Queremos aprovechar nuestra ruta por Navarra para acercarnos a ver algunos pueblos fronterizos de la cercana Francia, uno de los que queremos visitar es San Juan de Luz, nos han dicho que es un pueblo muy bonito y además al tener playa creemos puede ser un destino divertido para los niños. En nuestra planificación del viaje elegimos el día que estamos visitando Zugarramurdi para acercarnos a este pueblo francés, dada su proximidad. La visita a Zugarramurdi os la relatamos en una anterior entrada que podéis leer aquí.
Salimos pues de la localidad navarra y tenemos varias opciones de ruta para cruzar la frontera. Nosotros decidimos hacerlo pasando por el pueblo francés de Sare, ya que habíamos leido que merecía la pena una parada. Justo al cruzar la frontera hay un restaurante en el que decidimos parar, ya que no nos fiamos de llegar a Sare a una hora tardía para comer dado que los franceses suelen comer a una hora más temprana que nosotros. Al final esta decisión resulta un acierto ya que al llegar después a Sare nos damos cuenta que es un destino muy popular para los franceses y caro para comer.
Sare es un pueblo pequeño que no os llevará mucho tiempo visitar, pero que tiene un gran encanto con sus casas tradicionales de estilo vasco-francés. La calle principal con sus restaurantes y terrazas fusiona muy bien el estilo vasco, con su frontón, y el estilo francés con sus terracitas y puestos callejeros.
En un recorrido por el pueblo podemos ver algunas casas con la fecha de construcción grabada en sus dinteles, algunas de estas casas son del siglo XV, otras como la popular casa Ortillopitz del siglo XVII, es esta una típica casa vasca que es posible visitar en su interior.
El edificio que más nos llamó la atención en Sare fue la iglesia de San Martín, del siglo XVII, con una torre de cinco pisos. Solo la pudimos visitar en su exterior al estar cerrada, pero nos llamó mucho la atención el bonito cementerio que tenía al lado con sus bellas esculturas.
En Sare hay también unas cuevas muy populares que por falta de tiempo decidimos no visitar. También se encuentra cerca la estación para tomar el tren de cremallera de la Rhune, un tren de época que nos sube hasta la cima de Larrun. Esta cima es conocida como el balcón del País Vasco Francés, por las impresionantes vistas panorámicas que ofrece. En la cima hay también un bar-restaurante para que los que se aventuran a subir andando puedan reponer fuerzas. El tren de cremallera es muy popular por lo que en periodo estival los aparcamientos de la estación se encuentran fácilmente desbordados, por lo que los coches suelen aparcar en los arcenes de la carretera. Nosotros no tomamos este tren ya que nuestra parada en Sare no se podía extender demasiado para poder llegar a San Juan de Luz con tiempo de disfrutar un rato la playa y poder visitar el pueblo.
Desde Sare nos dirigimos a San Juan de Luz, aparcamos en la
zona de la Playa principal, conocida como playa grande, con una zona azul un poco cara, 6 euros por unas cuatro
horas. Es esta una bonita playa en forma de media luna, el dia está soleado e invita a disfrutarla. Desgraciadamente el día de nuestra visita no estaba permitido el baño por la poca calidad del agua. Estamos un rato en ella pero el calor aprieta y la tentación de meterse en el agua es tal que decidimos marcharnos a visitar el centro urbano.
El paseo marítimo que conecta la playa con el centro histórico nos ofrece un agradable paseo con unas bellas vistas, por un lado el mar Cantábrico y por otro las casas de típica arquitectura vasca. Estas casas alineadas frente a la playa son la estampa más famosa de San Juan de Luz, muchas de ellas están conectadas al paseo marítimo a través de un puente, lo que aumenta su encanto.
Paseo marítimo San Juan de Luz. |
A través de este agradable paseo llegamos hasta una de las calles que conduce a la Plaza de Luis XIV, tomamos la rue Gambetta, la principal calle peatonal de San Juan de Luz, en dirección a la cercana iglesia de San Juan Bautista. Esta iglesia se construyó entre los siglos XV y XVII y aunque su exterior es austero y no llama mucho la atención su interior nos sorprendió. Tiene una nave única en la que destaca su monumental altar barroco del siglo XVII. Galerías de madera se extienden a lo largo de sus paredes laterales y trasera, algo típico de las iglesias del País Vasco francés. En su origen estas galerias eran el lugar destinado a los hombres durante la misa, mientras las mujeres se situaban en la planta baja.
En esta iglesia se celebró el enlace entre Luis XIV de Francia y la infanta de España, Maria Teresa. Este matrimonio puso fin a las guerras entre Francia y España. Se dice que la puerta por la que la pareja salió de la iglesia tras la ceremonia fue tapiada con ladrillo como representación del final de las disputas entre ambos países.
Tras la visita al templo nos dirigimos a la Plaza de Luis XIV, con un gran ambiente veraniego, llena de terrazas, pero también con un gran encanto con sus pintores, puestos de artesanos y sus vistas al puerto. Nos dejamos clavar un poco en una de sus terrazas y nos vamos a ver dos de los edificios más destacados de esta Plaza. El primero de ellos es la Casa de Luis XIV, fue construida en el siglo XVII y es famosa por albergar al rey de Francia durante 40 días mientras esperaba a su prometida, la infanta María Teresa.
Casa de Luis XIV. |
Otro elegante edificio del siglo XVII es la casa de la infanta, también llamada Casa Joanoenia, recibiendo el primer nombre al albergar a la Infanta de España a su llegada en 1660 para su casamiento con Luis XIV y el segundo por su constructor, el acaudalado corsario Joannot de Hareneder. Su estilo se inspira en los palacios de Venecia, con una fachada cubierta de ladrillos rosados y adornada con piedras doradas. El edificio está frente al puerto y desde su parte más alta el corsario vigilaba sus barcos.
Después de un rato disfrutando el ambiente en esta plaza volvemos por el paseo marítimo hasta la zona de la Playa donde dejamos el
coche y ponemos rumbo a Hondarribia.
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