sábado, 20 de marzo de 2021

Cámara Sepulcral de Toya. Secretos de Jaén V.




Hoy vamos a visitar uno de los tesoros arqueológicos que podemos encontrar en tierras jiennenses. Ya habíamos oído hablar de la Cámara Sepulcral de Toya, situada en una pedanía de la localidad de Peal de Becerro, pero no la habíamos visitado. Este monumento, con sus 2400 años de antigüedad, se encuentra en perfecto estado de conservación y fue descubierta en 1908, pero antes de entrar en más detalles sobre ella, os vamos a contar un poco del emplazamiento en el que se encuentra y como fue nuestra visita a este mágico lugar. 

La cámara sepulcral de Toya pertenece a la localidad de Peal de Becerro. Esta localidad jiennense se puede considerar una de las puertas al Parque Natural de Cazorla, por lo que hemos pasado por ella en numerosas ocasiones en nuestra visita a la sierra, pero no le habíamos dedicado el tiempo que se merece hasta este momento. 

Para visitar la cámara es necesario hacer una reserva llamando al centro de interpretación de las Tumbas Principescas de Toya y Hornos. La visita se inicia en el centro de interpretación, situado en el casco antiguo de Peal de Becerro. Este casco antiguo, aunque pequeño, tiene algunas calles muy pintorescas, con sus casitas blancas adornadas con macetas.



En la misma plaza donde se encuentra el centro de interpretación, podemos observar dos esbeltas torres, únicos restos del recinto amurallado perteneciente al sistema defensivo del Adelantamiento de Cazorla, son la Torre Mocha y la Torre del Reloj. La Torre Mocha es de origen árabe y fue reconstruida entre los siglos XIII y XIV. La Torre del Reloj, más alta que la anterior, está asentada sobre los restos de un castillo romano y un antiguo torreón árabe, data del siglo XIV. 


Torre del Reloj.

Llegamos al centro de interpretación, donde nuestro guía nos da una primera explicación de la importancia de los dos hipogeos que se encuentran en esta zona. Nos explica que solo se puede visitar la cámara sepulcral de Toya, ya que el Hipogeo de Hornos ( Hornos de Peal es una pedanía de Peal de Becerro), no ha sido preparado aún para su visita, siendo su enclave difícilmente accesible. 

Dentro del centro de interpretación hay una réplica a escala real del Hipogeo de Hornos, que fue descubierto hace solo 20 años de forma casual, al evitar un intento de expolio. Dentro de este hipogeo se descubrieron dos urnas con cenizas, ya que los íberos practicaban la cremación en sus ritos funerarios. Las cenizas han sido datadas en el 600 antes de Cristo y pertenecen a un hombre y a una mujer. El estudio de los restos dentales encontrados permiten saber que el hombre era bastante mayor que la mujer y estaba enfermo, mientras que la mujer era joven y estaba sana en el momento de su muerte, por lo que se especula con un posible suicidio o incluso una muerte ritual, aunque no era esta costumbre de los íberos. Es un misterio sobre el que  el paso del tiempo ha borrado sus pistas. 

La dos tumbas principescas, denominadas así por ser lugar de enterramiento de la realeza íbera de la zona, comparten características, como es estar situadas en un lugar elevado y separadas por el río Toya de la ciudad de Tugia. Esta ciudad, que fue primero íbera y posteriormente romana, se erigía en un cerro cercano a estas tumbas. En la actualidad en ese cerro solo podemos apreciar una torre, denominada Castillo de Toya, de época visigoda. El asentamiento íbero se encontraría escalonado en toda la ladera, restos del escalonamiento son aún apreciables. El enclave no ha sido aún excavado por lo que es un diamante en bruto que sin lugar a dudas en un futuro tendrá bastante interés. 




Después de la visita al centro de interpretación y de las explicaciones sobre estos enterramientos y su importancia, nos dirigimos a  visitar la Cámara Sepulcral. Para la visita hemos de salir de la localidad de Peal en dirección a Hornos de Peal. En la carretera encontramos un desvío, la señalización no es muy buena, pero en el centro de interpretación nos han mandado la localización exacta en google maps, por lo que no tenemos ningún problema en localizarla. 

La cámara se encuentra en la parte alta de una colina, originalmente estaba cubierta por un túmulo, ya desaparecido. Fue descubierta en 1908 por un agricultor que estaba arando la zona. A lo largo de los años ha sufrido varios expolios, por lo que de su rico ajuar original se conservan pocas piezas. Algunas de las más destacadas son la vasija de origen griego en la que se encontraban las cenizas del príncipe enterrado en ella y una escultura de un animal sin cabeza. Dentro de la cámara encontramos réplicas de estos elementos, ya que los originales están en museos. Esta cámara es mucho más rica, tanto en ajuar, como en materiales de construcción, que el hipogeo de Hornos, construido 200 años antes, lo que nos indica que en esos doscientos años aumentó considerablemente la importancia de Tugia como enclave, así como su poder económico. 

La cámara se construyó en el siglo IV a.C para acoger los restos de un príncipe íbero y su linaje. Tiene forma rectangular, se compone de tres naves, subdivididas las laterales en otras dos. Está realizada con grandes sillares de piedra caliza. Su estado de conservación es excelente, ya que estuvo más de 2000 años totalmente oculta y sin que nadie entrara en ella. Podemos considerarla la primera gran obra arquitectónica de la Península Ibérica, no solo por su estado de conservación, sino también por su monumentalidad.

Nave central de la cámara. 

Para visitar tanto la cámara como el centro de interpretación debéis reservar la visita en el teléfono 691438131, la visita tiene un coste de 3,50 por adulto y 2,50 por niños, con una duración de unas dos horas y media. La cámara solo se puede visitar viernes tarde, sábado mañana y tarde y domingo por la mañana. 

Sin duda una visita que merece la pena, Jaén es una zona rica en patrimonio arqueológico de la Cultura Íbera, por lo que se ha diseñado un itinerario turístico conocido como "Viaje al tiempo de los Íberos", en el que se muestra este legado. Con una visita el recientemente inaugurado museo Íbero de Jaén y la visita a sus yacimientos más importantes. 

Lugar destacado de esta ruta merece la Cámara de Toya ya que nos permite conocer cómo entendían los íberos el mundo de la muerte, sus rituales funerarios y creencias en el más allá.

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