Hoy os vamos a dar a conocer dos tesoros secretos de la provincia de Jaén. El primero de ellos es una obra maestra de la ingeniería civil, construida a finales del siglo XIX, el segundo una belleza natural.
Ambos se ubican en zonas no muy turísticas de la provincia, fuera de aglomeraciones, por lo que constituyen una magnífica opción de escapada en estos tiempos en los que evitamos las multitudes.
Para llegar al primero de nuestros objetivos vamos a tomar la carretera A-322 desde la localidad de Jódar, en dirección Huesa, y a unos 12 Km nos desviaremos por un camino de tierra llamado Camino de Onrrubia. Este camino sale poco antes de una gran cooperativa que hay en esa carretera, la Almazara San José, pero no está bien señalizado, por lo que os aconsejo que busquéis el puente en google maps y os dejéis guiar, llegaréis sin problema. Los últimos 4 o 5 kilómetros hasta llegar al puente discurren por un camino de tierra que, sin estar en muy malas condiciones, no aconsejo recorrer en un coche muy bajo, porque hay baches. El camino corre paralelo a la vía del tren y la cruza en una ocasión, en un paso a nivel sin barreras. La línea está en funcionamiento, por lo que hay que atender las señales. Se llega a una anchura que puede servir de aparcamiento, junto antes de otro paso a nivel sin barreras, aconsejo dejar el coche aquí y seguir los últimos 100 o 200 metros andando, ya que el último tramo, indicado por una flecha verde, está en muy mal estado para el coche.
Una vez llegamos hasta el puente podemos admirarlo en todo su esplendor. Se puede acceder fácilmente al interior del puente, ya que hay un paso lateral a la vía, pero no es muy ancho por lo que hay que tener en cuenta los horarios de paso de trenes. Nosotros habíamos visto pasar un tren justo al aparcar, por lo que dado que la frecuencia de trenes de la línea Linares-Guadix no es mucha, no pensamos hubiera problema en subir.
El puente fue construido en 1899 y durante mucho tiempo fue la obra metálica más importante construida en España. Fue realizado por la escuela de ingenieros de Gustave Eiffel. El tablero original de hierro se cambió en 1976 por otro de acero y se le acopló una estructura metálica superior para aumentar la seguridad del viaducto. El puente tiene una longitud de 318 metros, es de una complejidad técnica puntera en su época. Desde el puente hay una caída de 110 metros sobre la parte más profunda del barranco del Arroyo Salado y las vistas desde arriba son espectaculares.
Estuvimos un rato disfrutando estas vistas y tomando fotografías de esta belleza de acero y piedra y después proseguimos camino hacia nuestro siguiente destino, las cascadas del Guazalamanco, cerca de la localidad de Pozo Alcón. Desde donde estamos hay una hora y cuarto de coche hasta el siguiente destino. Salimos de nuevo a la A-322 dirección Huesa, y desde esta localidad tomamos la A-315 en dirección Pozo Alcón. Al llegar a esta localidad seguimos las indicaciones hacia el embalse de la Bolera, A-326. Al poco de dejar Pozo Alcón vemos como el paisaje árido que nos ha acompañado cambia a un paisaje de sierra. En la carretera entre Pozo Alcón y el embalse de la Bolera hay varios establecimientos turísticos y restaurantes donde comer. Como nosotros vamos evitando sitios concurridos, hemos decidido comer en un área recreativa que hay poco antes de llegar la presa del embalse.
A muy corta distancia de este área recreativa, y del camping que hay al otro lado de la carretera, sale hacia la izquierda la pista forestal que nos lleva hacia nuestra ruta. Tendremos que recorrer 7 km de pista forestal, que ha tenido mejores tiempos, ya que aunque es bastante ancha y de buen aspecto, debido al tráfico tiene bastantes baches. El paisaje va alternando entre el pinar y la dehesa, llegamos a un claro donde aparcamos. En este punto tenemos dos indicaciones, un camino inferior que indica senda de los pescadores y una cuesta bastante empinada. Siento deciros que nuestra ruta empieza en esta cuesta, aunque es prácticamente la única que encontraremos, ya que después el camino es bastante llano. La ruta se recorre en media hora de ida y otro tanto de vuelta. Al final de la cuesta inicial hay un bonito mirador.
Después vamos recorriendo el cauce del rio en un agradable y fresco paseo donde disfrutamos los saltos que va dando el agua en su recorrido. Hay unas pozas bastante agradables y que invitan al baño, no en esta época desde luego, aunque me temo que tampoco en verano, porque el baño está prohibido.
Al final del sendero hay que meterse en un lateral del rio para acceder a la cascada, es un paraje de gran belleza y mucha tranquilidad, ya que al ser una ruta poco conocida no encontraréis mucha gente, nosotros solo nos cruzamos con dos personas en todo el camino.
Volvemos sobre nuestros pasos y nos paramos a mitad de la cuesta de inicio de la ruta para admirar el bello cuadro que forma el embalse de la Bolera, con su color azul, encajonado en el bosque que lo rodea.
Salimos de nuevo por la pista forestal hacia la A-316 y en lugar de volver a Pozo Alcón recorremos el corto trayecto que nos separa del acceso a la presa del pantano, para disfrutar su vista desde más cerca. Es un pantano precioso, ya que está totalmente rodeado de vegetación con una gran frondosidad.
En otras circunstancias hubiéramos aprovechado que estamos en este lugar para acercarnos al cercano pueblo de Castril, lugar de gran encanto y con unas zonas naturales también dignas de recorrer, pero tenemos cierre perimetral de la provincia de Jaén y Castril pertenece a Granada, así que no nos queda más remedio que volver sobre nuestros pasos. Para volver vamos a optar por cambiar de ruta y en lugar de ir de nuevo hacia Jódar, volver hacia Quesada, y desde aquí hacia Úbeda. Podéis aprovechar este recorrido para convertir una ruta de un día en una escapada de fin de semana, o bien ampliando hacia Castril o bien recorriendo la localidad de Quesada, de la que ya os hablé en una anterior entrada que podéis ver aquí .
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