miércoles, 24 de enero de 2018

Santillana del Mar.




Ninguna ruta por Cantabria puede estar completa sin visitar la localidad de Santillana del Mar, sin duda uno de los pueblos más bonitos de España.

Nuestra visita a Santillana se enmarcó en una  ruta desde Lloreda en Cantabria hasta Ribadesella en Asturias, en esta ruta visitamos también Comillas, Bárcena Mayor y Carmona.

Llegamos a Santillana temprano en la mañana, cuando las calles aún no están abarrotadas con los turistas que suelen frecuentar este pueblo en periodo estival. El mero hecho de pasear por sus calles es todo un placer, ya que todo el pueblo es un monumento. Destaca dentro de tanta belleza la Colegiata de Santa Juliana a la que debe su nombre la localidad, Sant Luliana, Santillana. Es uno de los monumentos románicos más destacados de la región.   Es un templo de planta basilical con tres naves rematadas por ábsides, la nave central es más grande en anchura y altura. Destacan su claustro, su coro y el bajorrelieve de Santa Juliana.




Muy cerca de la colegiata hay un antiguo y pintoresco abrevadero a la derecha del cual hay dos casas del siglo XVIII, la de los Cossio y la de los Quevedo. En la bellísima Plaza Mayor destacan sus casas con balconadas de madera repletas de flores, en esta misma plaza se encuentra el Ayuntamiento y la Torre de Don Borja, actual sede de la fundación Santillana, y la Torre Merino, ambas del siglo XV.




Torre Merino.


También destacan en Santillana otros edificios como el Palacio de los Velarde, la casa palacio de Peredo Barreda, la de los Villa o la de los Bustamante, construidos en el siglo XVIII.

Muchas de estas casas y palacios albergan museos, salas de exposiciones o instituciones culturales como el Museo Diocesano, el Museo del escultor Jesús Otero, la Fundación Santillana. Entre los museos destaca el dedicado a  la tortura, fácil de reconocer por el esqueleto que hay colgando delante de la puerta.

Museo del escultor Jesús Otero.


A pesar del innegable atractivo de todos sus palacios y museos, el mayor encanto de Santillana es el conjunto de sus edificaciones, de una belleza homogénea, todas de una época similar, que nos hace transportarnos a otro siglo. Parte de este encanto queda deslucido por la gran cantidad de restaurantes y tiendas que le dan un aire de artificialidad, aunque no consigue enturbiarlo, es el tributo que ha de pagar por ser tan bella.





Cerca de Santillana del Mar hay un zoológico que puede ser una visita interesante si vais con niños, nosotros habíamos estado en dias anteriores en el Parque de Cabárceno por lo que la cuota de animales la llevábamos completa en este viaje.

Tampoco paramos en la Cueva de Altamira, ya que habíamos estado en una anterior ocasión. La visita que se realiza es a una reproducción de la cueva, ya que esta por motivos de conservación ha estado durante un tiempo cerrada a los visitantes y actualmente tiene muy limitadas las visitas. Aún así es una atracción muy concurrida por lo que si tenéis pensado ir a visitarla os recomiendo reservar las entradas con antelación, los sábados por la tarde y los domingos la entrada es gratuita.

Tras pasear un rato por sus calles seguimos nuestro camino hacia Comillas.



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