miércoles, 30 de agosto de 2017

Algarve portugués.Parte oriental.

  4 al 7 de Septiembre de 2015.


Este viaje fue una escapada de cuatro días en coche a la parte oriental del Algarve, costa sur de Portugal. Elegimos para alojarnos Tavira, un precioso pueblo lleno de encanto y con magníficas playas. 

Para esta ocasión realicé la reserva a través de booking.com, reservé un apartamento dentro de una Quinta, que es como los portugueses llaman a las casas de campo. El apartamento también tiene su propia web para reservas,  www.quinta-da-moura.com.  Era amplio y muy bonito, pero aunque tenía baño privado, había que cruzar enfrente al pasillo. A pesar de esto había total privacidad ya que era el único apartamento de esa planta. Tenía wifi y desayuno incluido y un bonito jardín con piscina. El único inconveniente es que estaba en el campo, algo alejado del centro de Tavira y de las playas, un par de kilómetros. Nosotros fuimos en coche y utilizamos este en todos nuestros desplazamientos así que no nos importó.


Diario del viaje.

En esta ocasión planeamos un viaje relajado, en el que ver algunas cosas pero tener tiempo para estar en la playa. 

Las autovías de Portugal son de peaje, al entrar en la frontera hay que dirigirse hacia unos cajeros donde asocias una tarjeta de crédito a la matrícula de tu coche y a partir de ese momento el pago es automático al entrar en una autovía. Está la opción de viajar por la antigua carretera nacional que recorre la costa de Portugal , pero solo lo recomiendo para distancias cortas, ya que está muy transitada y atraviesa muchos pueblos con lo que los trayectos se hacen interminables.

Tened en cuenta que en Portugal la franja horaria es de una hora menos que España y que suelen comer un poco antes que nosotros, sobre la una del medio dia. Con este cambio horario, llegamos a Portugal sobre la una aproximadamente y nos paramos en un restaurante de carretera para comer.

Tras la comida llegamos al apartamento y después de explorarlo y dejar las cosas nos fuimos un rato a la playa. En Tavira hay varias playas, pero pocas son de acceso directo. Es una zona de marismas, por lo que para llegar a las principales playas, playa de barril o isla de Tavira, hay que hacerlo en un trenecito turístico o en barquito respectivamente. No obstante hay una playa llamada Piedras del Rey, aunque no es de las mejores era la más accesible, y dada la hora nos fuimos un ratito allí. Tras la playa vuelta al apartamento para arreglarnos y disfrutar de una cena y visita nocturna a Tavira.

Nuestra entrada a Tavira fue espectacular, cuando llegamos al centro nos encontramos con todas las calles engalanadas con una alfombra azul y ambientadas con música de fado. Se estaba celebrando la feria del Mediterráneo y el ambiente era de un encanto indescriptible, a mi me parecía de ensueño. 

Tavira es una ciudad pequeña o pueblo grande con un gran encanto y un casco antiguo muy bonito. Tiene una amplia oferta de restaurantes y un gran ambiente nocturno, sin llegar a estar tan sobrecargado como Albufeira o Portimao que son las zonas del Algarve más turísticas. Está a una escasa media hora de la frontera con España y os la recomiendo encarecidamente.


5 de Septiembre.

Este día lo dedicamos a hacer un poco de turismo por la zona. Decidimos ir por la nacional y parar en distintos pueblos. El primero que visitamos fue Olhâo, que sin ser espectacular tiene algunos edificios y plazas muy bonitos, con ese aire marinero del Algarve que yo andaba buscando.





Mención especial tiene el mercado de pescado y la zona del puerto.






 Tras la visita nos dirigimos hacia Faro, capital del Algarve. Su casco antiguo conocido como Ciutat Velha conserva su aire colonial.








Comimos en Faro y pusimos rumbo a Estoi, un precioso pueblo del interior del Algarve.




A la llegada nos encontramos con sus fiestas patronales y una procesión tradicional con carros y caballos.





 El motivo principal de la visita a Estoi era ver el Palacio de Estoi, un precioso palacio del S XIX  ahora convertido  en pousada que es el equivalente en Portugal a los paradores españoles.







Y aún nos quedó tiempo para volver a Tavira y coger el trenecito hacia la playa de Barril. No hay como madrugar un poquito para aprovechar el día, jajaja...El horario del trenecito es amplio, pero estad atentos no se os pase y tengáis que volver andando, hay un paseo...

Cementerio de anclas en la playa de Barril


6 de Septiembre.

Tras todas las visitas del día anterior, este decidimos pasarlo entero en la playa, pero no en cualquier playa, en la isla de Tavira, un auténtico paraiso. No sé si era por el hecho de ser Septiembre pero aunque había gente el ambiente era muy relajado, con amplios espacios y sin aglomeraciones.

Camino al embarcadero.

Para ir a isla de Tavira hay que coger un barquito. Se puede hacer desde el centro de Tavira o desde un embarcadero en las afueras, el nombre es embarcadero de las cuatro aguas. Nosotros nos decantamos por esta opción y creo es la más acertada ya que es fácil aparcar y hay menos cola a la hora de coger el barco tanto a la ida como a la vuelta, además los horarios son más amplios y frecuentes que desde el centro. La única ventaja de embarcar en el centro es si estás alojado por allí. El viaje en barco cuesta 1 euro aproximadamente y son cinco minutos, pero tiene su encanto.

Isla de Tavira es una franja de arena de unos 11 km de largo y unos dos de ancho que constituye una playa maravillosa, tiene restaurantes, cafeterías y un camping,  pero la playa es totalmente virgen.






7 de Septiembre.

Es nuestro día de retorno y después de un maravilloso desayuno en el jardín del apartamento nos despedimos de este y nos vamos de nuevo a Tavira para realizar una visita diurna y ver aquellos monumentos que no pudimos visitar el primer día al llegar tarde. 





La ciudad es distinta a la luz del día, destaca el blanco de sus casas y sus calles adoquinadas, sobretodo las que rodean el puente romano. Tiene algunas cuestas pero al no ser muy grande se puede visitar en un par de horas. Nos despedimos de Tavira y de Portugal y ponemos rumbo a casa. La experiencia  nos ha gustado tanto que ya estamos pensando en volver de nuevo para visitar la zona oeste.


Me despido con estas preciosas puestas de Sol sobre el Algarve portugués.






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