Os presentamos hoy un bello recorrido en la costa oriental de Asturias, descubriendo unos hermosos rincones que casi nos pasan desapercibidos, y es que hay tantas playas impresionantes en esta zona y tantas cosas que visitar que podemos pasar por alto fácilmente lugares tan bellos y especiales como los que os vamos a dar a conocer hoy.
Buelna es un pequeño pueblo de la costa oriental de Asturias situado entre la Sierra de la Borbolla y el mar. En su casco urbano encontramos un buen puñado de bellas casas tradicionales, con un segundo piso con balconadas de madera. En su rico patrimonio arquitectónico destacan la Iglesia de Santa María de Buelna, el palacio de Buelna, edificado en el siglo XVIII, la casa de Conceyu, hay además una capilla de ánimas y varios relojes de sol antiguos. Pero si por algo merece la pena acercarse hasta aquí, es por su patrimonio natural, del que destacamos dos lugares, la playa del Cobijeru y la playa de Buelna.
La playa del Cobijeru es una playa sin mar, del mismo estilo que la famosa Gulpiyuri, menos conocida y por tanto menos masificada y, en mi opinión, más bonita que esta. Es una playa interior donde el mar se filtra desde los acantilados que la rodean, su belleza es por tanto mayor cuanta más agua tiene, es decir, en pleamar. Para llegar a ella seguimos las indicaciones del camino peatonal que sale desde el mismo pueblo de Buelna y pasa por delante de la entrada del Palacio de Buelna. Pasando por debajo del puente de la vía del tren, llegamos a una verja que atravesaremos, hay alguna más a lo largo del camino, tendréis que abrirla y cerrarla al pasar. El sendero atraviesa zonas de espesa vegetación y gran belleza. Una de las que más me gustó es una gran boca de cueva que se abre en un claro al lado del camino y que no quisimos explorar más por falta de linterna, pero que nos llamó mucho la atención.
La playa del Cobijeru está declarada monumento natural, el Cantábrico se bate a unos 100 metros y se cuela por debajo de los acantilados, dando lugar a este bello paraje. Sus aguas tienen una profundidad de apenas un metro y la playa tiene forma semicircular.
En la parte derecha de la playa y tras una pequeña subida se localiza la entrada de la Cueva de Cobijeru, en la que encontramos una galería plagada de estalactitas y estalagmitas, que se puede recorrer sin dificultad (imprescindible linterna). Al final del recorrido la cueva se abre al mar con un pequeño lago interior que nos sorprende por los matices del agua, reflejando una gama de colores rojizos y verdes provocados por las algas incrustadas en las rocas del fondo. Para llegar allí hay que atravesar 150 metros de oscuridad.
Al volver a salir de la cueva, encontramos un arco de piedra conocido como Puente Caballu, situado sobre acantilados encrespados y que se asoma a una gran cavidad en la que rompen con fuerza las olas, provocando un espectáculo impresionante.
Después de este agradable paseo, volvimos al pueblo para tomar otro sendero que, atravesando las vías del tren ahora por arriba, nos conduce después de unos diez minutos de recorrido, a la bonita playa de Buelna. Es esta una cala natural de gran belleza, con forma de canal, que en bajamar impide ver el mar desde el fondo de la arena. Buelna es una playa que pasa de 50 a 1.000 metros en función de las mareas y que está formada por arena blanca fina y rocas. Una de las más famosas es un pináculo calcáreo denominado El Picón. En sus inmediaciones se pueden visitar bufones.
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