miércoles, 25 de abril de 2018

Quesada. Ruta hacia Tiscar y la Cueva del Agua.



Aprovechando que ha parado de llover salimos a dar una vuelta por la Sierra de Cazorla. Está preciosa tras las últimas precipitaciones y nos apetece realmente. El dia acompaña, ya que ha salido el Sol, con estos compañeros de viaje ponemos rumbo a Quesada, un pueblo de la provincia de Jaén muy cerca de la Sierra de Cazorla y rodeado de un bello entorno. 

Llegamos a Quesada y aparcamos cerca del mercado de abastos, no sin cierta dificultad ya que es sábado por la mañana y el mercado se encuentra muy animado. La elección de este punto se debe a su cercanía con el museo de Zabaleta, que es nuestra primera parada y uno de los mayores reclamos turísticos del municipio. Rafael Zabaleta es un pintor oriundo de Quesada nacido en 1907, su estilo pictórico varía desde el Expresionismo sombrio al Expresionismo rutilante llevado hasta un postcubismo con influencias picassianas. La colección más importante de sus obras se encuentra en el museo de Quesada, aunque sus cuadros se exponen en los más prestigiosos museos del mundo.



Tras la visita al museo, que tiene un coste de 4 euros por adulto y 1 para los niños y que permanece abierto de miércoles a domingo en horario de mañana y tarde. Nos dirigimos hasta la Plaza de la Coronación, donde se encuentra el ayuntamiento. Esta Plaza recibe su nombre de la Coronación de la Virgen de Tiscar que se produjo en 1954, aunque popularmente también se le llama el Jardín Chino. Surge en torno al siglo XVI y en ella se situaba una de las fuentes con las que se abasteció Quesada hasta mediados del siglo XX. En esta Plaza estuvo la escuela a la que asistió Zabaleta, también se situó en ella  el mercado y el antiguo museo de Rafael Zabaleta, hoy centro de interpretación del Arte Rupestre y de la villa romana de Bruñel. Esta se encuentra  situada a 7 km de Quesada, pero desgraciadamente no es posible visitarla actualmente,  ya que están realizando obras de mejora.




Desde aquí tomamos la calle principal de acceso al pueblo para dirigirnos hacia el antiguo recinto amurallado, del que quedan dos puertas, una de ellas denominada Arco de la Manquita de Utrera. El origen de su nombre se debe al cuadro de la Virgen de la Consolación de Utrera que hay en este y a la que casi no se le ven las manos, por lo que la gente comenzó a llamarla "la manquita de Utrera". Este arco da acceso a las hermosas calles del Cinto, Alcaldía, Las Posadas, La casa sin Puerta y el Arco de los Santos. El arco era en su origen la principal puerta de salida de la villa amurallada de Quesada. Era en un principio una Torre-puerta acodada almohade del siglo XII con doble cierre. El arco de la Manquita es una abertura realizada en la muralla que fue acondicionada posteriormente.



Cerca de este arco encontramos en la pared unos azulejos con este bello poema:

Iba para plaza y no
se quedó en plaza ni calle,
era cal viva su talle
y en esquinas se quebró
soñó ser patio y se alzó
barandal y primavera,
y al ver lo que era, era
gracia y luz y geometría
trazó el arco la armonía
de la Manquita de Utrera










Traspasar este arco es adentrarnos en un entramado de callejuelas peatonales de trazado árabe, adornadas con macetas y mantenidas con gran belleza por sus moradores, una delicia para la vista. Una de las más pintoresca es la calle Adentro. Se encuentra adornada por sus vecinos con innumerables macetas en calzada, balcones y fachadas. Era la calle principal de la villa amurallada de Quesada y recibe este nombre desde hace más de seiscientos años. Mantiene la estructura tipica de las calles musulmanas, estrechas y con callejones sin salida. Esto se hacía para dificultar los ataques el enemigo y para prevenir el calor, ya que permanece en sombra la mayor parte del dia. La fachadas se siguen pintando de blanco ya que este color absorbe menos el calor.




Y es que aunque el origen del actual emplazamiento parece ser de época visigoda, según los restos aparecidos en la localidad, como los capiteles que hoy jalonan el acceso al jardín de la parroquia, es en época árabe cuando Quesada adquirió entidad como núcleo de población. De hecho su nombre viene de las palabras árabes Casa y Chayda, que significa lugar fértil, lugar bonito. El nombre fue evolucionando con el tiempo de Casachayda a Quesada en la actualidad.

