domingo, 26 de agosto de 2018

10 pueblos poco turísticos que se salen de bonitos.

Es esta una recopilación de los pueblos que más me han sorprendido por su belleza y porque esta aún no ha dado lugar a una masificación turística, como ocurre en otros que entran dentro de la categoría de pueblos más bonitos de España. Es una lista personal basada en mis vivencias y  mis viajes, pero sin duda son pueblos que merece la pena visitar y en los que esto aún se puede hacer de forma tranquila, paseando por calles poco concurridas en las que hay más vecinos que turistas. 

Esta es mi lista:

Carmona (Cantabria)





Carmona es una bella aldea cántabra situada en un maravilloso enclave natural, entre los valles del Saja y del Nansa. Conserva un aire de autenticidad que otras poblaciones como Santillana del Mar ya han perdido. Su belleza no tiene nada que envidiar a Bárcena Mayor, bastante más conocida y que comparte el mismo estilo de arquitectura montañesa cántabra con sus casonas de piedra y sus balcones de madera repletos de macetas.


El mayor placer es recorrer sus calles empedradas y disfrutar de sus bellas casas y de su ambiente tranquilo. Destaca el edificio de la iglesia y el Palacio de los Díaz Cossio y Mier, del siglo XVIII, hace poco convertido en Parador.



Torazu (Asturias)




Torazu es  un precioso pueblo de las montañas de Asturias que cuenta con poco más de 200 habitantes y una gran belleza. Se sitúa en el concejo de Cabranes, está inmerso en la comarca de la sidra y su origen se remonta a la época romana, aunque su origen toponímico es celta.

Un bello lugar en el que pasear es un placer y donde se puede admirar su arquitectura rural, con sus antiguos hórreos y sus preciosas casas con balcones de madera repletos de flores que mantienen la arquitectura rural típica del interior asturiano. Uno de los edificios más destacados del pueblo es la Iglesia de San Martín el Real. Es este un edificio de estilo manierista cuya fundación data del año 1685. Esta iglesia tenía una finalidad funeraria, de hecho está levantado sobre un cementerio de los siglos XVI y XVII y su pavimento está compuesto por losas sepulcrales. Es el edificio de más altura de Torazo gracias a su campanario.



Maya (Navarra)





Maya, Amaiur en euskera, es un precioso pueblecito del valle del Baztán que cuenta con poco más de 200 habitantes y algunas casas rurales. Además del magnífico entorno en el que está situado lo que más destaca de la localidad es su famoso arco que da acceso a la calle principal, este se construyó en el siglo XVII y constituye uno de los puntos más fotografiados y característicos del pueblo.  Antes del arco encontramos un crucero de finales del siglo XVII que señala la ruta del Camino de Santiago que atraviesa el Baztán.

Coronando el pueblo se encuentran las ruinas del castillo de Maya, escenario de una famosa batalla y hoy un magnífico punto para disfrutar el paisaje que rodea la localidad.  Un paseo por su calle principal admirando sus casonas, y las numerosas fuentes que adornan esta, es un disfrute para la vista. Destacan también el edificio de la iglesia y el antiguo molino que solo es posible visitar previa reserva. 


Rubielos de Mora (Teruel)





Rubielos de Mora es un pueblo de Teruel que recibe el sobrenombre de "Pórtico de Aragón" por su situación geográfica sobre un altiplano que domina la provincia, en el interior de la sierra de Gúdar. El origen del pueblo es de época romana aunque las primeras referencias escritas son del siglo XII. El trazado urbano actual procede de la reforma arquitectónica realizada en el siglo XVI, de esta época son muchas de las casas solariegas y edificios destacables actuales. 

Entre los edificios más destacables del pueblo están la puerta de San Antonio, la casa consistorial de estilo renacentista, la excolegiata o iglesia de Santa María la Mayor, las ermitas de Santa Ana, del Pilar, la del Calvario y la de los Desamparados. Hay además en la villa dos conventos, el de los Carmelitas Calzados y el de las Madres Agustinas, situado extramuros. 

Como villa amurallada Rubielos llegó a contar con hasta siete puertas de acceso por sus murallas, de ellas aún perduran dos, la de San Antonio y la del Carmen, ambas del siglo XVI. La puerta de San Antonio posee una de las torres y puertas más bellas de Aragón. 

Aguilar de Campoo (Palencia)





Aguilar de Campoo es una bonita localidad de la provincia de Palencia declarada conjunto histórico-artístico en 1966. La villa posee un importante patrimonio artístico y cultural en el que destacan edificaciones de carácter religioso, civil y militar de estilo románico, gótico y renacentista.

