miércoles, 17 de marzo de 2021

Sendero del río Cerezuelo y cascada de la Malena. Secretos de Jaén IV.




Hoy os quiero hablar de una preciosa ruta que sale desde el pueblo de Cazorla, en la provincia de Jaén. Son muchas las rutas que se pueden hacer en la maravillosa Sierra de Cazorla y esta es de una belleza que no desmerece nada a otras más conocidas. Es una ruta circular cuya señalización es SL-A266, la duración de la ruta es de unas dos horas.

La ruta parte del casco antiguo de Cazorla, justo por detrás de las ruinas de Iglesia de Santa María. Tomamos la calle que asciende por la derecha de estas ruinas y vamos siguiendo el cauce del río hasta el punto en el que un cartel nos indica "sendero del río Cerezuelo, es el inicio de esta. A partir de este momento iremos caminando al lado el río, que nos deleitará con sus pozas y saltos de agua, confiriendo a nuestro camino una gran belleza. 



La primera parte de la ruta va pegada al cauce del río, a lo largo de este encontramos cinco puentes de madera, el primero de ellos no lo cruzaremos, ya que se desvía hacia otra ruta, pero los demás sí. El sendero no es complicado, aunque hay que llevar buen calzado, ya que dependiendo del caudal del río tendremos que pisar en zonas bastante húmedas y a veces encharcadas. 




El Cerezuelo discurre por una estrecha garganta llena de vegetación, nogales, chopos e higueras con una gran frondosidad, nos vamos encontrando también pequeñas cascadas y arroyos que se van uniendo al río, incluso alguna pequeña cavidad en las rocas cubierta de musgos y ovas desde la que pequeñas gotas de agua se precipitan dando lugar a una lluvia eterna.  Son numerosos los saltos de agua con los que el río nos deleita en el camino, algunos de ellos bastante espectaculares. 




Llegamos a un punto en el que hemos de abandonar el río. En este lugar la ruta se bifurca, pero nosotros seguiremos el camino de la derecha que comienza en ascenso. En todo momento seguimos la señalización de la ruta 266. Vamos caminando por un sendero delimitado por unas vallas metálicas y encontramos unos amiguitos que nos saludan al pasar. 




El sendero va ascendiendo por un camino pedregoso y llegamos a una zona con unas magníficas vistas de Cazorla, en este punto hay de nuevo una bifurcación, el camino de la izquierda nos lleva a Riogazar, el de la derecha es el que seguiremos para, siguiendo la falda de una espectacular formación montañosa, llegar hasta la cascada de la Malena. Antes de bajar a la cascada encontramos un refugio de pastores y los restos de una gran poza vallada, probablemente un nevero. 



Llegamos hasta la cascada de la Malena, no es un salto con una gran cantidad de agua, pero es de gran belleza ya que el agua se precipita escurriéndose por una pared totalmente cubierta de vegetación que simula una melena rocosa. Al pie de esta caída hay una poza de agua rodeada de rocas. Pasamos sobre estas rocas para continuar nuestra ruta en dirección al Castillo de la Yedra.






Esta última parte asciende siguiendo el recorrido de una antigua acequia, ahora encauzada, para el riego de las huertas que iremos viendo desde la parte superior del sendero. La última parte de este es una ladera rocosa, desde aquí una nueva bifurcación sube hacia el castillo de las cinco esquinas,  ahora en ruinas. Este castillo se construyó en la segunda mitad del siglo XIV y se denomina también de Salvatierra, ya que este es el nombre del cerro sobre el que se levanta. 


El otro sendero prosigue recto para empalmar con un camino que desciende hacia el Castillo de la Yedra. Esta última parte es bastante empinada, por lo que hay que tener precaución en el descenso. 

Nosotros hicimos un alto en este punto para visitar el interior del castillo. Es de visita gratuita, pero debido a las limitaciones de aforo por el Covid, es necesario llamar antes para reservar, ya que en cada visita solo pueden entrar ocho personas. El teléfono para las reservas es el 953101402.




El castillo es de origen árabe, aunque fue terminado tal y como lo conocemos por los castellanos. Fue concebido como un castillo defensivo y no como morada de un señor feudal, de ahí su sobriedad, aunque esta se compensa por la belleza que aporta la topografía de su emplazamiento y el paisaje que lo circunda.  Lo más destacado del castillo es su torre del homenaje, que dispone en su interior de un aljibe y tres salas superpuestas. Estas salas albergan la sección de historia del castillo de la Yedra, la cual es la zona más noble de toda la fortaleza y también la más meticulosamente construida, con mayor riqueza de materiales y esmero arquitectónico.

En la Primera Sala se ha instalado una capilla con un Cristo románico-bizantino de tamaño natural montado en cruz de madera de ciprés. Le rodea una completa colección de doce pinturas anónimas del Siglo XVII que representan a los Apóstoles y una talla barroca del obispo San Ambrosio.

 La Segunda Sala o Sala de Armas está decorada con panoplias en forma de escudo con diversas armas: espadas, ballestas, hachas, alfanjes, etc. Además dispone de dos armaduras y arcones tallados, así como mobiliario de los siglos XVI y XVII.



La Tercera Sala o Sala Noble, es la que más  destaca arquitectónicamente por su terminación en una bóveda de crucería gótica y sus ventanales de arcos apuntados con parteluz, también gótico. En ella se exponen tres tapices flamencos del siglo XVII, firmados por Ian Raes y cuatro bargueños formando conjunto con sus correspondientes mesas del siglo XVIII.

 La visita es en modalidad guiada, donde podremos ver también algunos materiales encontrados durante las obras de rehabilitación. En el edificio anexo a la torre del homenaje encontramos la sección de artes y costumbres populares. En una de las salas se muestran tres maquetas de molinos de aceite de distintas épocas, restos de cerámica árabe encontrada en el castillo y una colección de cerámica popular de diversas procedencias. La planta superior ha sido adaptada para montar una típica y amplia cocina cazorleña con todo su ajuar y utensilios propios de esta estancia. Se completa con maquetas de dos cortijos, uno de campiña y otro típico de la sierra y dos paneles con una vajilla de cerámica de diversas zonas de Jaén y Granada.




Una vez concluida la visita volvemos en dirección a la Plaza, en el inicio de la ruta. Esta, al ser corta, os llevará solo parte de una mañana o de una tarde. Nosotros la combinamos con la visita al castillo, pero hay otras opciones. Una de ellas es realizar la visita a la bóveda del río Cerezuelo, de la que ya os hablé en una anterior entrada y que podéis leer aquí. Otra opción es continuar esta ruta con una visita al casco antiguo de Cazorla.




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