martes, 8 de septiembre de 2020

Playa de la Franca. Oriente asturiano.






Es la primera o la última playa de la costa asturiana, según la dirección, pero en cualquier caso es una visita imprescindible, tanto por su belleza como por los secretos que esconde. 
 
Se sitúa a corta distancia de la localidad de La Franca, con la que comparte el nombre. Tiene acceso señalizado en la N-634 entre las localidades de Santiuste y La Franca. Si se circula en dirección Llanes-Ribadedeva hay que poner atención en suavizar la velocidad a partir de Buelna, ya que el desvío aparece de repente en una curva muy cerrada y obliga a hacer un giro brusco. Una vez tomado dicho ramal, se recorre un kilómetro hasta llegar a ella. Es una playa que dispone de servicios como aparcamientos, restaurante y hostelería, pero a una distancia suficiente para no romper su belleza salvaje y el encanto de su entorno. El acceso es sencillo lo que favorece su alta ocupación, aunque no está masificada. Tiene una gran tradición turística ya desde el siglo XIX, cuando disponía de un balneario marítimo.

Situada en la desembocadura del río Cabra, es el límite costero entre Llanes y Ribadedeva. La Franca es una playa con forma triangular, de arena blanca y oleaje moderado. En bajamar conecta con otras calas como El Oso, El Viveru y Regorgueru.   En el centro del arenal se encuentra el islote de El Castrón, refugio habitual de gaviotas.



 
Es la playa más oriental de Asturias, y su nombre parece derivar de la Edad Media. En aquel tiempo, en los puertos de Llanes y San Vicente las mercancías debían desembarcarse obligatoriamente cinco leguas al este y oeste. La Franca, por quedar justo en medio de ambos y fuera de su radio de influencia, era aprovechada por mercaderes avispados que desembarcaban sus mercaderías “francas de alcábala”, es decir, libres de impuestos, con el consiguiente disgusto y protesta de los dos puertos.




Durante la pleamar se convierte en una auténtica piscina natural, siendo muy segura para el baño, para los niños e inmejorable para la práctica de deportes náuticos, pesca de roca y submarina. Con la bajamar se descubre un amplio arenal y se forman pequeñas calas ricas en pesca. Es también durante la bajamar cuando se abre el acceso a pie a las calas vecinas, como la playa del Oso,  o la del Regorgueru, otra playa natural de más difícil acceso. 






Este acceso también es posible atravesando una de las galerías que se abren en la montaña que la limitan en su margen derecha. Es un túnel de corto recorrido y fácil de seguir, con solo la ayuda de una pequeña linterna, aunque su salida estará cerrada por el agua en la pleamar.






La Playa está integrada en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental. Los nueve kilómetros de costa , en su mayoría acantilados, del municipio de Ribadedeva se despliegan entre la propia playa y la ría de Tina Mayor, en la desembocadura del río Deva. Entre estos dos límites se encuentran La Punta la Cebollera y la de Santu Medé. La estribaciones orientales de la sierra de Cuera también forman parte de este Paisaje Protegido y conceden al paisaje de la playa un atractivo más.




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