Entre sus más destacados edificios están la Colegiata de San Miguel, templo parroquial iniciado en románico en su exterior y cuyo interior es predominantemente gótico, situada en la Plaza Mayor o Plaza de España. Otros edificios de interés son el monasterio de Santa María la Real, el monasterio de Santa Clara y  el castillo medieval.

Las murallas medievales conservan aún seis de las siete puertas que en origen tuvo la villa, entre ellas la puerta de Reinosa o la de la Tobalina.  Hay también numerosos puentes sobre  el rio Pisuerga, entre los que destaca el puente del Portazgo, de origen medieval.



Alcaraz (Albacete)





Alcaraz es un bonito pueblo que tiene el honor de ser el lugar de nacimiento del gran arquitecto del renacimiento Andrés de Vandelvira. La influencia de Vandelvira se nota en la localidad, que tiene una bella Plaza Mayor con edificios muy destacables.

El conjunto arquitectónico de la Plaza Mayor es impresionante, tiene planta rectangular y está rodeada por tres lonjas renacentistas, la parroquia de la Santísima Trinidad y dos torres, la del Tardón y la de la Trinidad. La iglesia de la Santísima Trinidad es de estilo gótico, destacando su bella puerta de entrada.

La lonja de Santo Domingo, construida en el siglo XVI, consta de dos cuerpos, en el inferior una galería porticada y en el superior destaca un gran escudo con las armas de Felipe II, junto a ella la Torre del Tardón. Otro de los edificios de la plaza es la lonja de la Regateria, compuesta por doce arcos de medio punto y doble galeria porticada. En su parte derecha se abre el arco de Zapatería que da acceso a los restos del castillo de origen árabe. La Lonja del Alhorí está situada al norte de la plaza y es también del siglo XVI. Es actualmente el ayuntamiento de la ciudad, consta de doble galería porticada, destacando en lo más alto el escudo imperial de Carlos I de España.


Una vez salimos de la Plaza Mayor, nos encontramos con la calle Mayor, donde hay unos cuantos palacetes con escudos en sus fachadas. La calle tiene también un tramo porticado con columnas y termina en un arco que da acceso a la zona monumental.



Chinchilla de Montearagón (Albacete)





Chinchilla es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Albacete. Capta nuestra atención su castillo cuando pasamos en dirección Albacete o Alicante por la autovía A-31. No tendremos oportunidad de verlo por dentro, ya que no se puede visitar. Aún así la visita merece la pena, el foso que lo rodea es espectacular, como también lo son las vistas desde el cerro. El  castillo  fue reconstruido por orden de Juan Pacheco, marqués de Villena a mediados del siglo XV. Tenía en origen una torre del homenaje que fue destruida durante la Guerra de Independencia. Consta de un foso de 10m de ancho y 6m de profundidad.

Además del castillo la localidad cuenta con unas bellas calles que recorrer para disfrutar de sus monumentos, entre los más destacados está la iglesia de Santa María del Salvador, con una magnífica portada gótica. 

Pero sin duda lo más llamativo de la localidad son la Plaza de la Mancha, espacio configurado en el siglo XVIII y el barrio árabe, también denominado Cuevas del Agujero.  Estas cuevas datan del Siglo XVI  y fueron excavadas por familias árabes emigrantes de Granada y Guadix, de ahí su gran parecido a las cuevas de Guadix. Desde este enclave, además del embrujo de las cuevas, hay tambíén una magnífica vista de la llanura que rodea la localidad.


Iznatoraf ( Jaén)





Este pintoresco pueblo jiennense  está fuertemente marcado por su emplazamiento, ubicado en una meseta a una altura de 1.039 metros sobre el nivel del mar, dominando visualmente el paisaje circundante de la campiña. Este emplazamiento marcó desde sus orígenes el carácter de población vigía. Fue una medina islámica de gran importancia, su nombre procede del árabe hisn at-turab, que significa castillo del camino o de la calzada. De este pasado se conserva un importantísimo patrimonio histórico. Con un casco antiguo marcado por calles estrechas y serpenteantes.

Es un entramado de calles bellamente adornadas con macetas que conservan totalmente su trazado musulmán. En la actualidad se conservan restos de dos grandes torreones y cinco arcos o puertas de acceso a la villa: La Puerta del Arrabal, la Puerta de la Virgen del Postigo, el Arco del Pozo de la Nieve, el Arco de la Calle Comandante Barcina y el Arco de la Calle Campo.