Arco de los Santos.




Proseguimos camino hasta la cercana Plaza de la Lonja. Recibe este nombre porque en época musulmana era aquí donde si instalaba el mercado semanal para que la gente de la comarca se abasteciera y vendiera sus mercancías. Se accede a dicha Plaza por un hueco en la muralla, en el lugar donde se encontraba la puerta medieval que permitía el acceso al alcázar de Quesada desde la villa. Este recinto amurallado tenía nueve torres defensivas, entre ellas la torre del homenaje, que sirvió de cárcel durante siglos. Es en este lugar donde surgió la primitiva Quesada, posiblemente en la segunda mitad del siglo VI, y donde se construyó una iglesia visigoda de la que se han encontrado diversos restos.  Sobre esta iglesia se construyó una mezquita, que a su vez fue reemplazada por la iglesia de San Pedro y San Pablo. Este templo ha sufrido diversas reformas, siendo en la actualidad una iglesia neoclásica del siglo XVIII que conserva la torre del siglo XIV. Tiene planta de cruz latina con tres naves y óculos al exterior.



Dejamos atrás Quesada para poner rumbo al Santuario de la Virgen de Tiscar. Este se encuentra situado a 14 km de Quesada, para llegar hasta él hay que tomar una carretera que serpentea en un bello paisaje.




Atravesamos un tunel excavado  para dar acceso a la carretera y encontramos una zona de aparcamiento a un lado de esta. Desde esta zona es fácil acceder tanto al santuario como a la cercana Cueva del Agua. También es posible subir al santuario con el coche, desde la pequeña carretera que surge de este parking o desde el acceso que hay antes del túnel, pero el aparcamiento arriba es muy limitado.


Construido en el siglo XV, era en sus inicios  de estilo gótico, con elementos mudéjares. Arquitectónicamente poco queda de aquel templo, ya que fue reconstruido casi en su totalidad después de la Guerra Civil. El origen del culto se relaciona con las leyendas de la reconquista que sitúan en la cercana Cueva del Agua apariciones de la Virgen de Tiscar, imagen que depositó allí San Isicio, uno de los barones apostólicos que predicó el cristianismo en estas tierras. La imagen original fue destruida en la Guerra Civil, la actual es de Jacinto Higueras. El primer domingo de septiembre tiene lugar la romería. La Virgen en procesión es trasladada desde Quesada, donde pasa todo el verano, hasta el Santuario. Aquí se queda hasta el siguiente primero de mayo en el que vuelve a Quesada.





Desde el santuario bajamos a la Cueva del Agua, considerada monumento natural por su gran belleza. Debido a las abundantes lluvias caídas en los últimos meses la cueva está espectacular, con el agua rezumando de sus paredes y una magnífica cascada de agua dentro de esta.



Acceso a la cueva del agua.


Como se va acercando la hora de la comida pensamos en comer en uno de los dos restaurantes que se encuentran en esta zona. El restaurante del vadillo está un poco antes del acceso al santuario, a unos 150 metros de este, hay otro restaurante arriba, al lado del santuario y es el que elegimos. En esta ocasión nos decantamos por un revuelto de habitas baby y un estofado de ciervo. La gastronomía de la zona utiliza mucho las carnes de caza de los montes colindantes, siendo también platos muy comunes en el resto de la Sierra de Cazorla.

Después de comer tomamos de nuevo la carretera en dirección a Pozo Alcón, y a unos cuatro km del santuario sale una pista forestal que conduce al nacimiento del Guadalquivir. El recorrido por esta pista es de 25 km hasta llegar al nacimiento, pero el trayecto es de algo más de una hora debido a la dificultad del terreno. La pista, aún estando bastante transitable, es preferible recorrerla en todoterreno o todocamino. Nuestra intención es llegar hasta el nacimiento y pasar por el cercano paraje de los tejos milenarios, para después volver por Cazorla hacia Úbeda, y en intención se queda, ya que a unos cinco km del inicio de la pista nos encontramos los primeros restos de nevadas de los últimos días y dado que no llevamos cadenas decidimos no aventurarnos más. Aparcamos en un lateral del camino y proseguimos dando un pequeño paseo en este bello entorno que la nieve embellece aún más. Como sospechábamos que esto podía ocurrir, hemos venido provistos de guantes y trineo, así que los pequeños disfrutan una agradable jornada jugando con  la nieve.





