Dentro de nuestro viaje de seis dias a Londres, este es el día dedicado a la City, la zona más moderna y a la vez más antigua de Londres, al ser el centro financiero y también el núcleo originario de la ciudad. El origen de Londres lo tenemos que buscar en la Londinium romana, un asentamiento a la orilla del rio Támesis, del que se conservan algunos restos de muralla dentro de la Torre de Londres. El núcleo antiguo de la urbe romana, la City de Londres mantiene básicamente su perímetro medieval de una milla cuadrada. Hoy esta zona conserva edificios medievales como la Torre de Londres, pero destaca su arquitectura moderna al ser el centro financiero, con muchos edificios punteros en arquitectura
La Londres medieval fue prácticamente devastada por el gran incendio de 1666, el fuego destruyó el centro de la ciudad medieval dentro de la vieja muralla romana. Este es el motivo por el que se conservan pocos edificios de esta época. Solo se salvaron algunos, como la Torre de Londres o la iglesia del Temple. Nada más salir del metro en Monument, nos encontramos con el monumento al gran incendio de Londres. Es posible subir a este, pero nosotros no lo hicimos, ya que teníamos una visita concertada en el cercano edificio del Skygarden.
El Skygarden es un moderno rascacielos fácilmente reconocible, su última planta es un gran jardín interior desde cuyas paredes acristaladas es posible tener una fantástica visión de Londres desde las alturas. Esta visión rivaliza en belleza con la que se puede obtener desde el London Eye, si bien la vista es ligeramente diferente, puesto que desde aquí se aprecian mejor los modernos edificios de la City, la Torre de Londres y el Puente de la Torre, mientras que desde el London Eye hay una mejor visión de las Casas del Parlamento. La gran ventaja del Skygarden es que la visita es gratuita y además todo lo relajada que uno quiera. Ademas al ser reservada la cola es mínima ya que se respeta escrupulosamente el horario. El London Eye es bastante caro y además hay bastante cola, mínimo una hora para subir.
El acceso al Skygarden está limitado, hay que reservar las entradas en su página oficial skygarden.london. Están disponibles entre una y tres semanas antes de la fecha elegida, por lo que hay que estar atentos porque se agotan rápido. Otra opción para subir si no has conseguido el pase gratuito es hacer una reserva en uno de sus restaurantes, pero esta opción no es nada económica.
Nosotros llegamos al Skygarden poco antes de las 10 de la mañana, ya que teníamos reserva para las 10,15. Subimos al edificio y estuvimos un rato paseando por el interior y disfrutando de la maravillosa vista que nos ofrece. El dia estaba lluvioso asi que para nuestra decepción la terraza exterior estaba cerrada, afortunadamente paró de llover y la abrieron.
Tras la visita fuimos andado hasta la Torre de Londres. Aconsejo llevar las entradas compradas con antelación para evitar colas en las taquillas. En la página discount-london.com es posible comprar entradas combinadas de las principales atracciones de Londres con descuento. Nosotros compramos la entrada de la Torre de Londres junto con el London Eye y ahorramos un 20% sobre el precio de estas dos atracciones solas. Al llevar la entrada ya desde casa solo hay que cambiarla por la entrada oficial en una taquilla diferente que no tiene cola. Llegamos a la Torre de Londres y nos dirigimos directamente a ver las joyas de la corona, al ser la parte más concurrida. Esto fue un gran acierto, puesto que prácticamente no esperamos ni diez minutos para entrar y al salir vimos que la cola era ya importante. Tras ver las joyas de la corona, donde desafortunadamente no se pueden tomar fotos, nos dedicamos a ver tranquilamente el resto del complejo.
La Torre de Londres es una fortaleza medieval construida en el siglo XI, bajo el reinado de Guillermo I. A lo largo de su historia ha servido como residencia real, arsenal, fortaleza y prisión. Durante mucho tiempo fue el lugar donde eran encarcelados todos aquellos que ofendían al monarca. Hoy es posible aún ver graffitis en las paredes de las celdas donde vivieron estos presos. Hubo muchos personajes relevantes entre estos prisioneros, algunos fueron ejecutados en la Torre, como la reina Ana Bolena.
Dentro de la Torre podemos ver, además del eficicio donde se custodia la colección de las Joyas de la corona, la Torre Blanca que es el edifico central y más antiguo de esta. Construida entre los años 1078 y 1100.
Hay una leyenda sobre la Torre y sus famosos cuervos, esta dice que si los cuervos desaparecen se desplomaría la Torre y con ella el reino. Para evitar esto uno de los guardias de la Torre, conocido como Ravenmaster (maestro de los cuervos) cuida de estos y les corta los extremos de una de las alas para evitar que se escapen.
Podemos visitar también la zona del palacio medieval que servía de residencia para los miembros de la realeza. En este se conservan algunos restos de mobiliario de la época.