En la Plaza principal del pueblo, llamada Plaza de San Fernando,   vemos la iglesia de Nuestra señora de la Asunción. Esta fue construida en el siglo XVI, sobre un anterior templo que a su vez se alzó sobre la mezquita mayor de la medina. Otro edificio destacable es  la ermita del Santísimo Cristo de  la Vera Cruz, patrón de la localidad, fue construida entre los siglos XVII y XVIII.


Baños de la Encina (Jaén)





Baños de la Encina es un precioso pueblo de la provincia de Jaén en el que destaca su castillo árabe del siglo X. La impresionante silueta del castillo de Burgalimar  domina el paisaje y la villa y evidencia la belleza de su intrincado urbanismo y la riqueza de su patrimonio cultural.

Sin duda el castillo es la joya del pueblo pero su trazado urbano también es digno de admiración, jalonado de palacios y casonas destaca por su belleza la Plaza Mayor con la iglesia de San Mateo. Otros edificios destacables de la localidad son la ermita de Jesús del Llano con su camarín barroco, la casa consistorial y el molino del Santo Cristo, situado en una zona alta de la localidad y en perfecto estado de conservación.

Sin duda un lugar que merece la pena visitar, con un bonito entorno para hacer rutas por la orilla del cercano embalse del Rumblar.

Zuheros (Córdoba)





Zuheros es uno de los pueblos más bonitos de España, su situación rodeado de un impresionante paisaje, sus blancas calles, su plaza del castillo, le confieren una gran belleza. Se encuentra enclavado en la sierra subbética cordobesa.

El castillo de Zuheros junto a las murallas de la villa,  son un ejemplo de fortificación bajomedieval de los siglos XIII al XIV. Posteriormente en el siglo XVI se edificó el Palacio de los señores de Zuheros, con un estilo renacentista. Esta construcción cambió parte de la fisonomía del castillo y también de su puerta de entrada.

Es un placer callejear por sus blancas calles en las que salvo en puentes y fechas muy marcadas no suele haber mucho ajetreo turístico. Junto a su bonito trazado urbano y su Plaza del castillo, el mayor atractivo turístico de Zuheros es la cueva de los murciélagos, si queréis conocer más sobre ella podéis hacerlo en este enlace,  cueva de los murcielagos.






lunes, 20 de agosto de 2018

Ruta de un dia en Segovia y la Granja de San Ildefonso.




Segovia es una ciudad cuya grandeza es mayor que su tamaño, muy manejable para ser visitada en una jornada y lo suficientemente monumental para dedicarle más tiempo si quieres conocer todos sus monumentos en profundidad y con calma. Su símbolo es sin duda su acueducto milenario, pero tiene muchos más atractivos, entre ellos su magnífica gastronomía que atrae a muchos visitantes.

Nosotros disponemos de un dia para visitar Segovia y La Granja de San Ildefonso, partimos desde Alcalá de Henares que está a  128 km de Segovia, por lo que tardaremos solo una hora y media en llegar, una escapada perfecta para un sábado o domingo. Tenemos opción de ir por la A-6 y la autopista de peaje o por la carretera del puerto de Navacerrada. Hay solo 15 minutos de diferencia entre una y otra ruta y nos decantamos por el puerto de Navacerrada, la carretera atraviesa un paisaje precioso y además queremos parar primero en el pueblo de La Granja de San Ildefonso por lo que esta es la ruta adecuada. Es verano y las condiciones de la carretera son bastante buenas, pero en invierno puede ser bastante peligrosa si hay nieve o hielo. 

Salimos temprano y llegamos a la Granja a las 10,30 de la mañana, al llegar hay una indicación hacia un parquing gratuito muy cerca del recinto del palacio, es aquí donde aparcamos. Si llegáis temprano es posible encontrar también sitio para aparcar dentro del recinto, una vez pasada la verja, pero nosotros decidimos no arriesgarnos a dar vueltas para aparcar. Entramos al recinto de la Granja y vamos directos al Palacio, ya que queremos recorrerlo. La entrada cuesta 9 euros para los adultos y 4 para los niños hasta los 16 años. El palacio es bonito, es una pena que no dejen tomar fotos dentro. La entrada al Palacio da acceso también al espectáculo de las fuentes de los jardines, que es por la tarde, en nuestro caso no fue posible aprovechar esta opción ya que teníamos pensado pasar la tarde en Segovia.



