Campo de Criptana y Consuegra.
Siguiendo los pasos de Don Quijote, nos vamos a visitar estos dos pueblos cuyos molinos nos ofrecen un bello espectáculo. Ambos tienen fácil acceso desde la A-4 Madrid-Córdoba. Para llegar a Campo de Criptana hay que desviarse una media hora por una carretera secundaria, Consuegra está aún más cerca de la autovía por lo que os lo recomiendo como una parada muy interesante en ruta.
Campo de Criptana.
Llegamos a esta localidad manchega procedentes de Madrid, la idea era ver y fotografiar los molinos al atardecer. Llegamos con suficiente tiempo para callejear un poco por el barrio del Albaicín, la zona que rodea los molinos que tiene mucho encanto manchego, con sus casas pintadas en blanco y añil y sus casas cueva.
La parte baja del pueblo no me pareció muy llamativa, pero la zona conocida como la Sierra de los Molinos y el barrio del Albaicín son dignos de ser visitados. Campo de Criptana se precia de ser el sitio que inspiró a Cervantes para la escena de la lucha de Don Quijote con los molinos, confundiéndolos con gigantes. Sea o no, lo cierto es que constituyen una bella estampa. Hay diez molinos, cada uno con su nombre, tres de ellos (Burleta, Sardinero e Infanto) aún conservan la estructura y maquinaria original del S XVI.
Algunos molinos se pueden visitar por dentro, para información sobre visitas guiadas la oficina de turismo se encuentra en la misma zona de los molinos y su horario es de lunes a domingo de 10 a 14 y de 17 a 19,45.
Consuegra.
Otra localidad manchega donde podemos encontrar unos molinos de viento de innegable belleza. Se conservan doce molinos, cada uno con su nombre. Algunos son visitables, como el molino denominado Bolero, donde además está la oficina de turismo. En el mismo cerro de los molinos está el Castillo de la Muela. Desgraciadamente no nos fue posible visitarlo por dentro porque estaba ya cerrado cuando llegamos, su horario es de 10 a 13,30 y de 15,30 a 18,30. Hay una entrada combinada para visitar por libre el castillo y el molino bolero por 2 euros. En la oficina de turismo os pueden informar también sobre visitas guiadas.
Cuando llegamos a Consuegra acababa de descargar una tormenta y la imagen del Castillo y los molinos con el cielo amenazante era ciertamente espectacular. La verdad es que nos encantó la visita, a pesar de la decepción por no poder visitar el castillo, sin duda volveremos para verlo, y tú, ¿a qué esperas para enfrentarte a los molinos de Don Quijote?
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