miércoles, 7 de marzo de 2018

Ruta por Mallorca. Recorriendo la Sierra de Tramuntana.

Estuvimos en la maravillosa isla de Mallorca una semana y alquilamos un coche para conocer sus preciosos rincones. Este día lo dedicamos a recorrer algunos de los pueblos más bonitos de la isla, situados a los pies de la Sierra de Tramuntana. 

Nuestro apartamento se encuentra en una tranquila cala cerca de Porto Cristo y queremos comenzar nuestra ruta por el precioso pueblo de Valldemosa. Ponemos rumbo a Palma de Mallorca para tomar la carretera que conduce a Valldemossa. Antes de llegar paramos en la fábrica de cristal de Lafiore, cerca del pueblo de  S´Esgleieta. Además de la tienda, que es una maravilla, aunque con unos precios algo prohibitivos, el mayor atractivo de esta parada es la posibilidad de ver como moldean el cristal en el taller, algo que llama bastante la atención de nuestros hijos. 

Después de esta pequeña parada llegamos a Valldemosa. La belleza de este pueblo es tal que ha atraido a lo largo de su historia a numerosos artistas, del mismo modo que hoy atrae a cientos de turistas. Es una de las localidades de interior más turísticas de Mallorca, a pesar de eso su belleza sigue impresionando.



Su casco antiguo es una preciosidad, con pequeñas calles estrechas y adoquinadas. Sin duda el edificio más destacado es la  Real Cartuja. Antiguo monumento del siglo XVI, famoso por haber sido la residencia de la escritora George Sand, autora de "Un invierno en Mallorca", y del músico Chopin. La visita a la cartuja nos lleva por la iglesia, el claustro, las celdas y el palacio del rey Sancho I de Mallorca, la parte más antigua de la Cartuja.





Los jardines traseros ofrecen un bonito paseo y son de acceso gratuito, desde ellos hay una buena vista de la preciosa torre de la cartuja con su tejado verde-turquesa. En este edificio pasaron temporadas otros personajes de la talla de Rubén Darío, Jorge Luis Borges, Jovellanos o Santiago Rusiñol. No me extraña que quedaran enamorados de este lugar.


Después de visitar el edificio de la Cartuja y sus espléndidos jardines, nos dedicamos a callejear por el pueblo y encontramos preciosos rincones, un antiguo abrevadero y la casa natal de Santa Catalina Thomas. Única santa mallorquina y una figura muy querida en la isla, y en especial en Valldemosa, su pueblo natal, en el que se celebran el 28 de Julio las fiestas patronales en su honor. En ellas destacan la Procesión de la reliquia y la Cabalgata del carro triunfal de la Santa que recorre las calles encabezada por la "beateta" y sus damas de honor , seguidas de la figura de la santa y cerrando la comitiva, autoridades y vecinos vestidos de payés.





Desde Valldemosa tomamos la carretera que nos llevará hasta Deyá, otro precioso pueblo enclavado en la Sierra de Tramuntana. Antes de llegar a este, por el camino paramos en el bonito mirador de Na Foradada. En este mirador, además de las impresionantes vistas, hay un chiringuito bastante agradable, pero como es pronto para comer decidimos seguir camino.



Deyá es un precioso pueblo enclavado en la sierra de Tramuntana. Fue construido en una época en la que los materiales se conseguían a nivel local, eso y su trazado hace que sus calles y casas encajen perfectamente con su entorno. El pueblo está rematado por una antigua iglesia asentada en su colina y tiene un sistema de acequias construido en la época árabe. Después de dar un paseo y dado que es una hora estupenda para comer nos dirigimos a un restaurante de esta localidad donde disfrutamos un sabrosísimo arroz brut.




Después de comer y  pasear por este bonito pueblo, en el que  merece la pena ser visitado su cementerio, nos vamos destino a Fornalutx, en el camino tenemos unas preciosas vistas de la costa mallorquina.



Llegamos a  Fornalutx y aparcamos en una zona habilitada a la entrada del pueblo. Desde allí recorremos este pequeño pero precioso pueblo de interior mallorquín.



La fundación de Fornalutx se remonta a más de 1000 años de antigüedad, cuando se formó una granja árabe. En el siglo XIII, con la conquista catalana, el pueblo comenzó a adquirir la forma actual. Destaca su precioso trazado urbano con su gran conservación, lo que le ha valido numerosos premios y el ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España. 






Al salir de Fornalutx barajamos la opción de seguir camino hacia el bonito enclave de Sa Calobra, pero como queremos ver Sóller y esto nos desviaría mucho del camino decidimos no hacerlo.

Llegamos a Sóller y tomamos dirección  puerto porque los niños querían disfrutar un rato de la playa, ha sido un intenso día de coche y se lo merecen, así que estamos aquí un ratito. Vemos pasar el bonito tranvia urbano de Sóller. Este tranvia se inauguró en 1913 para unir Sóller con su puerto, situado a tres kilómetros. Tanto los automotores como los remolques del tranvía que circulan hoy en día son los originales de ese año, aunque también llevan jardineras de pasajeros del año 1954.




Desde el Puerto volvemos a coger el coche para aparcar cerca del centro de Sóller. Nuestra intención es ir a la estación para ver la llegada del bonito tren que realiza el recorrido Palma-Sóller, pero desafortunadamente cuando llegamos la estación ya ha cerrado. Nos vamos hacia la plaza del Ayuntamiento,  donde podemos apreciar una gran cantidad de edificios destacables.

Sóller se encuentra en un valle repleto de naranjos y en el que el comercio de fruta por mar ha sido muy importante en su historia. Es una ciudad con hermosas casas señoriales y palacios construidos por los emigrantes que regresaron de Francia a principios del pasado siglo. En la plaza del Ayuntamiento se encuentra la iglesia de San Bartolomeu, que fue construida entre los siglos XV y XVI, aunque su fachada se reconstruyó en 1912 por el arquitecto modernista Joan Rubió, discípulo de Gaudí. En esta iglesia se mezclan los estilos barroco, modernista, neogótico e incluso románico. Al lado de la iglesia se encuentra el edificio del Banco de Sóller, también modernista y del mismo arquitecto.  Ya fuera de esta plaza, destaca el  Palacio señorial de Can Prunera, edificio modernista de comienzos del siglo XX que hoy alberga el museo modernista y en el que sus formas sinuosas, animalísticas y naturales hacen las delicias del visitante.

Iglesia San Bartolomeu y edificio Banco de Soller.


Palacio Can Prunera.

Debido a nuestra hora de llegada tuvimos que contentarnos con ver estos edificios por fuera. Cenamos en uno de los restaurantes de la Plaza del Ayuntamiento y tomamos dirección Palma para volver a nuestro apartamento. En el retorno tomamos el tunel de Sóller que acorta considerablemente el camino.




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