El palacio se construyó en el siglo XVIII por orden de Felipe V, nieto del rey francés Luis XIV, que se había criado en Versalles, por lo que su influencia se ve tanto en el edificio como en los jardines. Es precioso en su exterior y el interior es bonito pero no más que otros que hemos visitado, como el de Aranjuez o el Palacio Real de Madrid. tiene una magnífica colección de tapices y las lámparas son maravillosas pero a nosotros la visita nos dejó un poco fríos, esperaba más la verdad. Tras visitarlo pasamos a la colegiata que también va incluida en la entrada.



Tras visitar esta nos vamos hacia los jardines, la visita a estos es gratuita por la mañana y hay que pagar a partir de las tres de la tarde, para tener acceso al espectáculo de las fuentes, al menos el sábado que es cuando nosotros lo visitamos. Los jardines son magníficos y merecen mucho la pena. 





Nos entretenemos en los jardines un poco más de lo esperado porque son bastante extensos, podéis pasar perfectamente un par de horas recorriéndolos sin cansaros. Debido a esto no nos da tiempo a ver el pueblo, aunque nosotros ya lo conocíamos, os lo recomiendo, aunque no haya monumentos reseñables es bastante bonito y agradable de recorrer.



Zona de los jardines conocida como el mar.


Desde la Granja tomamos dirección Segovia y llegamos en unos 15 minutos, está bastante cerca. Aparcamos en zona azul cerca del Acueducto, es gratuita a partir de los sábados por la tarde y domingos todo el dia por lo que no tenemos problemas para aparcar. 

Nos acercamos hasta la Plaza del Azoguelo y nos recibe el magnífico Acueducto, aunque ya lo habíamos visto en otra ocasión no deja de sorprendernos, más a los niños que es la primera vez que lo ven.




Hemos reservado para comer en el mesón Bernardino por lo que tomamos la calle Juan Bravo para llegar a este, a poca distancia del Acueducto. Estuvimos barajando distintas opciones para comer en Segovia, el sitio no lo teníamos claro, pero lo que sí tenía claro es que quería probar los judiones de la Granja, comer cochinillo y de postre ponche segoviano. Hay muchas opciones para comer cochinillo en Segovia, desde el clásico mesón de Cándido hasta el aclamado Jose María, estas son opciones algo caras. Miramos opiniones en Tripadvisor y había restaurantes con mucho mejor precio y buena valoración, entre ellos el California y el mesón Bernardino. Nos decantamos por este último al ser más grande y tener un menú degustación por 29 euros que se ajustaba perfectamente a lo que queríamos tomar. Después de ir he de decir que la comida estaba muy buena, precio sin sorpresas puesto que sabíamos a lo que íbamos, Segovia no es barata para comer.


Tras la comida seguimos la calle hasta llegar a la Casa de los Picos, es este un edificio del siglo XV que debe su nombre a la decoración de su fachada, con puntas de diamante o picos de granito. Esta decoración se debe al deseo de uno de sus propietarios en el siglo XVI  de alejarla del estilo judio. La casa había sido propiedad del verdugo de la ciudad de origen judío y era llamada la casa del judio. Con esa llamativa decoración consiguieron que se olvidara dicho nombre y se denominara casa de los picos.




Seguimos camino hasta llegar a la Plaza de Medina del Campo, donde dos edificios llaman nuestra atención, la iglesia de San Martín y el Torreón de Lozoya. La iglesia es un templo de origen mozárabe con estilo románico, esta se encuentra cerrada, por lo que solo podemos admirarla en su exterior.



El Torreón de Lozoya es una casa-palacio construida entre los siglos XV y XVI cuyo primer dueño documentado fue Francisco de Eraso, secretario de Felipe II. Debe su nombre a la última familia solariega segoviana que lo habitó.



Desde allí proseguimos hasta la Plaza Mayor, esta ha sido siempre conocida por los segovianos con este nombre, aunque a lo largo de su historia ha recibido otras denominaciones. En tiempos de la Restauración borbónica se llamó Plaza de la Constitución, tras la guerra civil, plaza de Franco. Con la vuelta de la democracia volvió a llamarse oficialmente con el nombre que todos la conocen. La plaza limita en uno de sus laterales por la Catedral y en ella se encuentra el ayuntamiento.


Ayuntamiento.


En su centro hay un quiosco de la música, en ese lugar se situaba la iglesia de San Miguel, que se derrubó en 1532 durante una misa, en la que afortunadamente solo hubo que lamentar un herido. La iglesia se reubicó en otro lugar de la plaza y el espacio se reedificó uniendo la Plaza de San Miguel con las plazuelas del Caño y la Pandería. Uno de los edificios más emblemáticos de esta plaza es el teatro Juan Bravo, de 1917. A finales del siglo XIX, la plaza se llenó de cafés, comercios, casas de comida y hoteles, hoy sigue siendo un lugar de ocio para segovianos y visitantes. Esta plaza es junto a la del Azoguelo es el corazón de la ciudad. Tras parar en ella para tomar un café mientras la admiramos proseguimos camino hacia el Alcázar, pasando por delante de la Catedral.