Nuestro regreso es pues por el mismo camino de ida, pasando de nuevo por el santuario y Quesada para volver hacia Úbeda. En un futuro no muy lejano volveremos a esta zona ya que tenemos un gran interés en conocer el paraje de los Tejos milenarios.



miércoles, 18 de abril de 2018

Albarracín.




Este pueblo turolense es por muchos considerado el más bonito de España. Que es bonito no tiene duda, aunque no voy a entrar a discutir un ranking, ya que hay pueblos muy bellos repartidos por toda nuestra geografía. Sin duda Albarracín está en todas las listas.

Nosotros tuvimos la suerte de disfrutar una estancia de tres días en este bello entorno, durante este tiempo aprovechamos para conocer Teruel, visita que ya os conté y podéis leer aquí.

También aprovechamos para visitar Dinópolis, escapada que a los niños encantó. No es un parque de atracciones al uso, es un parque temático dedicado a los dinosaurios. Es bastante entretenido si vuestros hijos son fans de estos extintos animales, el museo es lo mejor del parque sin duda. Por lo demás las atracciones son escasas y pueden ser aburridas si no sois muy de estos animales. El espectáculo del tiranosaurio Rex fue de lo mejor de la jornada. Mis hijos disfrutaron mucho esta visita.





Conviene consultar la política de descuentos en su página web, ya que a veces hay descuentos por pertenecer a sindicatos, aseguradoras y otro tipo de asociaciones, que pueden rondar el 10% y que no vienen mal si se pueden aprovechar. 

La estrella de nuestro viaje fue sin duda la visita a Albarracín, ya que me habían hablado de lo bonito que es este pueblo y tenía muchas ganas de conocerlo. Para nuestra estancia alquilamos un apartamento fuera del casco antiguo, en la parte nueva del pueblo. Para aparcar en el casco antiguo no hay mucho problema, ya que hay un parking gratuito a la entrada de este. Nuestra visita fue en el mes de Julio y aunque había gente no estaba abarrotado como se podría esperar de sitios tan turísticos. 

Para conocer mejor el pueblo reservamos una visita guiada con una empresa local llamada El andador.  Fue una ruta muy amena e interesante, ya que además de un recorrido por las calles, se incluye la visita al interior de una casa típica de esta zona, con su mobiliario y decoración de época. También explican detalles arquitectónicos, históricos y anécdotas, haciendo el paseo agradable incluso para los niños. El coste es de cuatro euros con gratuidad para menores de 9 años. Sin duda fue una fantástica toma de contacto con el pueblo. Al final de la visita ofrecen una degustación de productos tipicos de la zona como sus magníficos quesos y embutidos.

Pasear por las calles de Albarracín es introducirse en el medievo, dada la cuidada conservación del pueblo. Sus sinuosas calles empedradas y sus rojizas casas nobles nos transportan a otra época. Entre sus edificios destaca por su popularidad la Casa de la Julianeta, este edificio del siglo XIV se levanta en el ángulo que forman dos calles en cuesta, lo que acentúa la sensación de desequilibrio, esto le ha valido el apelativo de la Torre de Pisa de Albarracín. 



Otro edificio destacable es la Catedral del Salvador, situada junto al castillo, data del siglo XVI y consta de una sola nave y capillas laterales. El Alcazar está ubicado  en el casco antiguo y ha sido recientemente restaurado para poder ser visitado. El Palacio episcopal se encuentra junto a la catedral y tiene una portada barroca.




Plaza del Ayuntamiento.


La Casa consitorial se encuentra en la plaza del Ayuntamiento y es del siglo XVI, con su balconada de madera.



Merece también la pena dar un paseo hasta sus murallas, y observar la vista del pueblo desde ellas. Hay también algunas torres, como la del andador o la torre de doña Blanca. 




Paseando por sus calles vemos interesantes detalles arquitectónicos como los aleros de los tejados, con artesonados de madera de rico relieve, que indica la nobleza de las casas. Los detalles de las cerraduras y llamadores de las puertas, muchos con forma de lagarto y muy elaborados.