Además se puede visitar también el museo de los fusileros, distintas torres del perímetro de la fortaleza como la bloody Tower, una recreación de una sala de torturas y otras estancias donde hay una exposición de más joyas y coronas que sin ser tan impresionantes como las famosas joyas de la corona también merecen una visita y que no suelen tener cola.
Dentro del recinto hay también servicios, cafetería y restaurante además de varios puntos de información. Se ofrecen visitas guiadas gratuitas pero son en inglés. La visita completa no os llevará mucho menos de tres horas.
Al salir nos dirigimos al Puente de la Torre, no confundir con el Puente de Londres. Atravesamos este disfrutando de la visión de uno de los monumentos más emblemáticos y conocidos de la ciudad. Una vez al otro lado del rio, paseamos en dirección al puente de Londres.
Este área está muy ambientada, con numerosos restaurantes y locales de ocio y puesto que el dia había mejorado había mucha gente disfrutando esta zona.
Paseamos por la orilla del Támesis hasta el puente de Londres y Borough Market y comimos allí. Borough Market ofrece la posibilidad de comer en sus muchos puestos multiculturales, nosotros elegimos comida india. Tras la comida nos dirigimos hacia la Southwark Cathedral, que también visitamos. Es curioso ver como la moderna ciudad ha engullido este impresionante edificio al que nos costó encontrar el acceso ya que se encuentra a un nivel inferior al de la calle principal.
Seguimos en dirección al Globe, el Teatro de Shakespeare, este es una fiel reproducción del teatro original de 1599 que se ha situado a solo 200 metros de la ubicación primitiva de este. No fue posible ver el interior debido a su horario tan limitado, así que seguimos en dirección a la Tate Modern. Este es un museo de arte moderno, como todos los museos británicos es de entrada gratuita. Desafortunadamente la hora de cierre es las seis de la tarde, por lo que solo pudimos estar una hora en su interior.
Desde aquí cruzamos el magnífico puente del milenio hacia Saint Paul Cathedral. Nuestra intención era asistir a la misa de las cinco de la tarde para poder acceder de forma gratuita al interior, pero salimos de la Tate Modern después de las seis por lo que no fue posible. Esta es una buena opción si queréis ver el interior. También se puede hacer en la Abadia de Westmister, en este caso si que lo hicimos en uno de los dias anteriores de nuestro viaje a Londres y la verdad es que además de ahorrarte el importe de la entrada, la misa por el rito anglicano es bastante curiosa, a mi me pareció una grata experiencia.
Volvimos paseando por la orilla del Támesis hasta llegar a la zona conocida como Temple Garden. Allí nos adentramos en las estrechas callejuelas de la zona de Temple. Esta es la zona de los abogados y es totalmente diferente al resto de la ciudad, son calles muy tranquilas, ajardinadas, algunas con entrada a través de puertas que dan acceso a pasajes que parecen privados pero no lo son. En esta zona visitamos la iglesia del Temple, llamada así por ser construida por los templarios en el siglo XII. Lo más curioso de esta iglesia, además de su forma redonda, son las tumbas de templarios con sus efigies que hay en el interior. En la actualidad además de para visitas turísticas, el edificio se puede reservar para diversos actos, en esta ocasión había un evento privado por lo que no tuvimos acceso al interior.
Volvimos paseando por la orilla del Támesis hasta llegar a la zona conocida como Temple Garden. Allí nos adentramos en las estrechas callejuelas de la zona de Temple. Esta es la zona de los abogados y es totalmente diferente al resto de la ciudad, son calles muy tranquilas, ajardinadas, algunas con entrada a través de puertas que dan acceso a pasajes que parecen privados pero no lo son. En esta zona visitamos la iglesia del Temple, llamada así por ser construida por los templarios en el siglo XII. Lo más curioso de esta iglesia, además de su forma redonda, son las tumbas de templarios con sus efigies que hay en el interior. En la actualidad además de para visitas turísticas, el edificio se puede reservar para diversos actos, en esta ocasión había un evento privado por lo que no tuvimos acceso al interior.
Seguimos paseando por la orilla del Támesis hasta la zona de Embarkment, donde se puede ver un obelisco y unas figuras de esfinges.
El obelisco forma parte de una pareja conocida como las Agujas de Cleopatra, esculpidas en el siglo XV antes de Cristo. En el siglo XIX fueron transportados a Londres y Nueva York respectivamente. La aguja de Londres fue un regalo que se hizo en 1819 para conmemorar las victorias de Lord Nelson.
Seguimos paseando hacia Westmister, pasando por delante de la sede de Scontland Yard, que no podemos dejar sin fotografiar.
Finalizamos nuestra jornada en Westmister donde tomamos el metro en dirección a Earl Court que es la zona donde se encuentran nuestro hotel en Londres.
Podéis ver el itinerario completo de nuestro viaje a Londres en este enlace.misplanesdeviaje. Londres
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