La Catedral de Segovia es un templo de estilo gótico con algunos rasgos renacentistas construida entre los siglos XVI y XVIII. Es una de las catedrales de estilo gótico más tardias construidas no solo en España sino en toda Europa ya que en su época de construcción ya se estaba difundiendo la arquitectura renacentista. Su construcción se inició al destruirse la antigua catedral, situada en la actual plazuela del Alcázar, en la guerra de las comunidades, en 1521. Tras este suceso se recuperó parte del claustro y otros elementos que se trasladaron a la actual ubicación, comenzando las obras en 1525 y estando financiada en su mayor parte por aportaciones del pueblo.


Seguimos en dirección al Alcázar, durante el camino nos fijamos en las señales que hay en el suelo que indican el trazado del acueducto subterráneo, he de decir que son los niños los que las descubren, yo no me había dado ni cuenta. Llegamos hasta la Plazuela del Alcázar, convertida en un bonito jardín con zonas de sombra que invitan al descanso. Compramos las entradas e iniciamos la visita a su interior que  nos encantó. El Alcázar es una fortaleza del siglo XII, ampliada y embellecida por los monarcas de la Casa de Trastámara y por Felipe II a quien se debe su configuración definitiva. El edificio tiene espacios y estancias de diferentes épocas y estilos, entre las que destacan la sala de las piñas, llamada así por la decoración de su techo o la sala de reyes. También nos llamaron la atención las salas dedicadas a armaduras y otros utensilios de guerra medievales.







Después desandamos nuestra anterior ruta callejeando por la zona de la judería hasta llegar de nuevo a la Plaza del Azoguelo, a los pies del Acueducto, Subimos unas escaleras laterales a este  para tener una vista del monumento desde su parte superior.

El acueducto es sin duda el símbolo de Segovia y ha sido testigo de su historia desde hace 2000 años. Construido por los romanos entre finales del siglo I d.c y principios del siglo II. Su función era transportar el agua desde el rio Acebeda, en la sierra de Fuenfría, hasta la fortificación romana, hoy el Alcázar. Hoy todo su trazado, desde el Azud hasta el Alcázar,  está señalizado,ofreciendo una visión íntegra de los más de 15 km de esta sorprendente obra de ingeniería. 





Volvemos al coche para tomar la carretera que va hacia la iglesia de la Vera Cruz, cerca de ella está la pradera de San Marcos, desde allí hay unas preciosas vistas del Alcazar. Esta zona es bastante bonita y en la pradera hay una agradable zona de césped desde la que se puede disfrutar una impresionante vista del Alcázar. Nos despedimos de Segovia con muy buen sabor de boca, y no solo por el cochinillo. 




lunes, 13 de agosto de 2018

Tudela y las Bardenas Reales.




Nuestra visita a Tudela es la primera parada en tierras navarras en la ruta que vamos a realizar por esta región,  en nuestro camino hacia aquí hemos visitado las localidades de Medinaceli y Tarazona., de las que ya os he hablado en anteriores entradas. 

Tudela fue residencia habitual de los reyes navarros, en especial Sancho el Fuerte, quién nació y murió allí. Participó en la batalla de las Navas de Tolosa junto a los reyes de Castilla y Aragón, y alcanzó merecida fama cuando acometió el palenque del califa Miramamolín obligándolo a huir. De esta lucha dicen que procede la esmeralda que está en el centro de las cadenas del escudo de Navarra, que fue arrebatada por el rey Sancho del turbante de Miramamolín. Imagino que Miramamilín huyó espantado al ver a tan alto rey y es que el rey Sancho medía 2,20 metros, algo inusual para la época. Vivió sus últimos años en su castillo de Tudela, sin apenas salir de él, aquejado y enfermo. Tal fue su larga y solitaria estancia que terminaron por llamarle "el encerrado".

Llegamos a Tudela y aparcamos en una zona azul cercana al puente medieval sobre el rio Ebro, desde aquí hay un corto paseo hasta la Plaza de los Fueros, donde se encuentra la oficina de turismo. Esta plaza es el lugar de encuentro y descanso de los tudelanos y la puerta de entrada al Casco Viejo de la ciudad. Fue construida extramuros del recinto medieval en el siglo XVII sobre el cauce del rio Queiles. Sobresale  sobre la uniformidad de sus fachadas la Casa del Reloj que preside la plaza. Cuando se construyó se celebraban allí corridas de toros que hasta entonces se habían hecho en la Plaza Vieja, por eso aparecen en algunas fachadas cerámicas con escenas taurinas. 



