jueves, 19 de diciembre de 2019

Lugano, una ciudad suiza con acento italiano.



En la segunda jornada de nuestra escapada a la Lombardía italiana decidimos cruzar la frontera hacia la vecina Suiza para conocer la localidad de Lugano, situada a orillas de un precioso lago de su mismo nombre.

Habíamos iniciado nuestra andadura en la localidad italiana de Bérgamo, y desde allí tomamos un tren temprano en la mañana, que después de hacer escala en Milán, nos conducirá a Lugano. Llegamos a la estación de tren, situada en el centro de la localidad y dejamos nuestras maletas en consigna, ya que nuestra intención es dormir en la cercana localidad italiana de Como. 

Desde la estación descendemos hasta la cercana Catedral de San Lorenzo, que será nuestra primera visita. La Catedral fue fundada en la Alta Edad Media, pero reconstruida en el siglo XV, con la fachada terminada en 1517 en estilo renacentista temprano. Su ubicación  permite disfrutar unas vistas panorámicas muy bonitas de la ciudad, el lago y los alrededores montañosos.







Después de la visita a la catedral seguimos descendiendo en dirección al lago, atravesando las bellas calles y plazas de esta ciudad, entre las que destaca  via Pessina con sus soportales y su ambiente comercial. Llegamos hasta la Piazza Riforma, engalanada con un gran árbol de navidad y continuamos caminando por la orilla del lago. Aquí podemos disfrutar con la vista del monte San Salvatore, conocido como el pan de azúcar de Lugano, por su semejanza en forma con el brasileño.


Tomamos dirección hacia el parque Cívico-ciani por el que damos un agradable paseo. Este parque situado a orillas del lago de Lugano, tiene un área de 63.000 metros cuadrados y es el pulmón verde de la ciudad. Con sus caminos peatonales, entre árboles y arriates de flores, siguiendo la orilla del lago, constituye un agradable lugar para pasear y disfrutar la naturaleza. 




Nuestra intención es tomar el funicular que sube hasta el Monte Bre, para disfrutar la vista de la localidad y de los Alpes. Para llegar hasta allí anduvimos unos 20 minutos aproximadamente desde el Parque Cívico, pero como el día está soleado se convierte en un agradable paseo. Llegamos hasta la indicación del funicular. Este tiene dos partes, una primera gratuita que nos sube a un primer nivel, residencial, desde donde parte el otro funicular.



Al llegar a la taquilla descubrimos que el coste de subir y bajar del monte es de 25 euros por persona, lo que nos parece excesivo, por lo que optamos por no hacer el recorrido.  Damos un corto paseo por la carretera de subida disfrutando de las vistas y emprendemos el regreso hacia el centro de Lugano. Allí paramos en una de las cafeterías con vistas al lago para comer. Lugano es una ciudad bastante cara, pero el coste del funicular nos ha parecido desorbitado, habida cuenta de que tampoco teníamos demasiado tiempo para disfrutar en la cima del monte Bre.

Monte Bre


Monte San Salvatore desde Parque Cívico.


Tras la comida anduvimos en dirección contraria al parque Civico,  por la orilla del lago, hasta llegar a la iglesia de Santa María de los Ángeles.  En esta iglesia podemos ver el fresco más famoso del Renacimiento en Suiza. Este impresionante fresco cubre una pared entera en la nave central de la iglesia . La obra "Pasión y crucifixión de Cristo" fue creada en 1529 por Bernardino Luini,  discípulo de Leonardo da Vinci. En la pared izquierda hay otro fresco, este con motivo de la última cena,  de Luini, que muestra también una gran influencia de Leonardo Da Vinci.




Tras la visita a la iglesia tomamos la lujosa Via Nassa para volver al centro y después callejear un ratito más disfrutando los mercadillos navideños. Nos encaminamos a la Plaza Cioccaro, desde donde tomamos el funicular que nos subirá a la estación de tren. Allí recogemos nuestras maletas y tomamos un tren con destino Como, donde pasaremos dos noches para conocer esta bonita ciudad y los pueblos del hermoso Lago de Como.

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