En nuestro último dia de estancia nos dimos una vuelta por la bella Sierra de Albarracín, realizando una de las rutas que permite ir descubriendo las pinturas rupestres que jalonan esta zona. Es posible realizar visitas guiadas también, pero nosotros decidimos visitarla por libre. Para llegar a las pinturas rupestres hay varias rutas, se sale del barrio del Arrabal, la zona de expansión del pueblo fuera del casco histórico. Desde aquí se toma una carretera que llega al paisaje de los pinares de Rodeno. Hay paneles explicativos en la carretera y las pinturas están señalizadas. Para mis hijos fue muy divertido irlas descubriendo. Se encuentran al abrigo de pequeñas cuevas, abiertas al exterior y protegidas por rejas, aunque de fácil visibilidad. 




El conjunto de las pinturas rupestres de Albarracín, fechado entre el 6000 y el 1500 aC, se ha distinguido del resto de representaciones levantinas de la península por el empleo del color blanco, exclusivo de esta zona y por el gran tamaño de las figuras de bovinos.

Pudimos disfrutar también la exquisita gastronomia local, en la que además de sus afamados quesos y embutidos, que tuvimos el lujo de probar en la visita guiada, es posible degustar platos de carne de caza como el ciervo o el jabalí. En época de setas hay magníficas especies para degustar, entre las más buscadas el rebollón o mizclo y el boletus Edull, conocido como el rey de los hongos y llamado popularmente hongo porro por la robustez de su tallo.

El  conjunto conformado por su magnífico entorno natural y su belleza arquitectónica  justifica su fama como uno de los pueblos más bonitos de España. 


miércoles, 11 de abril de 2018

Museos de Madrid. Visitando el Museo Naval y el Museo del Prado.

Madrid ofrece una amplia variedad cultural, encontramos muchos museos para visitar y algunos de ellos son especialmente recomendables para entretener a los más pequeños. En nuestra última visita a Madrid dedicamos un tiempo a visitar dos de los museos más recomendables, el Museo Naval y el Museo del Prado. 

Ambos se encuentran situados en el Paseo del Prado, a corta distancia andando de la estación de Atocha, por lo que es fácil llegar a ellos si vuestra llegada a Madrid es por tren, como fue nuestro caso. 

Tras dejar atrás la estación de Atocha nos encaminamos por el Paseo del Prado, pasamos por delante del jardín botánico, una visita también muy recomendable, y seguimos, pasando por delante del Museo del Prado, hasta llegar al Museo Naval.  Este se encuentra situado en el edificio del Ministerio de la Marina, actual Cuartel General de la Armada. 



El museo es de entrada gratuita, aunque se solicita una aportación voluntaria de 3 euros para mantenimiento del mismo, con esta aportación te dan un plano y folleto explicativo del museo.  Su horario es de Martes a Domingo de 10:00 a 19:00 horas. 



El edificio consta de 25 salas, dos de ellas patios centrales bastante bonitos. Hay una serie de itinerarios que permiten realizar un recorrido cronológico por la evolución de la Marina española desde los Reyes Católicos hasta la actualidad. Hay también una serie de espacios monográficos. 


La colección es bastante interesante para los niños, ya que hay maquetas de barcos antiguos, algunos de gran tamaño, y también de armas antiguas, cañones...El museo muestra también los distintos sistemas de construcción naval, la evolución de las técnicas de navegación, cartografía, descubrimientos y expediciones españolas.







Se muestran también embarcaciones de otros países como China, sudeste asiático y Pacífico. Entre las piezas más destacadas se encuentran la obra cartográfica conservada más antigua del continente americano, el cuadro que representa el primer homenaje a Colón, la maqueta del Navio Real Carlos, de 1766 y la réplica de un camarote de capitán de época.





Sin duda una grata visita que los peques de la casa disfrutaron mucho y que a nosotros nos sorprendió, ya que no teníamos idea de lo interesante que es este museo. En el museo se organizan también visitas guiadas, en horario de mañana y talleres para niños, aunque son en horario limitado. Nuestra visita fue por la tarde por lo que la realizamos por libre. El tiempo de visita es de alrededor de hora y media o dos horas. 

En el momento de nuestra visita había también una exposición temporal denominada Mar de Alas, que conmemora el centenario de la aviación naval española. Esta exposición se inició en diciembre de 2017 y permanecerá hasta el 30 de Junio de 2018. 