Desde allí vamos caminando hacia la Plaza Vieja, donde se encuentran el ayuntamiento y la Catedral. El Ayuntamiento  se asienta sobre un edificio del siglo XV, y esta situado allí desde entonces, aunque muy reformado a lo largo de su historia. La Catedral se construyó en el lugar que ocupaba la Mezquita Mayor de Tudela, tras su reconquista en 1119. La primitiva construcción con título de colegiata fue nombrada catedral en 1783. Tiene tres portadas, la portada Sur de estilo románico, la norte o de Santa María y la puerta principal o Puerta del Juicio, llamada así por la temática de sus dovelas. Aunque su interior es muy interesante no disponíamos de tiempo para la visita, ya que queríamos visitar el parque natural de las Bardenas Reales. 

Catedral de Tudela.


Tiene tambíén Tudela otros edificios muy interesantes, iglesias como la de San Jorge, San Nicolás y la de la Magdalena, precioso edificio de estilo románico. También palacios como el que ocupa el museo de Tudela (palacio decanal) de estilo gótico mudéjar,   el museo Muñoz Sola de arte moderno (casa-palacio) de los Beráiz o el palacio Marqués de Huarte con sus magníficas pinturas al fresco en su fachada,  actual archivo municipal y biblioteca. Pero sin duda lo más conocido de Tudela son sus magníficas verduras que tienen merecida fama. Tal vez por el clima benigno, por la cercanía del caudaloso Ebro o por las prácticas hortícolas que se remontan a la época de dominación musulmana, el hecho es que la excelencia de sus productos alcanza su más alta cota gastronómica en la menestra de verduras. Es este el plato estrella de Tudela. Anualmente se celebran las jornadas y fiestas de la verdura. Se inician con actos en el mes de marzo hasta el mes de junio, pero es la primera semana de mayo cuando se realizan los actos centrales, recorridos gastronómicos, con menús especiales, degustaciones y concursos. 

Calle del casco antiguo con Palacio al fondo.


Partimos de Tudela en dirección a Arguedas para visitar el paraje de las Bardenas Reales. Estas constituyen un parque natural tras cuya apariencia desnuda e inhóspita se esconde un paraje poblado de barrancos, mesetas planas y cerros solitarios con caprichosas formas creadas por la erosión del agua. Se distinguen dentro de este parque tres zonas, la Bardena Blanca es la depresión central, de suelos a menudo blanquecinos y desnudos y de aspecto desértico, el Plano, una terraza fluvial elevada y casi llana y la  Bardena Negra, una zona caracterizada por la existencia de grandes planas con taludes cubiertos de pinos y coscojas y tierra oscura. En total son unas 42.500 hectáreas donde abundan la flora y fauna esteparia. Se han detectado la presencia de 24 especies de aves rapaces y 28 especies de mamíferos como zorros, gato montés, ginetas y jabalíes.




Llegamos al centro de información de las Bardenas reales donde nos dan un plano del parque y nos explican las rutas que se pueden realizar. Existen varios itinerarios para realizar en bicicleta, trayectos peatonales y también caminos autorizados para vehículos. Nuestra visita es en el mes de Julio a media tarde y la temperatura en esta zona es alta  por lo que nosotros vamos a realizar el recorrido en coche. Desde el centro de información nos vamos hacia el cuartel militar, punto en el que se inicia el recorrido circular por la parte conocida como Blanca Baja.  Comenzamos el recorrido  partiendo del cuartel  y siguiendo la pista que está perfectamente indicada, la velocidad máxima es de 40 km por hora pero vamos incluso más lentos para poder disfrutar de las caprichosas formas que encontramos en nuestro camino. 




El recorrido circular que se suele realizar en coche son unos 25 km y a lo largo de él vamos encontrando puntos interesantes donde merece la pena parar y dar un pequeño paseo para disfrutar el curioso paisaje de relieve abrupto, lleno de cabezos, planas y barrancos encajados.




En nuestro paseo nos vamos encontrando también algunos animales, casi todo reptiles y algún ave, pero también nos encontramos un precioso zorrillo,  que se aventura cerca de la pista, bastante escurridizo y que no se dejó fotografiar. 

