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jueves, 4 de enero de 2018

Castillo de Almodóvar del Río.





Almodóvar del Río es un pueblo cordobés situado a 24 km de la capital. La principal atracción turística es su espectacular castillo. Esta fortaleza ha aumentado su fama tras ser uno de los escenarios de la exitosa serie "Juego de Tronos", concretamente Altojardín, hogar de la dinastía Tyrell. En el tercer capítulo de la séptima temporada, la fortaleza es tomada por Jaime Lannister. Curiosamente, al contrario que en la ficción,  el castillo  permanecíó inexpugnable a lo largo de su historia.

 El castillo está situado sobre un cerro, en la parte baja de este hay un parking, el acceso al castillo se ha de realizar a pie o bicicleta, aunque es posible llegar en coche para aquellas personas con dificultad para caminar. Se puede subir por el camino asfaltado o a través de un sendero que permite un agradable paseo disfrutando de las vistas de la campiña y el pueblo.



La fortaleza se puede visitar de forma libre o con una visita guiada teatralizada, nosotros realizamos la visita libre. La entrada se compra en la misma taquilla y tiene un coste de 8 euros para los adultos y cuatro para los niños, los menores de cuatro años no pagan entrada. Junto a la entrada entregan un plano del recinto. En el castillo hay un restaurante, en este se celebran comidas medievales bajo reserva, pero solo en fechas determinadas. 

El castillo es de origen musulmán, erigido en el siglo VIII, su emplazamiento era fundamental para la defensa de Córdoba.  La situación geográfica de Almodóvar del Río, situada en un cerro a 252 metros sobre el rio Guadalquivir, que en esta época era navegable en este tramo, le daban una gran importancia estratégica. Durante la Edad Media tuvo también una gran importancia estratégica, siendo ampliado sucesivamente por distintos reyes cristianos, entre ellos Pedro I  "el cruel".



Con el paso de los años entró en un periodo de decadencia y deterioro, hasta que a principios del siglo XX se inicia su proceso de reconstrucción por Rafael Desmaissieres y Farina, XII Conde de Torralva, junto al arquitecto Alfonso Fernández Casanova. Las obras se inician en 1901 y finalizan en 1936. La reconstrucción no está exenta de polémica ya que  algunos consideran que en las obras se hicieron grandes modificaciones de la estructura original. La verdad es que el resultado es espectacular y una  visita muy amena y divertida tanto para adultos como para niños. Atravesar la puerta del castillo nos sumerge en el mundo medieval, con sus almenas, torres y mazmorras.




Dentro del castillo hay salas tematizadas con maniquies que representan escenas medievales que hicieron las delicias de nuestros hijos. También le llamaron especialmente la atención las mazmorras. En una de las torres es  posible ver una colección de réplicas de espadas musulmanas, castellanas y de otros orígenes. Además desde las murallas se puede disfrutar  de unas magníficas vistas del rio Guadalquivir. Hay también un patio con mesas y bancos que constituye una agradable zona de descanso a la sombra de los árboles.







En el castillo hay también una sala donde un holograma del conde de Torralva nos narra la historia del edificio y dos proyecciones que completan la historia de la fortaleza. No falta ni siquiera una réplica de la espada Excálibur clavada en su piedra para que intentéis convertiros en reyes.



Sin duda una gran visita para los más pequeños y es que pocas veces hay oportunidad de visitar un castillo tan reconstruido y ambientado en la época medieval. 

martes, 26 de diciembre de 2017

Castillo de Butrón. Vizcaya.


Una fantasía romántica sobre una base medieval.





El Castillo de Butrón se encuentra situado en el municipio de Gatika, Vizcaya, a unos 20 km de Bilbao.

En nuestro viaje por el Pais Vasco dedicamos este día a visitar este precioso castillo poco conocido fuera de Vizcaya, sin duda una agradable visita, tanto por su sorprendente arquitectura como por su entorno. Es un castillo señorial digno de aparecer en una película de Disney. Se accede desde un desvio que sale justo al lado de la Ermita de la Magdalena, en las afueras del municipio de Gatika. Siguiendo ese sendero vemos un bar con una agradable terraza, en esa zona hay fácil aparcamiento y es un corto paseo hacia el castillo.

Ermita de la Magdalena. Wikipedia Commons.

El Castillo es de origen medieval ya que en esta ubicación había una fortificación del linaje de los Butrón (cuyo nombre ha mantenido), pero totalmente modificado en el siglo XIX por el arquitecto Francisco de Cubas.  El escudo situado delante de la fachada principal indica su origen medieval y su relación con el linaje de los Butrón. En este podemos ver cinco lobos y cuatro butrones, un instrumento medieval de pesca. 




A finales del siglo XIX, Narciso de Salabert, marqués de Torrecilla decide construir en Gatika una residencia de verano digna de su elevada posición. Con este objeto contrata al arquitecto Francisco de Cubas, junto con Gaudí era el mayor representante de la arquitectura neogótica española. Se decidió aprovechar los cimientos y parte de las torres cilíndricas  de una antigua construcción perteneciente al linaje de los Butrón y se modificó esta profundamente dándole un aspecto señorial, de estilo germánico. La construcción  fue diseñada con un alto grado de fantasía y una clara influencia de los castillos bávaros del siglo XIX. La obra duró 20 años, siendo terminado en 1898. Lo que más destaca del castillo es su torre del homenaje que es una copia de la torre del homenaje del Alcazar de Segovia. Se diseñó como atracción visual aún a costa de perder funcionalidad, siendo muy incómodo como vivienda ya que algunas estancias están conectadas por escaleras exteriores.