Al terminar nuestro recorrido, y dada la cercanía del museo del Prado, decidimos acercarnos a echar un vistazo a nuestros pintores clásicos favoritos. La entrada la museo del Prado es gratuita de 18 a 20 de la tarde, de martes a sábado y los domingos de 17 a 19 horas. Como es de suponer la cola para acceder de forma gratuita al museo es bastante considerable, tanto que puede asustar en un primer momento. Nosotros llegamos justo a las 18 horas y la cola llegaba hasta el final de la fachada del museo, pero una vez abren el acceso gratuito esta avanza de forma rápida, por lo que tras media hora entramos a este.



Provistos de un mapa que se coge en información y de unas audioguías gratuitas descartadas de internet, nos encaminamos a las salas dedicadas a Velázquez, ya que los niños querían ver el famoso cuadro de las Meninas. Este se encuentra en la sala 12, una de las más grandes del museo, y es uno de los más famosos por lo que suele haber bastante gente observándolo. Aún así la gente se va desplazando por lo que es fácil llegar a primera fila y observar el cuadro mientras se escuchan los detalles de la audioguía y su descripción, algo que a mis hijos les gusta hacer, ya que van dando detalles y hay que buscarlos en la pintura, lo que es como un juego para ellos. 

Después estuvimos viendo otras obras de Velázquez como el magnífico cuadro de la Rendición de Breda y pasamos al majestuoso pasillo central del Prado, al que se accede desde la puerta principal, nosotros habíamos entrado por la entrada lateral de los Jerónimos. Este pasillo es espectacular, la pena es que no permiten hacer fotos, incluso sin flash, en todo el edificio, cosa que la verdad no entiendo, porque una foto sin flash no creo dañe las pinturas. En él hay pinturas de autores flamencos e intalianos, como Rubens, Rembrandt o Tiziano. También en esta planta pero en otras salas se encuentran alguna de las obras más famosas de Goya, como la maja desnuda.

wikipedia images.


Después bajamos una planta para ver algunas obras de la etapa de pintura negra de Goya, ya que mi hijo quería ver el cuadro de Saturno devorando a su hijo, un poco tétrico pero así son los niños, y nosotros el cuadro de los fusilamientos del 3 de Mayo. 

Desgraciadamente el entrar al museo a estas horas no permite una visita completa por lo que nos dejamos autores tan interesantes como Sorolla, Rosales, Caravaggio y muchos otros. Pero una visita completa del Prado  puede ser una paliza para los niños. Nosotros estuvimos una hora y media y los niños estaban realmente cansados de ir de una sala a otra, recordad que ya habíamos estado antes visitando el museo naval. Por lo que poco antes de la hora de cierre decidimos dar por terminada la visita. Nos dirigimos andando a la estación de Atocha, pasando antes por la cercana fachada del Congreso para enseñársela a los niños. 

En Atocha estuvimos visitando la antigua estación, convertida en un jardín botánico tropical y donde llaman la atención por su gran número las tortugas que se encuentran en un pequeño estanque de esta.  Tras esto tomamos el tren de cercanías que nos lleva a Alcalá de Henares, donde estamos pasando ese fin de semana. 

La visita ha sido muy interesante, habíamos visto con anterioridad otros museos también ideales para visitar con niños como el Museo de Ciencias Naturales y el Museo del Ferrocarril, y en nuestra mente está la visita al Museo Arqueológio y el Geominero, también muy entretenidos para ellos. Sin duda la oferta de museos de Madrid es espléndida. 

miércoles, 4 de abril de 2018

La Iruela y ruta hacia el Chorro.



Hoy os proponemos una ruta por la Sierra de Cazorla. Esta ruta parte del pequeño pueblo de la Iruela, situado muy cerca de Cazorla pueblo.

Para iniciar la ruta del paraje conocido como el chorro, tenemos que llegar hasta la primera rotonda de entrada a La Iruela viniendo desde Cazorla y allí un cartel nos dirige hacia el pueblo. Entramos en La Iruela y en la plaza sale una carretera en dirección a la ermita y que nos llevará directos a este bello paraje. 

Al poco de dejar el pueblo veremos un mirador en el que merece la pena parar y desde el que tenemos una impresionantes vistas del pueblo de Cazorla.



