lunes, 2 de octubre de 2017

Roma

La ciudad eterna.





El nombre hace honor a la ciudad y es que Roma, asentada sobre siete colinas, siempre impresiona, por su pasado, por su encanto, sus plazas, calles y fuentes. A mi me encantó, quizás porque era la primera salida internacional después de tener a los niños e íbamos solos, pero yo me emocioné al bajar del avión, me dieron ganas de besar el suelo como hacia Juan Pablo II. Merece la pena recorrer andando esta ciudad en la que casi tras cada esquina te puedes encontrar una sorpresa en forma de fuente, escultura o palacio.

En Roma hay dos aeropuertos Fuimicino y Ciampino, nosotros volamos con Ryanair por lo que llegamos a Ciampino, este es un aeropuerto muy pequeño y muy manejable, Fuimicino es más grande ya que cuenta con tres terminales. Desde Ciampino hay autobuses que te dejan en la estación de Termini por 5 euros ida,  8 ida y vuelta. Nosotros fuimos con la empresa Terravisión pero hay varias fuera de la terminal que hacen el trayecto y generalmente las salidas de los autobuses son poco después de la llegada de los vuelos, así que no hay mucho problema.

Cerca de la estacíón de Termini hay mucha oferta de alojamiento y es un buen punto para conocer Roma ya que esta es una ciudad muy manejable y desde aquí al Coliseo hay poco más de 15 minutos andando. Nosotros nos alojamos en el hotel Lírico, un tres estrellas un poco básico pero muy bien situado y con buena puntuación en booking, http://www.hotelirico.com/. El hotel tenía desayuno incluido y wifi y la única pega es que hasta recepción hay que subir un tramo de escaleras, luego hay ascensor.

Estuvimos en Roma cuatro días, contando el de llegada y el de vuelta. Llegamos al anochecer y nos fuimos a ver la Fontana de Trevi y a cumplir el rito de tirar la moneda. En el camino vimos la loba tallada en el palacio de Viminale, la Plaza y Palacio de Quirinale, y a la vuelta de la fontana pasamos por la Plaza del Tritón, donde está la fuente homónima de Bernini.

Fontana de Trevi

Fuente del Tritón



En nuestro segundo día en Roma decidimos ver primero el Coliseo. Estuve leyendo en los foros que para evitar las colas al comprar la entrada del Coliseo una opción, si no quieres llevarla ya comprada online, es ir al foro Romano y comprarla allí porque la entrada es combinada para los dos sitios y en el foro no hay colas. Como el foro está  próximo al Coliseo así lo hicimos y la verdad es que te ahorras toda la cola. 

El Coliseo es impresionante y ayuda a disfrutarlo más cuando escuchas su historia y características en una audioguía. Nosotros nos habíamos descargado unas al móvil desde  audioviator.com, son gratuitas y  están muy bien.




Interior de Coliseo.



Tras el Coliseo nos vamos a ver los foros imperiales y aquí la audioguía y un plano de los templos numerados es también de gran ayuda para disfrutar bien la visita. 










Imagen desde el monte Palatino en el foro.

Los monumentos en Roma no cierran a medio día pero suelen cerrar pronto por la tarde por lo que os recomiendo no os alarguéis mucho en la comida. Otro consejo es llevar una botellita de agua, es una ciudad cálida, nosotros fuimos en marzo y durante el día íbamos en manga corta. En Roma hay fuentes en casi cada esquina con un agua de gran calidad en la que podéis ir rellenándola. 

Desde el foro nos vamos paseando por la via del foro imperial hasta la Piazza Venecia donde vemos el monumento a Victor Manuel II, cuyos detractores llaman la tarta de nata, la verdad es que está un poco fuera de lugar pero tampoco me pareció tan feo. Desde aquí a la colina de Campidoglio, una de las siete que forman Roma. Esta plaza es muy bonita y en ella se encuentran los museos Capitolinos, nosotros no los visitamos.
Via de los foros imperiales.

Monumento a Victor Manuel II.

Plaza del Campidoglio

Escalinata del Campidoglio con las estatuas de Miguel Angel.