Casi al final del recorrido se encuentra la formación de arenisca más famosa del parque y sin duda más fotografiada por su peculiaridad, el Cabezo de Castildetierra, nos detenemos para inmortalizarlo con nuestra cámara. La verdad es que su forma es bastante curiosa y no nos sorprende que sea tan conocido porque es realmente llamativo.



Desde este punto se puede terminar el recorrido circular de nuevo hacia el cuartel y tomar el camino hacia el centro de información o tomar un camino alternativo directo al centro de información, esta fue nuestra opción ya que el dia había sido intenso y aún nos  quedaba llegar hasta Olite donde vamos a realizar nuestra primera noche en nuestra ruta de nueve dias por Navarra. 


Dentro de las Bardenas está uno de los más importantes polígonos de tiro de las fuerzas aéreas españolas y de la OTAN, en el está absolutamente prohibido entrar. Está perfectamente señalizado y no hay riesgo de confundirse con la ruta turística. Las Bardenas han sido también escenario del rodaje de anuncios de televisión, series y películas como "el hombre que mató a Don Quijote", "el mundo nunca es suficiente", "acción mutante" y otras. Ha sido también tierra de bandoleros, como el llamado "Sanchicorrota", cuyo caballo  llevaba las herraduras puestas al revés para que no le pudiesen seguir. Es además territorio de leyendas, como la de Doña Blanca, esta cuenta como la hija del rey de Navarra se negó a contraer matrimonio con el príncipe de Aragón, su padre la encerró a pan y agua en la torre del castillo situado en el Vedado de Eguaras. Todas la noches un pastor de Valtierra le llevaba queso y leche. Cuentan que cuando al fin doña Blanca fue liberada, le regaló las tierras que rodeaban el castillo y por eso hoy pertenecen al municipio de Valtierra. Sin duda un paraje peculiar y muy atractivo para los aficionados a la fotografía. 




lunes, 6 de agosto de 2018

Zugarramurdi y Amaiur. Visita a la Navarra embrujada.


Zugarramurdi ha entrado en la historia por los sucesos acaecidos hace unos 400 años, entre 1609 y 1614. En sus cuevas tuvieron lugar los supuestos aquelarres, estos hechos fueron denunciados a la inquisición, provocando el mayor proceso de brujería de nuestra historia. La inquisición no veía con buenos ojos aquella sociedad de costumbres y creencias diferentes. La incomprensión y el ansia de dominación transformó aquellos rituales y fiestas en aquelarres, los cánticos en conjuros, las palabras en sortilegios y las creencias paganas en magia negra. Durante estos años, mujeres, hombres y niños se vieron acusados y condenados por brujería. Si bien las enormes críticas suscitadas obligaron al Santo Oficio a cambiar sus métodos, el nombre de Zugarramurdi quedó vinculado a la brujería para la posteridad. 

En estos pueblos aún perduran los ecos de estas creencias, en estas tierras húmedas y escurridizas persiste un estado de ánimo un tanto especial. Así que no es extraño ver en las puertas de las viejas casonas una flor de cardo o eguzkilore, aquí aún se cree que sirve para espantar a los malos espíritus. 

Nuestra visita a esta zona se enmarca en nuestra ruta de 9 días por Navarra, nos hospedamos en distintos alojamientos para evitar realizar largas distancias en coche, una de las localidades elegidas fue Elizondo, de la que ya os hablaré en una próxima entrada ya que merece mención aparte. Partimos pues de esta localidad para realizar nuestra ruta del día y nuestra primera parada es el pueblo de Amaiur, Maya en castellano. Allí aparcamos al lado de la iglesia y tomamos la calle principal que comienza en su famoso arco. Este se construyó en el siglo XVII y constituye la entrada al núcleo urbano y uno de los puntos más fotografiados y característicos del pueblo. Antes del arco encontramos un crucero de finales del siglo XVII que señala la ruta del Camino de Santiago que atraviesa el Baztán.




Maya está situado en el valle del Baztán y es un pueblecito precioso que cuenta con poco más de 200 habitantes y algunas casas rurales, además de un hotel en el edificio de un antiguo palacio. Ya en el siglo XII aparece con el nombre de Amaiur, como una de las "tenencias" o distritos nobiliarios del reino de Navarra.



Las casas son preciosas y damos un agradable paseo en el frescor de la mañana, frescor que aumenta por las numerosas fuentes que hay a lo largo de la calle Mayor. A lo largo del recorrido vemos que algunas casas tienen la flor de cardo en la puerta para protegerse de los malos espíritus. En nuestro paseo llegamos hasta un palacio que ha sido recientemente convertido en hotel,  el Hotel Palacio Borda. Es un caserón del siglo XVII, edificio palaciego del Valle del Baztan  situado al final de la calle Mayor de Amaiur, con planta cuadrada, tejado a cuatro aguas y fachada de piedra rojiza.


