lunes, 27 de septiembre de 2021

Elvas, la vecina portuguesa.



Elvas es una coqueta ciudad portuguesa situada a apenas 10 km de la frontera con España, concretamente con Badajoz. Esta cercanía, ahora amigable, no lo fue tanto en tiempos pasados, condicionando la forma de la ciudad, que hubo de rodearse de muros defensivos y fortalezas para protegerse de los ataques españoles. Este sistema de fortificación es lo que se conoce como plaza fuerte, y junto a sus fortalezas exteriores ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Son precisamente estas fortificaciones lo que hoy le dan ese atractivo. La situación geográfica de Elvas hace que sea una ciudad calurosa en verano, por lo que recomiendo evitar la visita en meses estivales, ya que el principal encanto es recorrer sus calles y fortalezas y para ello la temperatura debe ser agradable. Como ya hemos mencionado, Elvas es una ciudad fortificada, con un castillo en su parte superior. A pesar de esta fortificación, era una ciudad vulnerable, ya que su posición no es muy elevada, y hay colinas en sus alrededores desde donde podría ser fácilmente atacada. Es por ello que para fortalecer su defensa se construyeron en estas colinas dos fortalezas defensivas, el Fuerte de Santa Lucía, en su parte sur y el Fuerte de Nuestra Sra. de Gracia, en la parte norte. 

Nuestra visita fue a principios de septiembre, aunque no era un día especialmente caluroso, la temperatura no subió de 28 grados, en algunos momentos pasamos calor, ya que tanto en la visita a las fortalezas como a la ciudad, la mayor parte del tiempo estuvimos a pleno sol. Llegamos a Elvas entrando desde Badajoz, y nuestra primera parada fue el fuerte de Santa Lucía. 





La construcción del Fuerte de Santa Lucía se inició a consecuencia de la Guerra de la Restauración en 1641, se concluye en  1648 y pasarán por ella los mejores expertos de la arquitectura militar de la época. Es de planta rectangular, cuenta con un anillo exterior formado por una muralla abaluartada en forma de estrella. En la zona norte se abre su única puerta de acceso, que da paso al recinto, formado por cuatro baluartes con un foso seco que los rodea. En el centro se encuentra el anillo de planta cuadrada protegiendo la Casa del Gobernador a la que se llega tras pasar un puente levadizo. Hasta aquí se podía llegar también a través de un túnel bajo tierra. Nos parecieron muy interesantes el sistema de galerías subterráneas, diseñadas para moverse por toda la fortaleza sin exponerse a los ataques. Como su guía nos explicó, el diseño de los muros, tanto en inclinación, como en espesor, está pensado para evitar la falta de oxígeno dentro. 

Después de la visita a esta fortaleza, nos dirigimos hacia el Castillo de Elvas, donde hay una aparcamiento gratuito bastante amplio, en nuestro camino hacia el Castillo, atravesamos el sistema defensivo de la ciudad y vemos algunas de sus calles. 




El castillo de Elvas es bastante bonito por fuera, pero la visita al interior nos decepcionó. El Castillo es una fortificación islámica reconstruida en los siglos XIII y XIV que no tuvo el aspecto actual hasta el siglo XVI. En el vivía el alcalde de Elvas y fue palco de numerosos acontecimientos históricos, como los tratados de paz e intercambios de princesas. La torre del homenaje es más moderna que el resto, ya que fue erigida en el siglo XV en el ángulo noroeste y cuenta con una cubierta de tejas.




Desde aquí bajamos hacia la Plaza de la República, que es la plaza principal de la ciudad. Su suelo está formado por figuras cuadradas de basalto, mármol y arenisca que crean patrones geométricos tridimensionales muy bonitos, hay también una escultura central con las letras de la ciudad. Los edificios más importantes aquí son la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de estilo manuelino del siglo XVI y el edificio del antiguo ayuntamiento que se encuentra frente a ella. Los otros dos lados están ocupados por casas de vecindad, en las plantas bajas de las cuales ahora hay numerosos restaurantes y bares.


Otro bonito rincón que nos llamó la atención en Elvas es el  arco del Dr. Santa Clara, construido en el siglo XIX aprovechando  los restos de la muralla árabe, en un lateral se puede contemplar la puerta original de la época musulmana. Frente al arco, en una plazuela, se encuentra el Pelourinho, una picota de estilo manuelino. Esta picota tiene cuatro brazos donde se colgaba a los ajusticiados, y no se les podía bajar hasta el día de todos los Santos de ese año, 1 de noviembre.




Después de callejear un poco por las coquetas calles que rodean al castillo, tomamos el coche y salimos del recinto amurallado por otra de sus puertas, la puerta de la esquina, bastante bonita. 

En nuestro camino en coche pasamos por el acueducto de Amoreira, en un espectacular acueducto de 31 metros de altura y 8,5 km de longitud, considerado el mayor acueducto de la Península Ibérica. El acueducto se construyó entre finales del Siglo XVI y principios de XVII para abastecer de agua la ciudad. 

No tuvimos tiempo de visitar la otra fortaleza de Elvas, el Fuerte de Santa María de Gracia, ya que debíamos proseguir camino en dirección a Lisboa, pero sin duda es una visita interesante. 

Nos despedimos pues de Elvas con muy buen sabor de boca y la imagen del acueducto despidiéndonos. 



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