Fachada posterior del Castillo.



Sin duda es un lugar muy agradable para visitar, aunque desgraciadamente no pudimos verlo por dentro al estar en manos privadas. Estuvo un tiempo abierto como atracción turística, como sitio para bodas y espectáculos medievales, hay algunos deteriorados carteles en el exterior que así lo indican, pero ahora está cerrado. Está rodeado de un bosque centenario que posee además un jardín con palmeras y otras especies exóticas que fueron plantadas también en el momento de su reconstrucción. El rio Butrón que está cerca también ofrece un bonito paseo e incluso una ruta circular en sus alrededores. 



Sin duda un lugar increible para darse  un  agradable paseo por la zona o para hacer una ruta por el rio Butrón.



jueves, 14 de septiembre de 2017

Castillo de Canena.

Hoy os voy a hablar de un sitio muy especial para mí, es el castillo del pueblo donde nací. Aunque no es mio (ya me gustaría) le tengo un especial cariño y creo que merece una entrada en este blog por ser algo tan especial.



Para los que no conozcan Canena, os diré que se encuentra situada entre las ciudades de Úbeda y Linares, en el margen de la Nacional 322, en la provincia de Jaén. Este es un pueblo pequeño pero tiene mucho encanto para el visitante, contando con un balneario, un castillo del siglo XVI en perfecto estado de conservación, una ermita y una iglesia. Hay también unas ruinas de una construcción hidráulica romana, denominada  por los vecinos "el molinillo".



Una vez presentado el pueblo os voy a hablar de su castillo que es el objeto de esta entrada. 

Es un castillo de estilo renacentista, construido a encargo de Francisco de los Cobos, secretario de Carlos I, por  Andrés de Vandelvira, uno de los grandes aquitectos del Humanismo. La primera cuestíón que llama la atención es por qué  Francisco de los Cobos optó por este emplazamiento para construir este castillo que algunos han relacionado, por su hermetismo, con el de la Calahorra, en Granada. Canena,  que debe su nombre a su ocupación, a principios del siglo XIII, por la tribu siria de la Banu Kinana, contó con un nuevo castillo levantado hacia 1477, sin permiso real, por Sancho de Benavides. Francisco de los Cobos compró en 1538 Canena y decidió crear aquí una mansión en que se conjugaran estructuras sólidamente fortificadas con refinamientos artísticos y estéticos, sobre todo en su interior.

De esta manera, en el mismo emplazamiento en el que en un principio hubo un encastillado romano, después una fortaleza árabe y un castillo "ilegal", se construyó esta fortaleza palacio para disfrute de su dueño y en la actualidad para orgullo de todos los caneneros. 

La planta del castillo es cuadrada, tiene dos grandes torres que protegen los ángulos de la fachada principal y otras dos, de menor envergadura, en la parte opuesta, todas ellas circulares. Sobresale la torre del homenaje, de planta cuadrada.










La portada presenta una estructura un tanto arcaica, no exenta de encanto. Abre con arco de medio punto peraltado, que flanquean pilastras corintias sobre plintos, friso con grutescos y cornisa sobre la que se levanta otro arco de medio punto que acoge los escudos de don Francisco de los Cobos y doña María de Mendoza, rematados con casco y cimera. A sus lados, fantásticas figuras de tenantes con la mitad inferior de sus cuerpos transfigurados en ala y vegetación. Exteriormente la rematan tres flameros y se conservan las ranuras para levantar el antiguo puente levadizo.




El patio es uno de los elementos más claramente renacentistas, cuenta con escalera claustral y cinco arquerías de medio punto en cada uno de los lados. En la galería inferior las arcadas son jónicas. La galería superior, también jónica, repite la estructura adintelada, con la peculiaridad de grandes zapatas sobre las columnas que apoyan en plintos decorados con motivos militares y la bordea una barandilla de balaustres.









El Castillo fue declarado monumento nacional en 1931. Perteneció a los marqueses de Camarasa, descendientes de Francisco de los Cobos hasta 1946,  fecha en la que fue adquirido por Luis Delgado con la idea de demolerlo y aprovechar la piedra para construir  un colegio en Úbeda. Gracias al movimiento iniciado por María Ortega, entonces estudiante de magisterio,  no pudo llevar a cabo su proyecto por lo que lo vendió a Mr.George Kay Wright, (conocido en el pueblo como "el inglés"). El señor Kay lo vendió a su actual propietario, Luis Vañó en 1985, realizando este una gran obra de conservación del edificio.


Al ser de titularidad privada las visitas están restringidas, solo está abierto al público los lunes por la tarde de 4 a 7. La entrada es libre en esta franja horaria pero solo hay acceso al vestíbulo, el patio central y una visión a través del cristal de la capilla y la cocina. Aún así es un bello monumento que merece la pena visitar si pasáis por este bonito pueblo que está camino de muchos sitios.