La carretera es estrecha pero está bien asfaltada. A lo largo del camino en época de lluvias podemos ver bonitas cascadas de agua. 



Una vez entramos en la sierra, pasando una barrera que está abierta, la carretera pasa a ser una pista forestal, pero está en muy buen estado, esta pista llega hasta el nacimiento del Guadalquivir, pero nuestro destino está más cerca.



Pasamos por un hotel rural y proseguimos camino hasta llegar a una bonita casa de piedra con aspecto de abandono pero maravillosa localización y aquí podemos aparcar el coche. También podemos seguir unos metros más y dejar el coche en un camino que sale a la derecha y desde el que sale el sendero a la zona de observación de los buitres. Y es que el mayor atractivo de esta zona, además de la espectacularidad del paisaje con los cortados montañosos y las cumbres del fondo, es la posibilidad de observar a los buitres. Es realmente espectacular ver volar a estas aves.






Es posible realizar esta ruta en apenas dos horas o tres por lo que, si no es vuestra intención realizar ninguna otra ruta andando, podéis volver al pueblo de la Iruela. Allí hay varios restaurantes y hoteles en la misma carretera de acceso a la sierra. En ellos además de magníficas carnes a la brasa, es posible degustar los platos típicos de la gastronomía serrana como son los talarines, en otros lugares de la provincia llamados andrajos o galianos, la gachamiga, el rin ran (el plato más sereño de su cocina, con su bacalao, pimiento rojo, cebolletas, patata y aceitunas negras), los huevos serranos y postres como las flores de lis, leche frita y roscos con azúcar.


Nosotros volvimos de nuestra ruta a la hora del café y elegimos la cafeteria del hotel spa Sierra de Cazorla, esta tiene una cristalera que permite disfrutar unas impresionantes vistas. 

Desde aquí realizamos un pequeño recorrido andando para llegar al castillo de La Iruela que ya nos había llamado la atención desde la carretera. De origen musulmán, construido en varias etapas durante la época prebereber y bereber y con una torre del homenaje ya de época cristiana. Fortaleza inexpugnable por su situación geográfica. Su torre-puerta de construcción medieval sirvió de campanario a la contigua iglesia de Santo Domingo de Silos. El conjunto que forman las ruinas de la iglesia y el castillo están declarados conjunto histórico-artístico.



Vamos subiendo por las pintorescas calles de este tranquilo pueblecito y nos llaman la atención los emparrados que parecen surgir de las mismas fachadas de las casas. Al ser finales del invierno estas parras no tienen hojas pero puedo imaginar cuando la primavera las haga brotar y aumente la belleza tranquila de estas calles llenas de hermosos rincones.



Para acceder al castillo hay que pagar tan solo un euro, dos si además queréis ver el centro de interpretación de este, los niños entran gratis. Dentro del recinto del Castillo encontramos las ruinas de la Iglesia de Santo Domingo. Una bella iglesia desgraciadamente casi derruida de la que solo quedan un par de paredes, testigo mudo de su pasado esplendor.  El estado ruinoso se debe al saqueo e incendio de las tropas francesas en la Guerra de Independencia del siglo XIX.



La iglesia se construyó en la época de la Reconquista. En el siglo XVI el viejo templo medieval fue reemplazado por uno nuevo, de estilo renacentista y atribuida a la escuela de Vandelvira. Solo quedan restos de la bóveda del altar mayor, de medio cañón con casetones y restos de pinturas. Conserva la portada de acceso, de modelo renacentista.




Al lado de esta iglesia hay un pequeño cementerio donde antaño se enterraba a las gentes fallecidas en la Sierra. Hay también un recordatorio de los horrores de la guerra civil en forma de foso donde se encerraba a los prisioneros antes de fusilarlos. Este se encuentra tapado con un plancha metálica.



Salimos de la iglesia y subimos a la torre del castillo, acceso no aconsejado para personas con problemas de rodillas porque las escaleras son bastante empinadas, sobretodo en su tramo final. 

Iglesia desde la torre del Castillo.

Vista desde la torre del castillo.


En el recinto del castillo hay también un bonito anfiteatro construido en piedra para dar conciertos en verano. 



La Iruela nos ha parecido un bonito lugar y una visita bastante recomendable si estáis por estos bellos parajes.