Rómulo y Remo fundadores de Roma.



Desde aquí nos fuimos hacia el Panteón de Agripa. Este es un templo circular erigido por el Emperador Adriano entre los años 118 y 125 d.C y que impresiona por su buen estado de conservación, la visita es gratuita, como en todas las iglesias de Roma. Es espectacular tanto por dentro como por fuera.


Cúpula del Panteón.

Interior de Panteón

Obelisco de la Plaza Minerva.


«El más bello recuerdo de la antigüedad romana es sin lugar a dudas el Panteón. Este templo ha sufrido tan poco, que aparenta estar igual que en la época de los romanos.» Stendhal.

Tras una comida rápida el la Plaza del Panteón,  nos vamos a tomar un Cappuccino a la maravillosa Plaza Navona, para mi la más bella de Roma. Impresionan sus fuentes.





 Tras esta nos vamos de nuevo a la Fontana de Trevi, para disfrutar esta maravillosa obra de arte a la luz del día.



Después nos dirigimos a la Piazza de Spagna en la que para nuestra decepción ni hay flores en la escalinata ni hay Fontana de la Barcaccia ya que estaba tapada por restauración. Subimos la escalinata para ver la iglesia Trinitá del Monti.



Posteriormente vamos dando un agradable paseo por la Viale della Trinitá del Monti hasta el mirador de la colina Pincio, otra de las siete que conforman Roma. Desde aquí tenemos una vista espectacular de la ciudad. La Piazza del Popolo se encuentra justo debajo de este mirador. Esperamos paseando por el agradable parque que rodea el mirador para ver la puesta de Sol sobre Roma.




Piazza del Popolo desde Pincio.

Cúpula de la Basílica de San Pedro.


Tras el anochecer bajamos hasta la Piazza del Popolo, volvemos a Piazza de Spagna  y vamos recorriendo la carísima Via Condotti, la milla de oro de Roma , donde están todas las marcas de lujo.

Un paseo nocturno por Roma nos aporta una visión distinta de todos los monumentos, nosotros encontramos una ciudad tranquila, agradable para pasear. La iluminación nocturna de los monumentos deja un poco que desear, el foro por ejemplo prácticamente es invisible por la noche, tras este agradable paseo y una romántica cena basada en pasta, como no, nos vamos a descansar al hotel.

Teatro Marcelo.



Coliseo.


En nuestro tercer día nos levantamos temprano para tomar un autobús que nos lleve a los Museos Vaticanos antes de la hora de apertura, las nueve de la mañana. No compré la entrada online porque pensé que madrugando y teniendo en cuenta que era un lunes de marzo no habría mucha  cola, error, tuvimos que hacer una cola de una hora. Si queréis comprar la entrada online y evitar la cola la web oficial del Vaticano es http://www.museivaticani.va. La verdad es que merece la pena, los museos son impresionantes, tanto por en contenido como por el edificio en sí.  No es solo la Capilla Sixtina, que es espectacular, también el resto de salas. A mi la colección egipcia me pareció magnífica.






Fresco "la escuela de Atenas" de Rafael Sanzio.

Escalera central de los Museos Vaticanos.


En visitar los museos tardamos buena parte de la mañana y el resto en ver la Basílica de San Pedro. Cuidado con ir a la Basílica con pantalón corto, el personal  de la entrada es muy estricto con la vestimenta, un pareo os puede ser muy útil en este caso.


Guardia Suizo del Vaticano.


Interior de la Basílica.

Baldaquino sobre la tumba de San Pedro.







Dentro de la Basílica se encuentra la imagen de la Piedad de Miguel Ángel. Está protegida por un cristal porque sufrió una agresión en el pasado, aún así impresiona. Es realmente sorprendente como este hombre pudo esculpir el mármol para crear tal  expresividad y  detalle.





La Plaza de San Pedro merece también un tiempo para su disfrute,  es una gran explanada con forma elíptica rodeada de columnas rematadas por una balaustrada sobre la que se asientan las figuras de ciento cuarenta santos, en medio de la plaza se erigió un monumental obelisco de 25 metros de alto,  un bloque sin inscripciones traído desde Egipto que estaba en el centro de un circo romano.



