miércoles, 26 de mayo de 2021

Soportújar. El pueblo de las brujas.

Hay un pueblo en el sur de España que tiene una gran relación con las brujas y su mundo. Ese pueblecito blanco, encaramado en la montaña, da de todo menos miedo. Algún sustito sí que te puedes encontrar si vas un poco despistado y te encuentras, al cruzar la esquina, una araña gigante, o una serpiente incrustada en un muro. Ese pueblo es Soportújar, en la Alpujarra Granadina. 




La Alpujarra fue tierra de moriscos, allí se refugiaron tras la toma de Granada, allí esculpieron sus pueblecitos de calles sinuosas y domaron las aguas del deshielo de Sierra Nevada, con su red de acequias. Años después hubo una rebelión y fueron expulsados, para repoblar estas tierras vinieron gentes del norte, a este pueblo llegaron procedentes de Galicia, con sus costumbres, supersticiones y sus meigas. Desde entonces este ambiente exotérico envuelve a esta localidad, con lugares tan icónicos como la cuerva del ojo de bruja. 




Nada más tomar el desvío que nos conduce a la villa encontramos una bonita indicación con una pequeña maqueta de las fachadas del pueblo. Un kilómetro antes de llegar al pueblo nos encontramos la cueva del ojo de  la bruja. Este lugar está asociado a leyendas que lo relacionan con pasadas prácticas de brujería, incluso se atribuye una grieta en su fondo a un portal a otros mundos, se decía que por ella entraban y salían las ánimas, como un pasadizo al purgatorio. Estas leyendas fueron utilizadas durante años por los vecinos del pueblo para evitar que los niños se alejaran de la localidad, ya que les daba miedo acercarse a esta cueva. 

A la entrada del pueblo hay una bonita área recreativa, una zona que atrae para parar y hacer un descanso, siempre y cuando no tengas miedo de las brujas, ya que aquí mismo se encuentra la gran cabeza de la bruja Bava Yaga, una malvada hechicera de la tradición eslava. 




Como hemos ido en una época poco concurrida no tenemos problema para aparcar, pero este puede ser un pueblo muy popular los fines de semana, por lo que hay un aparcamiento gratuito en la parte alta del pueblo y algún otro de pago en sus calles superiores. Iniciamos nuestro recorrido en la parte alta del pueblo, donde se encuentra la era de los aquelarres. Desde allí vamos descendiendo las sinuosas  calles haciendo un recorrido por las distintas figuras del mundo de las brujas y de la magia que nos vamos encontrando en sus rincones. Encontramos a nuestro paso una casita de chocolate, la casita de Baba Yaga, la fuente del dragón  y una gran escoba entre otras. 








Además del atractivo creado por estas figuras, el propio trazado urbano del pueblo es bastante pintoresco, su propio nombre deriva de soportal, por las construcciones tradicionales alpujarreñas, también conocida como tinaos. Callejeando llegaremos a una calle que dicen es la más estrecha de España, sin negarlo ni afirmarlo, si podemos decir que es realmente estrecha, tanto que ha de pasar una persona sola. 

Frente a la parroquia se sitúa el mirador del embrujo, podría llamarse así solamente por sus vistas, pero es que además encontramos en él a dos brujas preparando una poción en un caldero. 




La fiesta más destacada en la localidad es la Feria del Embrujo, que se celebra en el mes de agosto. Es el principal reclamo turístico del pueblo. Durante varios días , al caer la noche se apagan las luces, sumiendo la localidad en una penumbra solo alumbrada por antorchas. Se oyen tambores anunciando el Aquelarres, los diablos invaden las calles en una  divertida fiesta en la que brujas y brujos, locales y visitantes están invitados a participar.




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