sido intenso pero no queríamos dejar pasar la oportunidad de ver la fachada del Duomo iluminada, por lo que tras el check-in en el hotel tomamos el metro hasta la parada plaza del Duomo y nada más salir de la estación nos deslumbró este majestuoso edificio. 




En la misma Plaza del Duomo se encuentra la entrada de las Galerías Vittorio Emanuele II, unas lujosas galerías comerciales que por sí solas justifican su visita. Al ser diciembre estaban adornadas con motivos navideños y con un gran árbol de Navidad adornado con cristales de Swarovski en su centro. La noche nos dio para poco más, ya que el día había sido intenso y estábamos cansadas, decidimos tomar de nuevo el metro y volver al hotel a descansar. Para volver usamos el mismo billete de metro que teníamos del anterior viaje, los billetes sencillos de metro cuestan 2 euros y se pueden comprar en cualquier estanco, las máquinas de la estación o las mismas taquillas. Se puede usar varias veces dentro de un margen de tiempo de 90 minutos, aunque salgas de la estación. 

Nuestro siguiente día en Milán era lunes, por lo que no pudimos visitar uno de los objetos de deseo de nuestro viaje a esta ciudad, el cementerio monumental de Milán. Si vais por esta ciudad y tenéis la oportunidad de visitarlo no lo dudéis, es  como un museo al aire libre repleto de magníficas esculturas, y el acceso es gratuito. 

Dado que esta visita no fue posible nos dirigimos a nuestra primera parada, el castillo de los Sforza o castello Sforzesco. 




El castillo es un edifico con aspecto de fortaleza, edificado entre 1360 y 1370, por orden de Galezzo II Visconti. Comienza a transformarse en mansión señorial a partir del siglo XV y adquiere formas suntuosas bajo los Sforza, cuando la corte de Milán convoca a artistas de la talla de Leonardo y Bramante. En la actualidad alberga una serie de museos bastante interesantes como el museo arqueológico, el museo de Arte Antiguo y Armería o la colección Vinciana, entre otros. Al lado del castillo se sitúa el parque Sempione, se trata de un parque de inspiración inglés que constituye un agradable paseo y desde el que se puede admirar el Arco de la Paz. No muy lejos del castillo se encuentra también la iglesia de Santa María delle Grazie, un templo renacentista de terracota con un interior gótico.  En el refectorio del convento dominico adyacente de encuentra el famoso fresco "la última cena" de Leonardo Da Vinci, una de sus mayores obras maestras.  Debido a las necesidades de preservación de este fresco las visitas están muy limitadas, en grupos de 15 personas cada media hora, por lo que es bastante complicado conseguir una entrada y hay que reservar con un al menos un par de meses de antelación. Nosotras lo intentamos, pero no fue posible ya que el día elegido para nuestra visita, al ser lunes, está cerrado. 

Tras nuestra visita al castillo y un paseo por el parque, decidimos ir andando desde aquí en dirección a la Plaza del Duomo, atravesando el bonito barrio de Brera, con sus señoriales edificios y sus interesantes iglesias, como la Basílica de San Simpliciano.





En esta zona se encuentra también la Pinacoteca de Brera, una visita interesante si disponéis de tiempo suficiente. No era nuestro caso, así que proseguimos camino hacía el llamado cuadrilátero de la moda, constituido por cuatro calles, via Monte Napoleone, via Manzoni, via della Spiga y Corso Venezia.  Un grupo de calles donde se concentran las lujosas tiendas de las grandes marcas de ropa, calzado y perfumes. 

En nuestro paseo encontramos edificios bastante interesantes, como la Casa degli Omenoni. Este es un palacio histórico  construido en torno al 1565, situado en la actual vía degli Omenoni, detrás de la iglesia de San Fedele. Su nombre procede de los ocho atlantes, llamados omenoni en milanés, que decoran su fachada. 




Pasamos también por delante del edificio de la Scala de Milán, situado en una plaza donde se encuentra otra de las entradas de las galerías Vittorio Emanuele II. Llegamos a la Plaza del Duomo y nos dirigimos al edificio situado frente a la catedral, que alberga los museos del Duomo, para comprar la entrada de la catedral. Hay distintas modalidades de entrada, con precios que varían entre los 3 y los 15 euros según quieras comprar solamente la entrada a la catedral, o combinar esta con la subida a las cubiertas de la catedral o los museos. Nosotros compramos la sencilla, ya que nuestra intención es visitar el interior de la catedral solamente. 


El edifico es magnífico, con su fachada gótica de mármol blanco. La catedral fue iniciada en 1386, y no sería finalizada hasta 1965. Es un templo de grandes dimensiones, de cinco naves, una central y cuatro laterales, cada una con su correspondiente puerta en la fachada principal. La nave central tiene una altura de 45 metros. La construcción es de ladrillo recubierto de mármol, blanco en la fachada y rosado en su interior. Su interior puede resultar algo oscuro, si lo comparamos con la luz de la fachada, este efecto se debe al ennegrecimiento del mármol rosado del interior de la catedral con el paso del tiempo. Actualmente se está procediendo a la limpieza de este y es posible ver el contraste entre las zonas restauradas y las que no lo están, en las naves laterales. 

Dentro de la catedral hay bastantes elementos interesantes, sus vidrieras, los tapices que separan las naves y algunas esculturas como la de San Bartolomé Desollado, que nos llamó la atención por la atención al detalle en el cincelado de las estructuras anatómicas de la figura. 



Tras la visita a la catedral nos vamos a uno de los restaurantes que se encuentran por detrás de la Plaza del Duomo para comer, pedimos unos platos de pasta que estaban bastante buenos, y el precio no estaba nada mal para estar situado en la parte más lujosa de la ciudad. 

Después de la comida nos vamos a visitar las galerías Vittorio Emanuele II. Inauguradas en el 1878, se considera la "sala de estar" de Milán. Conectan la Piazza del Duomo con Piazza della Scala, y es uno de los símbolos de la elegancia de la ciudad, con tiendas, cafés y restaurantes históricos. Están formadas por una planta de cruz, desde el interior resalta la cúpula central de hierro y cristal.




Tras la visita a las galerías nos vamos a un edifico cercano llamado Rinacimiento, es un lujoso centro comercial. Hemos leído en otros blogs que desde su terraza superior hay una bonita vista de toda la Plaza del Duomo. Después de subir, no nos parece que la vista sea nada destacado, además la terraza está abarrotada de gente, tanto en su cafetería como de curiosos, que como nosotros, se acercan a ver la vista, por lo que descartamos tomar un café allí, algo que un día más tranquilo puede ser interesante.

El resto de la tarde lo dedicamos a pasear por la zona de tiendas disfrutando de la bonita y cuidada decoración navideña de calles y escaparates.