Desde la Ciudad de Vaticano vamos hacia el Castillo de San Angelo y atravesamos el precioso Ponte Sant´Angelo, erigido por el emperador Adriano en los años 134-139 y sin duda el más monumental de Roma.







Nos vamos al Campo di Fiori, aunque a esta hora ya están retirando los puestos, aún tenemos una visión fugaz de la actividad de esta plaza.





Desde alli nos encaminamos hacia el Trastévere, pasando por delante de la Sinagoga de Roma. Para pasar al Trastévere, llamado así por encontrarse más allá del Tiber, atravesamos el Ponte Fabricio, también muy bonito, y la isla Tiberina.

Gran Sinagoga de Roma.



En el Trastévere visitamos la plaza de Santa María in Trastévere y la Basílica del mismo nombre, y después nos dedicamos a callejear por esta zona tan encantadora y tan tan romana, en la que al caer la noche hay  un gran ambiente con sus muchos locales de ocio y restaurantes.







El día siguiente es nuestro último día en Roma. Nuestro avión sale a las cinco de la tarde, así que, tras dejar las maletas custodiadas  en el hotel, nos encaminamos a aprovechar nuestra mañana visitando las iglesias de Roma. La primera que visitamos es Santa María La Mayor, tan cerca del hotel que la hemos estado ignorando hasta hoy, la verdad es que merece una visita. Desde allí nos vamos a la Basílica de San Pedro in Vincoli, cuyo mayor atractivo es albergar la maravillosa escultura del Moisés de Miguel Angel. Después de sorprendernos de nuevo con la maestría de este artista, nos vamos hacia el Coliseo, a cuyas espaldas se encuentra la Basílica de San Clemente.

Fachada posterior de Santa María la Mayor.

Fachada principal.

Interior de Santa María.

Moisés en San Pedro in Vincoli.


Además de la Basílica cuya entrada es libre, merece la pena pagar la entrada de las excavaciones arqueológicas de esta , ya que hay tres niveles, la basílica en si, un nivel inferior que es un templo paleocristiano del Siglo IV  y en un tercer nivel inferior un templo pagano dedicado a Mitra, dios solar de origen persa. La Basilica de San Clemente es un templo que impresiona, ya que nos ofrece un paseo por la historia de Roma, por las diferentes construcciones  que se realizaron en este lugar a través de los siglos.

Interior Basílica San Clemente.

Templo de Mitra.

Detalle de fresco de la iglesia paleocristiana.


Tras visitar esta nos vamos hacia la Archibasílica de San Juan de Letrán, también conocida como la Catedral de Roma.





Desde aquí nos vamos a la Iglesia de Santa María in Cosmedín, conocida por albergar en su pórtico la famosa boca de la verdad, inmortalizada en la película "Vacaciones en Roma " por Gregory Peck y Audrey Hepburn. La Boca de la Verdad es un máscara circular de mármol que representa al dios de mar y de la que cuenta la leyenda  que mordía la mano de aquel que mentía. Hay cola para hacerse la archifamosa foto con la mano en la boca, pero pocos entran a ver la iglesia. Nosotros lo hicimos, para mi tenía un significado especial ya que acababa de leer " el último Catón "de Matilde Asensi y uno de los pasadizos secretos que recorren los protagonistas sale de la cripta de esta iglesia. Cual es mi sorpresa cuando veo que esta cripta existe y un sacerdote con vestimenta de cura ortodoxo nos invita a bajar.  Os podéis imaginar que por supuesto busqué la entrada al pasaje secreto, pero obviamente nada.





Templo en la plaza de la Boca de la Verdad.


Se va acercando la hora de comer así que volvemos hacia el hotel y comemos por la zona de Términi, ya que desde aquí sale el autobus de Terravisión que nos llevará hacia el aeropuerto.


Nos despedimos de Roma no con un adiós sino con un Ciao, una expresión muy acertada porque es tanto hola como adíós y representa nuestra promesa, en forma de moneda sumergida en la Fontana, de volver a la Ciudad Eterna.










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