jueves, 31 de agosto de 2017

Algarve. Parte occidental

Del 29 de Agosto al 1 de Septiembre de 2016.




Dado el buen sabor de boca que nos dejó nuestra visita al Algarve del año anterior, este año repetimos. En esta ocasión decidimos tomar como punto de partida para explorar la zona oeste el pueblo de Olhos de Agua, a corta distancia de Albufeira. Desde aquí vamos a conocer toda esta maravillosa costa que acaba en el Cabo de San Vicente, el punto más occidental de Europa.

Reservamos un apartamento de dos dormitorios en "Apartamentos Flor da Laranja". El apartamento está dentro de un complejo con una bonita zona ajardinada y piscina, tiene wifi y está bastante limpio, pero el mobiliario un poco anticuado. Aún así es un buen sitio para pasar unos días y sin dudarlo repetiría de volver a la zona. La propietaria es muy amable y están disponibles para cualquier necesidad. 

Nuestro viaje era de cuatro días y utilizamos el coche para todos los desplazamientos.


Diario de viaje.

29 de Agosto.

Salimos por la mañana , así que llegamos al apartamento aproximadamente a la hora de comer. Dejamos las maletas y nos fuimos a un restaurante cercano en el que comimos una magnífica cataplana, plato típico de esta zona. He de decir que los restaurantes portugueses no destacan por su rapidez a la hora de servir, de ahí supongo el entrante con pan, paté y mantequilla que ponen nada más sentarte. Pero la comida estaba muy sabrosa y los precios del Algarve son muy asequibles, aunque no tan baratos como otras zonas de Portugal debido al turismo.

Tras la comida estuvimos explorando los jardines y disfrutando un poco de la  piscina. Algo más tarde nos fuimos a la playa de Falesia, que es la más cercana al apartamento. Esta playa es muy bonita, la arena tiene un color rojizo y para bajar hay una escalera. En esta zona del Algarve la mayoría de las playas son rojizas y con formaciones rocosas que les dan una gran belleza.




Después de una magnífica puesta de Sol en Falesia, nos cambiamos para ir a Albufeira, para cenar y disfrutar del ambiente nocturno. Albufeita es uno de los pueblos más animados del Algarve, es muy turística pero a pesar de ello no pierde su encanto. Nosotros aparcamos cerca de la playa y bajamos a esta por unas escaleras mecánicas. El casco antiguo tiene mucho encanto y hasta las calles más transitadas eran agradables para pasear. Abstenerse los que busquen lugares apartados y relajados, había un ambientazo increible, daban ganas de irse de marcha con los niños y todo.




30 de Agosto. 


Hoy hemos programado un montón de cosas para ver. La primera parada es Lagos, ya la primera visión del casco antiguo mientras pasamos con el coche para aparcar me encantó. Quizás es la ciudad con más aire colonial que yo he visto por el momento. Estuvimos callejeando un buen rato y viendo el fuerte y la playa que hay al lado. A lo largo del paseo marítimo hay muchas empresas para hacer una ruta en barco hacia la zona del Ponte de Piedade. En esta ocasión por motivos de agenda decidimos no hacerla pero es algo que sin duda realizaremos en otro momento.










Desde Lagos nos fuimos a visitar la Playa de Doña Ana, una de las más famosas y fotografiadas del Algarve. Tan famosa que nos fue imposible aparcar por lo que decidimos echar un vistazo rápido desde arriba y seguir hacia nuestro próximo destino, Ponte de Piedade.



Este enclave es una preciosa zona de acantilados y formaciones rocosas sobre un agua azul turquesa. Nosotros la visitamos desde tierra, pero en el mismo lugar también ofrecen excursiones en barca, aunque puestos a elegir yo la haría desde Lagos.






Tras la visita nos vamos hacia el Cabo de San Vicente, con unas cuantas paradas intermedias, la idea es llegar para la famosa puesta de Sol. 

La primera parada es Vila do Bispo, en este caso tengo que decir que pese a lo leído en otros blogs de internet, el pueblo no tiene ningún encanto. Es un conjunto de casas cochambrosas, bueno los amantes de la fotografía como mi marido aún le pueden sacar algún rédito.