Fachada de Amaiur con flor de cardo en ventana.

Flor de cardo protectora en puerta. Amaiur.


Seguimos nuestro camino por el sendero que conduce al monte Gaztelu, allí se encontraba el Castillo de Maya, hoy en ruinas. Este castillo fue el escenario de una de las últimas resistencias a la conquista de Navarra. En 1521-1522 los navarros partidarios de rey Enrique II de Navarra se hicieron fuertes en él, durante el último intento de reconquista del reino por parte de dicho rey, diez años después de la invasión de Navarra por Fernando el Católico (1512). Los navarros resistieron varios ataques hasta que capitularon en Julio de 1522, el 12 de agosto se ordenó destruir la fortaleza. Además de las ruinas y paneles explicativos sobre el castillo, hay un monolito de recuerdo a la batalla. Desde lo alto se pueden apreciar también unas magníficas vistas.





Volvemos sobre nuestros pasos hacia la iglesia, cerca de la cual habíamos aparcado y nos entretenemos un poco con los niños en un cercano canal de agua, y es que el agua parece sobrar en este hermoso lugar, es un entorno fresco y agradable. Al lado de este canal y frente a la iglesia se encuentra el molino de Amaiur,  situado en la planta baja de una casa rural, solo se puede visitar bajo reserva previa, así que no entramos.



Volvemos al coche y ponemos rumbo a  Zugarramurdi, allí paramos en la plaza de la iglesia en la que hay varios bares y restaurantes, a esta hora de la mañana aún no muy concurridos. La iglesia de la Asunción es un edificio neoclásico construido en el siglo XVIII. Fue parcialmente destruido por las tropas francesas en 1793 por lo que hubo que reconstruirlo durante el siglo XIX. No pudimos acceder a su interior al estar cerrado.



Seguimos camino hacia el museo de las brujas, situado en un antiguo hospital. Nosotros visitamos este museo porque pensamos que podía ser algo interesante para los niños, para conocer la historia de la brujería en esta zona antes de la visita a la cueva. Aunque pueda ser esclarecedor para ello, la visita es cara en relación a su interés, 4 euros por adulto y 2,50 los niños.  En mi opinión no merece la pena pagar este dinero para lo que ofrecen, una serie de salas con audiovisuales, pantallas interactivas y algunas pequeñas escenografías sobre la brujería. La visita al museo implica el descuento de un euro para la visita a la cueva, aún así es caro y no compensa.




Tras la visita al museo tomamos el camino que conduce a la cueva, nosotros aparcamos en el pequeño parking que hay a la entrada, pero suele estar bastante lleno. Hay otro parking más grande en la parte baja del pueblo, a unos 300 metros de la cueva. La cueva nos gustó mucho, también su entorno, cuesta 4,50 los adultos y 2,50 los niños, aunque con un descuento de un euro por persona si se visita el museo de la brujería también. La zona a la que da acceso la entrada es un complejo kárstico superficial  cuya cavidad principal ha sido creada durante siglos  por el arroyo conocido como Regata del Infierno.




En este paraje se han encontrado láminas de pedernal del periodo Magdaleniense, así como restos de cerámica prehistórica. Pero sin duda su fama se debe a haber sido la "Cueva de las Brujas" , lugar donde se celebraban los aquelarres que Álex de la Iglesia inmortalizó en su película " Las Brujas de Zugarramurdi" con escenas en este mismo lugar. En uno de los paneles de la cueva nos explican que el término aquelarre procede de el nombre del prado anexo a la cueva, prado del macho cabrío, ya que en euskera, macho cabrío es aker y delante es aurrean siendo pues akelarre "frente al macho cabrío".



Después de la visita a la cueva y a un paseo por el itinerario que hay a su alrededor, que a pesar del calor del mes de julio es muy fresco por la frondosidad de la vegetación que rodea a la cueva, salimos de esta para volver al pueblo. Dudamos si comer en uno de los locales que hay en la plaza de la iglesia, pero es un poco pronto para nosotros así que decidimos seguir camino.

Cerca de Zugarramurdi se encuentra la localidad de Urbazubi, donde puede visitarse su antiguo monasterio de San Salvador, el molino y las espectaculares cuevas de Ikaburu. Nosotros no realizamos esta visita ya que nuestra ruta seguía en otra dirección. Nos dirigimos pues hacia la localidad francesa de Sare para cruzar la frontera en dirección a San Juan de Luz.