Tampoco es buen sitio para comer, hay pocos restaurantes y a mi entender caros. Así que nos fuimos hacia Sagres donde comimos en un restaurante de paso hacia el Cabo. Como queríamos estar un rato en la Playa de Belice de la que había oído que era muy chula, no visitamos la fortaleza.

Nuestra siguiente parada la playa de Belice, magnífica, una arena fina, un agua transparente, pero desafortunadamente el tiempo no acompañó y después de un rato el viento nos expulsó de la arena. Nos refugiamos en un agradable chiringuito de madera que hay en la bajada a la playa. Este tipo de playas no son aptas para gente con movilidad reducida. Todas tienen una gran pendiente de escaleras para bajar, al estar rodeadas de acantilados, es parte de su belleza.








Y al fin llegamos al Cabo de San Vicente y nos recibió un viento huracanado que yo pensé nos haría volar. Afortunadamente dentro del faro la sensación del viento es menor, pero claro, la puesta de Sol un chasco, porque estaba nublado.



Acantilados del Cabo San Vicente.




Tras este intenso día  volvemos a Olhos del Agua para cenar. El pueblo tiene bastante ambiente nocturno y una bonita playa que merece la pena visitar si estaís por la zona.

31 de Agosto.

Comenzamos de nuevo en ruta con el coche en dirección a Silves. Un pueblo bastante grande que antaño fue capital del Algarve. De su pasado señorial quedan restos, el principal el castillo que es la mayor atracción turística. Es un agradable paseo pero, sinceramente, después de leer información sobre este pueblo yo esperaba más.








Tras la visita nos vamos hacia el principal objetivo de nuestro día, la visita a la playa y la cueva del Algar de Benaguil. El Algar de Benaguil es una cueva en la que se ha desplomado parcialmente el techo formando un óculo por el que pasa la luz del Sol y dentro de la cual se ha formado una playa. Bueno, no sé si la he descrito bien o no pero básicamente es esto:




En este caso la realidad supera a las expectativas. El acceso se puede hacer nadando desde la playa porque está muy cerca, pero las corrientes de agua y el peligro de chocar con las rocas lo desaconsejan. Nosotros ni nos lo planteamos al ir con los niños, y vamos que tampoco es que yo sea una sirena. Así que la otra opción es hacer una ruta en barco que incluye esta cueva y otras de la zona. En la misma playa hay dos empresas que hacen la ruta. Nosotros elegimos tarugatoursbenagilcaves. Tienen la opción de entrar en el algar y parar una hora en la playa interior o de entrar pero no parar. Nosotros no paramos, la playa aún siendo espectacular está muy transitada con las barcas entrando y saliendo y no merece la pena. Es posible reservar el viaje por internet, yo no lo hice y al llegar nos encontramos con que las entradas que estaban vendiendo eran para dos horas más tarde. No obstante al estar la playa al lado y haber un chiringuito y un restaurante la espera se hizo amena y aprovechamos para comer.

Playa de Benagil.

La ruta en barco es muy interesante, os la recomiendo encarecidamente.



Por la tarde nos fuimos a la Playa de Ferragudo, es un entrante de mar justo enfrente de Portimao, pero al contrario que este, muy tranquila.


Después de la playa nos vamos a visitar el pueblo. Ferragudo es un pequeño pueblo marinero con un bonito casco antiguo y mucho encanto portugués. 











1 de Septiembre.


Es nuestro último día y tras pasar de nuevo por Albufeira para un paseo diurno, nos vamos hacia Alte. Un bonito pueblo en el interior del Algarve donde hay unas piscinas naturales. Aquí los niños disfrutaron de un baño fresquito.




En  nuestro camino a la frontera aún nos queda tiempo para una última parada en tierras lusas. Gacela Velha, un pequeño pero precioso pueblo muy cerca de la frontera con España. Representa la esencia del Algarve portugués antes del boom turístico. Tiene unas maravillosas vistas a la ensenada.








Desde aquí nos despedimos de Portugal. De nuevo amenazamos con volver.





2 comentarios:

  1. Me encanta tu blog ,esta explicado todo con mucho detalle y también muy bien ilustrado.
    Me muero por ir!

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  2. Gracias, uno de los propósitos es ese compartir los sitios que más me han gustado. Sin duda el Algarve es uno de ellos.

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